Andrés García Fernández, concejal de Ubrique (Cádiz), Socialista y dirigente de la UGT, asesinado por rebeldes franquistas en El Bosque (Cádiz) en 1936

Andrés García Fernández, concejal de Ubrique (Cádiz), Socialista y dirigente de la UGT, asesinado por rebeldes franquistas en El Bosque (Cádiz) en 1936

 
El investigador Fernando Sigler Silvera da cuenta de la biografía de Andrés García Fernández en Todos los Nombres: Andrés nació en 1902, y residía en Ubrique. Estuvo afiliado a la Sociedad de Obreros Petaqueros, después Marroquineros, ‘El Avance’ de UGT. Ya antes de la República Andrés era un activo defensor de los derechos de los trabajadores del sector de las petacas. Estaba considerado el mejor en su oficio. Los empresarios se lo disputaban. Fue un destacado miembro de la Agrupación Socialista de Ubrique que presidió en 1936, y uno de los fundadores de la Juventud Socialista de Ubrique en 1931 y su primer presidente.

Andrés García se presentó a las elecciones municipales en 1931, fue uno de los 5 ediles elegidos de la coalición Republicano-Socialista, formó parte de la Comisión de Fomento. Se mantuvo en el puesto de concejal hasta mayo de 1933, presentó su dimisión tras denunciar que el gobernador civil no atendía su solicitud de puesta en libertad de los detenidos ubriqueños de Casas Viejas enero de 1933. Se reincorporó a su puesto en agosto. Fue concejal desde 1931 a 1934 asistiendo a a 132 de las 157 sesiones plenarias.

Propuso la construcción de alcantarillado, estimuló una suscripción popular para financiar obras para colocar a los obreros agrícolas, y la adjudicación de los jornaleros a los propietarios de tierras. Se opuso a que el Ayuntamiento premiase con una recaudación a las fuerzas de orden público que reprimieron la huelga asturiana de 1934; él proponía que se dedicase íntegramente a los huérfanos de los obreros fallecidos en aquellos sucesos. El gobernador lo destituyó en noviembre. Posteriormente fue elegido concejal en 1936 siendo nombrado teniente de alcalde.

Tras el estallido de la sublevación militar contra la República, el Ayuntamiento fue sustituido por un Comité de Defensa. Tras la toma de Ubrique por los sublevados contra el Régimen Constitucional Republicano, Andrés García fue detenido por los fascistas, y encerrado en el calabozo varias veces. El médico Diego Reguera pedía su liberación definitiva porque Andrés se encontraba enfermo. La última vez que lo dejaron marchar, fue apresado de nuevo en su casa. Le dijeron que iban a tomarle declaración por lo que Andrés García se vistió con su mejor traje.

El hijo de Andrés García, Francisco, cuenta que cuando se lo llevaban se agarró a sus pantalones llorando, presagiando a sus 2 años y medio un final trágico. Era el 11 de septiembre. A la mañana siguiente, su esposa, Ana María Sánchez Carrasco, fue a llevarle el café, y el carcelero le dijo que se lo habían llevado a declarar. En realidad, aquel 12 de septiembre de 1936 fue conducido en un camión, junto con otros ubriqueños, y fusilado sin formación de causa en la zona de la Venta Martín, en las proximidades del cementerio de El Bosque. Tenía 34 años.

Andrés murió abrazado a su pariente y correligionario José Castro Blanco también fusilado, al igual que un muchacho de 16 años apellidado Yuste, otro niño hijo de un caminero y otras 2 personas no identificadas. Después fue enterrado en una fosa común del cementerio de El Bosque. El gatillo lo apretó un guardia civil. Más de 60 años después, el enterrador de El Bosque, José Vázquez, entonces obligado a abrir las fosas comunes para enterrar a los fusilados, cuenta que le sorprendió lo bien vestidos que venían algunos ubriqueños apresados.

Dejó viuda y 2 hijos menores, Agustín, con 4 años, y Francisco, con dos. Días antes la tragedia se había cebado con su hermano Pedro, fusilado y enterrado en una fosa común en el cementerio de Benaocaz. A su viuda no le dejaron poner la vivienda a su nombre. Era una mujer valiente que sacó su familia adelante dedicándose al contrabando desde Gibraltar, por lo que fue detenida en varias ocasiones. Más adelante, se iba a Ronda a comprar patatas y boniatos, que luego vendía en Ubrique.


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