Latinoamericanos por La República en la Guerra de España

 Latinoamericanos por La República en la Guerra de España
Francesc Tur

 

El golpe de Estado de julio de 1936 se produjo tan solo 38 años después de la pérdida de Cuba, Filipinas, Puerto Rico y Guam. En América Latina las colonias habían accedido a la independencia en la primera mitad del siglo XIX, entre 1809 (Quito) y 1826-1828 (Uruguay). Habían transcurrido, por lo tanto, entre 110 y 125 años desde su emancipación de la metrópoli.

En el periodo de 1929 hasta 1931 casi todos los gobiernos del continente cayeron o cambiaron. En general, los grupos en el poder apoyaban una economía corporativa lo cual convenía a las poderosas oligarquías y la tendencia predominante, cuando estalló el conflicto español, era la conservadora, aunque con excepciones. La más importante de ellas era, sin duda, la mexicana donde desde 1934 hasta 1940 nos encontramos con la presidencia de Lázaro Cárdenas del Río (Jiquilpan de Juárez, Michoacán, 1895- Ciudad de México, 1970).

En términos generales, los ejecutivos de los países de la región apoyaron a los militares sublevados excepto algunos que mostraron su aparente neutralidad como Cuba, una cierta lejanía, caso de Chile o una clara hostilidad, como acabamos de comentar sobre México. Así El Salvador, Guatemala y Nicaragua reconocieron al gobierno de Franco en 1936 mientras que Perú, Bolivia, Argentina, Brasil, Uruguay, Colombia y Paraguay que lo hicieron a lo largo de la contienda. Tal actitud entraba en contradicción con el contenido del Pacto Saavedras Lamas firmado en Río de Janeiro el 10 de octubre de 1933.

En él se condenaban las adquisiciones territoriales conseguidas por la fuerza de las armas.

En los primeros meses del conflicto, Claudio Sánchez Albornoz, (Madrid, 1893- Ávila, 1894) embajador en Portugal entre mayo y octubre de 1936, pidió la mediación del ministro de Relaciones Exteriores de Argentina. Le propuso concretamente que Buenos Aires tomara la iniciativa de organizar unas fuerzas militares hispanoamericanas que pudieran mediar entre las facciones españolas en lucha, pero su gestión no dio resultado.

A fines de abril de 1937 se frustró otro intento de mediación impulsado esta vez desde México cuyo gobierno pretendía emprender una “gestión conjunta de buena voluntad, encaminada a restablecer la paz en España” de la mano del ejecutivo de Costa Rica. Uno de los objetivos de la iniciativa era la revisión del concepto de neutralidad que estaba aplicándose por el Comité de No Intervención en perjuicio de las autoridades republicanas en España.

¿Cuántos voluntarios del Nuevo Continente combatieron en España? Las fuentes difieren y mucho en su número y, además, hay varios factores que complican el recuento. Uno de ellos es la doble nacionalidad de varios de ellos. Otros, una vez llegados a Europa adquirieron la nacionalidad española mientras que en otros casos la consiguieron por decreto. Así lo explicaba en 1977 el historiador Javier Malagón:

[…] Es ante todo difícil: 1º de determinar, pues algunos latinoamericanos de los que tomaron parte en la guerra civil, vivían en España en el momento que se inició , incorporándose de la lucha como lo hicimos los españoles y asi como no había, de hecho, diferencia en la universidad entre un estudiantes hispanoamericano y el peninsular, así no la hubo tampoco en el momento de la guerra civil. 2º No fueron muchos los que marcharon de su tierra a España para participar en la lucha armada, desconozco por qué razones. 3º Algunos de los que estuvieron en España ocultaron su nacionalidad por miedo a las consecuencias al regresar al país de origen.

Gino Bauman nos proporciona en su libro Los voluntarios latinoamericanos en la Guerra Civil Española (Cuenca: Ediciones de Castilla- La Mancha, 2009) una estimación del número de participantes de ese continente en la contienda.

El periódico Solidaridad Obrera, por su parte, da solo entre argentinos y cubanos la cifra de 1 350 (850 y 500 respectivamente). Según Castells, los brigadistas de estos países eran 230. Si, efectivamente, había 1 120 cubanos y argentinos fuera de las Brigadas, Gino Bauman considera razonable estimar que había unos 600 más de todas las otras repúblicas que lucharon en unidades distintas a estas.

