
Madre, hermanos, con todo el cariño y entusiasmo os pido que no
me lloréis nadie. Salgo sin llorar. Cuidar a mi madre. Me matan
inocente, pero muero como debe morir una inocente. Madre, madrecita, me voy a reunir con mi hermano y papá al otro mundo, pero ten presente que muero por persona honrada.
Adiós madre querida, adiós para siempre. Tu hija que ya jamás te podrá besar y abrazar. Julia Conesa. Besos para todos, que tu ni mis compañeras lloreis. Que mi nombre no se borre en la historia.
Carta de Julia horas antes de morir
"Cómo duele Madrid esta noche": Las Trece Rosas fueron asesinadas hace 83 años por la dictadura franquista
En la madrugada del 5 de agosto de 1939, una saca estremecía la cárcel de Ventas: 13 jóvenes, cuyo único delito había sido pertenecer a la JSU y al PCE en su mayoría y luchar por sus ideales de justicia y libertad, eran conducidas a un camión para llegar a la tapia del cementerio del este y ser fusiladas. Cuando llegaron ya habían fusilado a sus compañeros, 43 hombres con el mismo delito imputado, pertenecer a las JSU y el PCE y su lucha contra la represión. Ninguna era mayor de 21 años, excepto Blanca.
Carmen Barrero Aguado (20 años, modista). Trabajaba desde los 12 años, tras la muerte de su padre, para ayudar a mantener a su familia, que contaba con 8 hermanos más, 4 menores que ella. Militante del PCE, tras la guerra, fue la responsable femenina del partido en Madrid. Fue detenida el 16 de mayo de 1939.
Martina Barroso García (24 años, modista). Al acabar la guerra empezó a participar en la organización de las JSU de Chamartín. Iba al abandonado frente de la Ciudad Universitaria a buscar armas y municiones (lo que estaba prohibido). Se conservan algunas de las cartas originales que escribió a su novio y a su familia desde la prisión.
Blanca Brisac
Vázquez (29 años, pianista). La mayor de las trece. Tenía un hijo. No
tenía ninguna militancia política. Era católica y votante de derechas.
Fue detenida por relacionarse con un músico perteneciente al Partido
Comunista. Escribió una carta a su hijo la madrugada del 5 de agosto de
1939, que le fue entregada por su familia (todos de derechas) 16 años
después. La carta aún se conserva.
Pilar Bueno Ibáñez (27 años,
modista). Al iniciarse la guerra se afilió al PCE y trabajó como
voluntaria en las casas-cuna (donde se recogía a huérfanos y a hijos de
milicianos que iban al frente). Fue nombrada secretaria de organización
del radio Norte. Al acabar la guerra se encargó de la reorganización del
PCE en ocho sectores de Madrid. Fue detenida el 16 de mayo de 1939.
Julia
Conesa Conesa (19 años, modista). Nacida en Oviedo. Vivía en Madrid con
su madre y sus dos hermanas. Se afilió a las JSU por las instalaciones
deportivas que presentaban a finales de 1937 donde se ocupó de la
monitorización de estas. Pronto se empleó como cobradora de tranvías, ya
que su familia necesitaba dinero, y dejó el contacto con las JSU. Fue
detenida en mayo de 1939 siendo denunciada por un compañero de su
"novio". La detuvieron cosiendo en su casa.
Adelina García Casillas
(19 años, activista). Militante de las JSU. Hija de un guardia civil. Le
mandaron una carta a su casa afirmando que sólo querían hacerle un
interrogatorio ordinario. Se presentó de manera voluntaria, pero no
regresó a su casa. Ingresó en prisión el 18 de mayo de 1939.
Elena
Gil Olaya (20 años, activista). Ingresó en las JSU en 1937. Al acabar la
guerra comenzó a trabajar en el grupo de Chamartín.
Virtudes
González García (18 años, modista). Amiga de María del Carmen Cuesta (15
años, perteneciente a las JSU y superviviente de la prisión de Ventas).
En 1936 se afilió a las JSU, donde conoció a Vicente Ollero, que
terminó siendo su novio. Fue detenida el 16 de mayo de 1939 denunciada
por un compañero suyo bajo tortura.
Ana López Gallego (21 años,
modista). Militante de las JSU. Fue secretaria del radio de Chamartín
durante la Guerra. Su novio, que también era comunista, le propuso irse a
Francia, pero ella decidió quedarse con sus tres hermanos menores en
Madrid. Fue detenida el 16 de mayo, pero no fue llevada a la cárcel de
Ventas hasta el 6 de junio. Se cuenta que no murió en la primera
descarga y que preguntó "¿Es que a mí no me matan?".