En el bando franquista hubo varios mexicanos, argentinos, brasileños y médicos de diferentes países, entre ellos un chileno. Además, unos cuantos latinoamericanos eran mercenarios de la Legión Extranjera, entre ellos cubanos totalizando 204 hombres.

¿Cuál era la extracción social de estos combatientes? Había, sobre todo, voluntarios de clase media, estudiantes, bohemios e intelectuales, así como jóvenes rebeldes de las clases altas oligárquicas, aunque hubiese también obreros, desempleados y militares profesionales. En relación a su ideología, Juan Ramón Vidarte, autor de Todos fuimos culpables (Ciudad de México: Tezontle, 1973) afirma: “ En las Brigadas Internacionales había hombres de toda ideología: demócratas, socialistas, trotskistas, comunistas o, simplemente, amantes de la República.

¿En qué unidades combatieron los sudamericanos? Gino Bauman en su libro se refiere a las siguientes:

A) En el Spanish Battalion, tercero de la Lincoln. Al principio recibió el número 24 , pero, después, en diciembre de 1937, pasó a ser el 59 del Ejército Popular.

B) En la primera compañía, la más aguerrida, la que estaba destinada a choques violentos. En ella estaba integrada la centuria Antonio Guiteras

C) En el Batallón Especial, unidad del Quinto Regimiento, cuyo jefe era el cubano Alberto Sánchez Méndez.

D) En el Batallón México, que pertenecía a la unidad Lina Odena de las Juventudes Unificadas Socialistas.

E) El brasileño José Gay da Cunha, por orden directa de André Marty, jefe de las Brigadas Internacionales. Fue el último comandante de la XV Brigada Internacional.

Magí Crusells, por su parte, en Las Brigadas Internacionales en la pantalla (Ciudad Real: Universidad de Castilla- La Mancha, 2002) habla de un centenar de extranjeros en el desembarco de Mallorca entre los cuales habría latinoamericanos, inclusive dos médicos peruanos y un boxeador cubano.

José Manuel Bande en su libro La lucha en torno a Madrid (Madrid: San Martín, 1968) relata que al centro de concentración de voluntarios de La Garriga (Barcelona) habían llegado 116 hispanoamericanos para ser evacuados. Finalmente, muchos tuvieron que salir por la frontera francesa. Se trataba de hombres de Argentina, Centroamérica y Chile.

Como se ve en la estimación de Gino Bauman, el país de la región que más voluntarios aportó a la guerra fue Cuba, la gran mayoría en apoyo de la República. Últimamente, nuevas investigaciones elevan la cifra a 1225.

Sobre la procedencia de los combatientes cubanos, los últimos estudios revelan que la mayoría formó parte de un destacamento principal enviado desde La Habana de forma clandestina por el Partido Comunista.

Otro grupo estaba integrado por revolucionarios y combatientes de la isla que se encontraban en el exilio organizados en los clubes de Julio Antonio Mella y Antonio Guiteras de Nueva York y viajaron desde Estados Unidos como parte del contingente de comunistas norteamericanos.

La tercera fuerza incluyó a cubanos residentes en México, el Caribe y Centroamérica y a decenas que ya se encontraban en España cuando se produjo el levantamiento militar.

Durante los años de la contienda, la isla caribeña tuvo dos presidentes: Miguel Mariano Gómez (Sancti Spiritus, Cuba, 1889- La Habana, 1950) que ocupó el cargo solamente seis meses, del Partido Liberal y Federico Laredo Bru (Las Villas, Cuba, 1875- La Habana, 1946) del Partido Revolucionario Cubano Auténtico, de corte nacionalista.

El gobierno de la excolonia también intentó mediar para poner fin a la guerra. El 21 de octubre de 1936 realizó una gestión a través del secretario de Estado con los representantes diplomáticos de los estados americanos con ese objetivo. Se proponía que el Nuevo Continente intercediera en el conflicto con la creación de un comité internacional para que ambas partes aceptasen un armisticio.

El ejecutivo de la isla trataba de mantener su neutralidad si bien con una cierta inclinación-según Gino Bauman- hacia el bando rebelde. Sin embargo los apoyos populares a los republicanos fueron muy importantes. Toda la ayuda se canalizó a través de la Casa de la Cultura y Auxilio Social: hombres, alimentos, ropa, material médico, etc.

Se llevaron a cabo campañas propagandísticas a través de la prensa (Hoy, Mediodía) y mítines masivos en los que participaron destacadas personalidades políticas españolas como Félix Gordón Ordás o Marcelino Domingo.

Consuelo Naranjo Orovido, en su libro Cuba: otro escenario de lucha La guerra civil y el exilio republicano español (Madrid: CSIC, 1988) explica cómo se posicionó la población española residente en la isla en relación al conflicto.

La colectividad española en Cuba se dividió en dos bandos y,al igual que en España, en los centros regionales y asociaciones de beneficiencia se inició una lucha por el poder entre aquellos que tradicionalmente lo habían venido ejerciendo y los partidos seguidores de la República española. Todo ello nos condujo al estudio de las tendencias políticas en ellos representadas y su adscripción a uno y otro bando y, en definitiva, al análisis de partidos y asociaciones que tenían como modelo los españoles: el Nacionalista Español (sic), la Falange Española Tradicionalista y de las JONS , depediente de la Falange exterior de España.

Los partidos republicanos y socialistas españoles existentes en la isla se hicieron rápidamente eco de los acontecimientos e iniciaron una campaña a la que pronto se sumaron organizaciones surgidas a raíz de la guerra civil.

Frente Democrático Español , compuesto por el Círculo Republicano Español Izquierda Republicana Española, Círculo Español Socialista y Centre Catala`;Comité de Defensa del Frente Popular Español; Comité Antifascista Pro-Ayuda del Pueblo español; Comité de Auxilio al Niño del Pueblo Español; Agrupación pro-libertad de España; Agrupación de Amigos del Batallón Cuba y las numerosas Casas de la República Española, delegaciones del Círculo Español Socialista y de la Unión Democrática Española, surgidas por todo el territorio: Casa de la República Española, creada por Antonio Jiménez, cónsul de España en Santiago de Cuba.

El Partido Comunista de Cuba organizó una comisión especial para seleccionar y organizar el envío de voluntarios a España, la cual reunía a comunistas, nacionalistas de izquierda, liberales, conservadores así como miembros del Partido Auténtico y del movimiento Joven Cuba.

Es imposible determinar el número de caídos de la isla, aunque, según Bauman, supera el centenar. El mismo autor recoge en su libro la experiencia de varios voluntarios de la isla. Haremos referencia tan solo a unos pocos de ellos.

Rodolfo de Armas Soto nació en 1912. Su padre trabajaba como ferroviario y su madre era modista. Fue unos de los organizadores de la Centuria Antonio Guiteras, nombre que corresponde al nombre del grupo político Joven Cuba que murió haciendo frente a las fuerzas septembristas del coronel Batista en 1935. La centuria se formó en ruta y llegó a Barcelona el 17 de enero de 1937; posteriormente se llamaría Sección Cubana. El núcleo del grupo se organizó en Nueva York y en enero ya era parte integrante del Batallón Lincoln. Este, después de estar 12 días en Morata de Tajuña (Madrid), recibió la orden de asaltar las trincheras del enemigo. Así murió en la batalla del Jarama el día 23 de febrero de 1937 como jefe de su unidad, cargo que desempeñaba desde el 12 de enero del mismo año.

Juan Miguel Herrera Bollo (1906-1964) se doctoró en Medicina en la Universidad de Madrid. Fue jefe de sanidad del Ejército del Norte y del Centro. Posteriormente sería cesado de su cátedra de Histología de Cádiz. Hecho prisionero y condenado a muerte, se le conmuta la pena por la de prisión y trabajos forzados en el Valle de los Caídos. Emigró a Cuba y después pasó a Panamá en 1945 donde trabajó como especialista en anatomía patológica.

Caridad del Río Hernández nació en Santiago de Cuba en el seno de una familia burguesa y se trasladó a España durante la guerra colonial. Al salir de un noviciado en las Carmelitas Descalzas se casó con Pablo Mercader, un catalán acomodado y ayudó en la organización del Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC). Con sus cuatro hijos se desplazó al frente de Aragón. Ella y su hijo Ramón resultaron heridos en Bujaraloz (Zaragoza). Al final de la guerra se marchó a Moscú con sus hijos donde trabajó con la GPU (Directorio Político Unificado del Estado. El hijo, Ramón Mercader, asesinó a Trotsky en Ciudad de México el 21 de agosto de 1940.

Federico Chao Rodríguez entrenó en Madrigueras (Albacete). Luchó en la XI Brigada, en el Batallón Thälman, en el frente de Teruel, a temperaturas de -20º. Fue herido y trasladado al hospital de Castellón de la Plana. Posteriormente regresó a Cuba y trabajó como herrero.