Joaquina López
Laffite (23 años, secretaria). En septiembre de 1936 se afilió a las
JSU. Se le encomendó la secretaría femenina del Comité Provincial
clandestino. Fue denunciada por Severino Rodríguez (número dos en las
JSU). La detuvieron el 18 de abril de 1939 en su casa, junto a sus
hermanos. La llevaron a un chalet. La acusaron de ser comunista, pero
ignoraban el cargo que ostentaba. Joaquina reconoció su militancia
durante la guerra, pero no la actual. No fue conducida a Ventas hasta el
3 de junio, a pesar de ser de las primeras detenidas.
Dionisia
Manzanero Salas (20 años, modista). Se afilió al Partido Comunista en
abril de 1938 después de que un obús matara a su hermana y a unos chicos
que jugaban en un descampado. Al acabar la guerra fue el enlace entre
los dirigentes comunistas en Madrid. Fue detenida el 16 de mayo de 1939.
Victoria
Muñoz García (18 años, activista). Se afilió con 15 años a las
JSU.
Pertenecía al grupo de Chamartín. Era la hermana de Gregorio Muñoz,
responsable militar del grupo del sector de Chamartin de la Rosa. Llegó a
Ventas el 6 de junio de 1939.
Luisa Rodríguez de la Fuente (18 años,
sastre). Entró en las JSU en 1937 sin ocupar ningún cargo. Le
propusieron crear un grupo, pero no había convencido aun a nadie más que
a su primo cuando la detuvieron.
Reconoció su militancia durante la
guerra, pero no la actual. En abril la trasladaron a Ventas, siendo la
primera de las Trece Rosas en entrar en la prisión.El acto tendrá lugar
el próximo sábado 5 de Agosto en el Cementerio de la Almudena en la
puerta de O´donell, antigua tapia del cementerio del este lugar donde
fueron fusiladas.
Cómo duele Madrid esta noche, como lloran las estrellas
Cómo la lluvia se hace sangre, en la prisión de las Ventas
Cómo en la tapia del cementerio las balas dejan su huella
Cómo los actos de venganza hacen la noche más espesa
Ya no se puede su aroma cortar...porque los pétalos besaron el viento
Ya no se puede su lucha olvidar...porque sus nombres recorren el tiempo
Cómo muere Madrid estos años enterrada en el olvido
Cómo hubo que tragar ocultando lo vivido
Cómo jugaban a cazadores Franco y sus asesinos
Cómo un camión "destartalao" las llevó a su destino
Ya no se puede su aroma cortar...porque los pétalos besaron el viento
Ya no se puede su lucha olvidar...porque sus nombres recorren el tiempo
Cómo hubo que tragar ocultando lo vivido
Cómo jugaban a cazadores Franco y sus asesinos
Cómo un camión "destartalao" las llevó a su destino
Ya no se puede su aroma cortar...porque los pétalos besaron el viento
Ya no se puede su lucha olvidar...porque sus nombres recorren el tiempo
Sólo se escuchaban respiraciones aceleradas
y el caminar marcial de quienes las custodiaban
Ruido metálico de fusiles y correajes
y el corazón desbocado desde el pecho hasta las sienes
Orden de detenerse y de repente darse cuenta
que ya no hay abrazo de despedida
Morirán solas, a escasa distancia de las fosas que las van a cobijar
y el caminar marcial de quienes las custodiaban
Ruido metálico de fusiles y correajes
y el corazón desbocado desde el pecho hasta las sienes
Orden de detenerse y de repente darse cuenta
que ya no hay abrazo de despedida
Morirán solas, a escasa distancia de las fosas que las van a cobijar
Ya no se puede su aroma cortar...porque los pétalos besaron el viento
Ya no se puede su lucha olvidar...porque sus nombres recorren el tiempo
Ya no se puede su aroma cortar...porque los pétalos besaron el viento
Ya no se puede su lucha olvidar...porque sus nombres recorren el tiempo
Ya no se puede su lucha olvidar...porque sus nombres recorren el tiempo
Ya no se puede su aroma cortar...porque los pétalos besaron el viento
Ya no se puede su lucha olvidar...porque sus nombres recorren el tiempo
Fuente → elmercuriodigital.net
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