Basilio Cuería y Orbit era un conocido beisbolista en la liga cubanoamericana de Nueva York que había llegado desde la ciudad de los rascacielos en el barco SS Berengaria a Cherbourg, en Francia. Su experiencia deportiva le convirtió en un gran lanzador de granadas y a la muerte del coronel Armas lo reemplazó en su puesto.

Argentina es el segundo país que más voluntarios aportó a la guerra española. Bauman da la cifra de 540 mientras que Jerónimo Boragina, presidente del Centro de Documentación de las Brigadas Internacionales, por su parte, habla de más de 900. Boragina, además, es juntamente con Lucas González el coordinador del libro Voluntarios de Argentina en la Guerra Civil Española (Buenos Aires: Centro Cultural de la Cooperación, 2008).

Alrededor de un sesenta por ciento de los alistados eran trabajadores sindicalizados y/o militantes de algún movimiento anarquista, socialista o comunista. Estos últimos fueron los más numerosos seguidos de los libertarios y de los socialistas.

El país sudamericano estuvo presidido entre 1932 y 1938 por Agustín Pedro Justo (Concepción del Uruguay, 1876- Buenos Aires, 1943) de la Unión Cívica Radical, un periodo caracterizado por las grandes obras públicas, pero también por la corrupción y el fraude electoral.

En Argentina, el movimiento anarquista creó la Comisión Coordinadora de Ayuda a España. El Partido Comunista, por su parte, organizó la FOARE (Federación de Organismos de Ayuda a la República Española) con gran éxito. Se logró aglutinar a casi milcomités en todo el país, donde se recaudaba dinero, víveres, materiales y todo tipo de ayuda que luego sirvió para destinar una parte a pagar costos de manutención y viajes para exiliados como se hizo para los más de 2000 republicanos que partieron de Francia en 1939 hacia Chile a bordo del Winnipeg.

Estos hombres y mujeres saldrían con pasaporte falso y su fisonomía cambiada para evadir los controles portuarios de la ciudad de Buenos Aires y lo harían también con voluntarios brasileños, paraguayos y chilenos que, igualmente, fueron integrados a diferentes unidades militares.
El mayor número fue enrolado en la Brigada XV Abraham Lincoln, de donde se conservan registros con más de 50 argentinos que participaron como soldados, cabos, comisarios políticos, médicos o chóferes de unidades de transporte. Gran parte de ellos estaba enrolado en el Spanish Batallion nº 24 dentro de la Brigada XV junto a numerosos cubanos amén de norteamericanos, ingleses, irlandeses y canadienses.

Voluntarios argentinos en el campo de Saint Cyprien, Francia.. Fuente: The Volunteer.
 

¿Quiénes eran? He aquí unos pocos ejemplos.

Fanny Edelman (San Francisco, Córdoba, Argentina, 1911-Buenos Aires, 1911). Militante comunista, viajó con su esposo Bernardo, en septiembre de 1937. La asignaron al Socorro Rojo para trabajo de intendencia detrás de las trincheras. Tomó contacto con otras mujeres voluntarias como Matilde Landa y Tina Modotti, de acción destacada durante la guerra. En abril de 1938 abandonó España. De regreso a Argentina fue durante décadas una dirigente de primera línea del Partido Comunista de Argentina. Su libro Banderas, pasiones, camaradas (Buenos Aires: Dirple, 1996) dedica un extenso pasaje a su participación en la guerra.

Mika Feldman (Moisés ville, Santa Fe, Argentina,1902- París, 1992), más conocida como Etchebéhère, por el apellido de su marido. En Argentina había pertenecido al comunismo disidente denominado “chispista” (Partido Comunista Obrero) y ya en Europa había estado en Alemania, donde asistió como espectadora a la toma del poder por Hitler. Fue una de las pocas mujeres que lucharon en el frente de combate y la única con mando de tropa en el Ejército republicano, llegando a revistar como capitana, en las milicias del Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM). En el primer combate en que participó, en Atienza, fue muerto su marido, Hipólito. Ella continuó la lucha y logró retirar con éxito a su compañía, cercada en Sigüenza (Guadalajara). Luego se incorporó a la defensa de Madrid, en Pinera de Húmera y Cerro del Águila.

Jacobo Manguid (Jacinto Cimazo, Santa Fe, Argentina, 1907-2005) no estuvo en el frente de combate. Fue uno de los intelectuales más destacados entre los voluntarios argentinos. Hijo de judíos ucranianos, participó en 1935 en la fundación de la Federación Anarco Comunista Argentina (FACA) y como delegado de esa organización viajó a España en noviembre de 1936. Dirigió durante dos años el periódico de la FAI Tierra y Libertad. Se retiró al final de la guerra y terminó en Argelers-sur-Mer.

Simon Radowitzky (Stepanivka. Ucrania-Ciudad de México, 1956) viajó a la Península en 1937. Quiso ir al frente pese a que ya se acercaba a los cincuenta años si bien lo destinaron a mensajería para minimizar riesgos. En los últimos meses del conflicto trabajó en los servicios de propaganda de la CNT-FAI en Barcelona y se encargó del traslado de parte de los archivos al caer la ciudad. Terminada la guerra, pasó por el campo de concentración de Saint-Cyprien.

Federica Montseny describía a Radowitzky en el libro Una vida por un ideal de Augustin Souchy (Ciudad de México: Grupo de Amigos de Simon Radowitzky, 1956) en estos términos:

Pienso que le infligimos muchos desengaños; que entre nosotros vivió horas muy amargas. Pero nunca se quejó y siempre tuvo una explicación y una excusa para todo, No tenía una gran cultura libresca, a pesar de que había leído bastante y conocía a fondo nuestros teóricos y nuestras ideas, Pero había vivido mucho y conocía, aún más a fondo que las teorías, las realidades del hombre y de la vida. Y en su existencia de solitario había aprendido a observar y a reflexionar mucho. Multitud de cosas que parecían simples, él las veía en toda su complejidad, sin escapársele ningún matiz. Como era modesto, tímido, reconcentrado, nunca hablaba de nada y menos de sí mismo.

Luis Alberto Quesada, hijo de andaluces, nació en Lomas de Zamora (Buenos Aires) el 22 de enero de 1919. Combatiente a los 16 años, llegó a sargento y, al final de la guerra, comisario de división. Había salido de Argentina a los 6 años de edad.

Pertenecía a las Juventudes Socialistas y también fue el comisario más joven. Luchó en Guadarrama, Toledo, Madrid, el Tajo, el Segre y en la retirada de Cataluña. Atravesó la frontera con la 68ª Brigada. Había sido comisario de división del teniente coronel Ropero y con Francisco Galán. También perteneció a la 104ª Brigada. Estuvo en la barraca argentina en el campo de concentración de Gurs, en Aquitania, Francia, donde había de 50 a 60 compatriotas.

Quesada, asimismo, trabajó brevemente en la construcción de fortalezas para los franceses y fue jefe de una sección de 30 argentinos. Después de la ocupación nazi, tuvo que ponerse al servicio de los alemanes en Burdeos, donde, junto a muchos españoles, saboteaba las obras de la base submarina germana que estaban construyendo. El guía que lo llevó a España, donde iba a reunirse con un resistente de su país apodado Trilita, lo vendió a la policía franquista. Así empezaron sus 17 largos años en las cárceles del régimen: la comisaría de Gobernación de Madrid, Carabanchel, Alcalá de Henares y Burgos.

México aportó también un destacado número de voluntarios a la causa de la República. El periodista Jacobo García estima su número en 260.

En el primer grupo destacaron algunos como Francisco Tarazona Torán (Ciudad de México, 1915-1974), que llegaría a ser un extraordinario piloto de la aviación gubernamental. De padre español, su familia regresó a Valencia cuando él tenía 4 años y fue allí donde le sorprendió el golpe de Estado.

A los 21, a pesar de la oposición de sus padres, ingresó como voluntario en el cuartel de Los Alcázares (Murcia) y, desde diciembre de 1936 hasta junio de 1937 recibió junto a otros 200 soldados formación como piloto de caza en Kivoradab, Azerbaiyán, por aquel entonces una república de la URSS.

A su vuelta a España y hasta su retirada a Francia al caer Cataluña en 1939, Tarazona reclama durante su servicio como teniente, 8 victorias individuales, 6 compartidas y 4 aviones de los sublevados dañados.

Otra figura destacada es la del pintor David Álvaro Sigueiros (Santa Rosalía de Camargo, Chihuahua, 1896- Cuernavaca, México, 1974). Participó en la Revolución mexicana entre 1914 y 1916 con apenas 17 años. Fundó y perteneció al Partido Comunista de México hasta su muerte. Contribuyó, asimismo, a la creación del Sindicato de Pintores, Escultores y Grabadores del país azteca y publicó manifiestos para proclamar la necesidad de un nuevo arte revolucionario. Partió de Nueva York en 1937 hacia la península ibérica. En un principio el viaje solo consistía en la difusión de sus ideas estéticas mediante la celebración de conferencias y exposiciones, pero no dudó en alistarse como voluntario para defender la República.

Al llegar a Madrid el 17 de febrero escribe una carta a Angélica Arenal, su compañera sentimental en la que le relata el estado de ánimo ante su incorporación al Ejército Popular.

Yo vine a trabajar en el arte de propaganda, pero el aspecto físico de la lucha es tan terminante que me fue imposible eludir el ingreso a las filas del nuevo régimen […] Tengo una alegría inmensa de saber que puedo ser útil en esta inmensa lucha por la libertad de todos los pueblos del mundo […] Esto es maravilloso como hecho histórico, como espectáculo y como problema. Ya cerca, se ve la lucha como cosa humana sin el lirismo que le damos desde lejos. Al principio, la enorme cantidad de terribles problemas te angustia, pero después sirven solo para acentuar tu determinación de victoria, y ese es mi actual estado de ánimo: voy a trabajar sin desmayo y no saldré de España sin o hasta la victoria o la VICTORIA. Quiero darle a este triunfo de nuestra causa lo mejor que me queda de vida.

Tres días después se incorpora como teniente coronel en el Ejército Popular y se pone temporalmente al mando de la 82ª Brigada Mixta en el frente de Teruel. Posteriormente, dirige la 46ª Brigada que se desplegó en el frente de Extremadura y más tarde en la 29º División. Fue ayudande del general Líster y del comandante Modesto. Participó en el II Congreso Internacional para la Defensa de la Cultura y contrajo matrimonio con Angélica Arenal en Almería cuando ésta vino a visitarle.

Es necesario hacer mención también de Néstor Sánchez Hernández (Xia, Oaxca, México, 1918-Oaxaca de Juárez, México, 2001), militar desde los 14 años que participó en la guerra Cristera. A los 17 años decidió ir a España en defensa de la República.

En un viaje organizado por organizaciones mexicanas y de Estados Unidos fue del puerto de Veracruz a La Habana, luego a Nueva York, de allí al puerto francés de Cherburgo y de esa ciudad hasta París.

Entró en España por los Pirineos donde se dio de alta como combatiente en Figueras (Gerona). Se le integró en el batallón Rakosi en la XIII Brigada Internacional Dombrowsky con la que participó en las batallas del Jarama y del Ebro en la que resultó herido or lo que fue ingresado en el hospital de Mataró (Barcelona).

Todos estos detalles son explicados por el protagonista en su libro Un mexicano en la guerra civil española y otros recuerdos (Oaxaca: Carteles Ediciones, 2014.

Néstor Sánchez Hernández. Fuente: AsociaciónCultural Mexicano Catalana
 

En el libro, Néstor Sánchez se refiere a muchos combatientes mexicanos, entre ellos:

-El comandante Silvestre Ortiz Toledo, del batallón Rakosi de polacos y húngaros.

– Tito Ruiz Marín, teniente de transmisiones militares en México y capitán que luchó en la 11ª Brigada Internacional Thälmann que murió en Brunete (Madrid).

– Bautista, viejo soldado villista.

– Antonio Pujol, pintor muralista que combatió como soldado.

– Manuel Valenzuela, natural de Chihuahua.

– Bernabé Barrios, indígena guanajense.

– Coronel Juan Gómez, veracruzano. Pertenecía a una brigada española de Pozoblanco (Córdoba). En México tuvo un papel en política con el general Miguel Alemán (Acayucán, Veracruz, 1877- Matia de Aguacatillo, Veracruz, 1929).

– Los capitanes José y Luis Acosta e Isaías Acosta H. Luz, del Colegio Militar de México. Lucharon en Extremadura. De regreso a México llegarían a ser generales.

– Emilio Llanas Collado, especialista de transmisiones , que estuvo en la ermita de Santa Quiteira, en Huesca

– Juan Raza

– Andrés García Salgado. Fue soldado en el ejército del general Augusto César Sandino e (Niquinohomo, Nicaragua, 1895- Larreynaga, Nicaragua, 1934) en el país centroamericano en 1927 y 1928. En España estaba en la XIV Brigada del Partido Comunista.

– Rafael Ángeles Lizardo, hijo del general Felipe Ángeles, famoso revolucionario.

– José Camilo Rojas, tabasqueño. Llegó a ser teniente en el batallón cubano en la XV Brigada Lincoln. Murió en la batalla de Teruel.

– Antonio Trujillo Carranza, obrero metalúrgico de Monterrey, de las Brigadas Internacionales.

– Leonardo Talavera, viejo taxista de Ciudad de México.

En apoyo al gobierno republicano intervinieron voluntarios de prácticamente todas las nacionalidades de América Latina. Aquí, por una cuestión de espacio, nos hemos centrado, especialmente, en los procedentes de Cuba, Argentina y México que constituían, como se ha comentado ya, los contingentes más numerosos.

BIBLIOGRAFÍA

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Cuenca: Ediciones de la Universidad de Castilla- La Mancha, 2009.

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Vidarte, Juan Ramón Todos fuimos culpables. Ciudad de México: Tezontle, 1973.

WEBGRAFÍA

“Pacto antibélico Saavedra Lamas” En: Wikipedia. La enciclopedia libre. Consulta: 21/06/2022. Disponible en: es.wikipedia.org

“Cuba, el país con más voluntarios en la Guerra Civil Española”, según un estudio.”La Información, 23/04/2011. Disponible en: lainformacion.com

Debe su nombre al canciller argentino durante la presidencia de Agustín Pedro Justo (1932-1938).. Fue suscrito por todos los países latinoamericanos más los Estados Unidos e incluso por algunos de fuera del continente como Italia, España, Grecia, Portugal o Turquía.

“Pacto antibélico Saavedra Lamas” En: Wikipedia. La enciclopedia libre. Consulta: 21/06/2022. Disponible en: es.wikipedia.org

Rosa María Pardo Sanz “América Latina y la Guerra Civil española. Costa Rica: un estudio de caso.” En: Espacio,

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Carta de Javier Malagón a Gino Bauman. Gino Bauman. Los voluntarios latinoamericanos en la Guerra Civil Española

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Andreu Castells Las Brigadas Internacionales de la guerra de España. Barcelona: Ariel, 1974.

Juan Ramón Vidarte Todos fuimos culpables. Ciudad de México: Tezontle, 1973.

Gino Bauman. Los voluntarios latinoamericanos en la Guerra Civil Española . Cuenca: Ediciones de la Universidad de Castilla- La Mancha, 2009, p.37-38.

Se trata de un estudio realizado por los cubanos María Mercedes Sánchez Dotres y Enrique Cirules en el Archivo Estatal Ruso de Historia Política y Social de Moscú y en los archivos de Madrid, Alcalá de Henares, Ávila y Guadalajara.

Así lo recogía el diario Juventud rebelde, órgano oficial de las juventudes comunistas en el 2017.

“Cuba, el país con más voluntarios en la Guerra Civil Española, según un estudio.” En: La Información, 23/04/2011. lainformacion.com

Consuelo Naranjo Orovido, Cuba, otro escenario de la lucha . La guerra civil y el exilio republicano español. Madrid: CSIC, 1988, p.145-146. Citada por: Gino Bauman. Los voluntarios latinoamericanos en la Guerra Civil Española . Cuenca: Ediciones de la Universidad de Castilla- La Mancha, 2009, p.66.

Jerónimo F. Boragina “Voluntarios argentinos en la Brigada XV Abraham Lincoln.” En: The Volunteer, 01/06/2010.

Daniel Campione “Voluntarios argentinos en la guerra de España.” En: Rebelión, 16/07/2022. Disponible en:

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Gino Bauman. Los voluntarios latinoamericanos en la Guerra Civil Española . Cuenca: Ediciones de la Universidad de Castilla- La Mancha, 2009, p.47.

Francisco Tarazona Torán Yo fui piloto de caza rojo (Madrid, Editorial San Martín, 1974)

“David Álvaro Siqueiros en la Guerra Civil Española.” En: Historias de Arte y Guerra, 22/01/2013. Disponible en: historiasdearteyguerra.blogspot.com

Citado por: Gino Bauman. Los voluntarios latinoamericanos en la Guerra Civil Española . Cuenca: Ediciones de la Universidad de Castilla- La Mancha, 2009, p. 127-128.


Fuente → serhistorico.net 

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