«Ser republicano me parece lo más normal, deberían serlo todos»

«Ser republicano me parece lo más normal, deberían serlo todos» / C del Río

El Ateneo Republicano distingue a la periodista Nieves Concostrina, que está convencida de que habrá una tercera República, aunque «nosotros no la veremos»

 

La periodista Nieves Concostrina, que ayer recibió la distinción del Ateneo Republicano en el Centro de Servicios Universitarios, se mostró agradecida y a la vez muy sorprendida por un reconocimiento que confesó no comprender del todo: «Nunca he recibido una distinción por ser republicana, que me parece lo más normal, debería serlo todo el mundo, los raros son los otros», bromeó. La comunicadora recibió también una insignia y un libro sobre la historia de la Quinta de Pedregal.

Un auditorio lleno aplaudió y rió los comentarios jocosos de una «desmitificadora excepcional de la radio», como la definió Alejandro Villa, presidente del Ateneo Republicano de Asturias. Concostrina, que recuperó el contenido de sus últimas intervenciones radiofónicas animada por Villa, se mostró convencida de que llegará la III República aunque «nosotros no la veremos».

Señaló que son los propios Borbones «los principales impulsores» y la que más es «Letizia, que parece una infiltrada nuestra». Manifestaciones muy celebradas por la concurrencia, que siguió muy atentamente el relato del dinero embolsado por Juan de Borbón con la venta de los palacios de la Magdalena (Santander), Miramar (San Sebastián) y la isla gallega de Cortegada, propiedades que a él le habían regalado las diferentes administraciones. «La isla la compró una inmobiliaria y se salvó de ser urbanizada gracias a la movilización de los ciudadanos. La acabó comprando la Xunta en 2007 por 1,7 millones y en las mismas estamos ahora con Marivent», avanzó.

Explicó Concostrina que su propietario, un mecenas y coleccionista arte, había dejado en su testamento que se donara Marivent a la diputación de las Islas Baleares para acoger una escuela pública de arte, un lugar de formación del artista y para el disfrute de los baleares. Pero en 1971, el marqués de Mondéjar, que fue jefe de la Casa Real, se las arregló para que se convirtiera en residencia de veraneo real y la reforma interior (o «destrozo», como lo definió la periodista) corrió a cargo de la Diputación, «que contrató a una empresa de Madrid que no he querido investigar por si nos llevamos otra sorpresa».

En la actualidad, los herederos de Joan Saridakis, aquel propietario de Marivent, litigan para que se cumplan las últimas voluntades del coleccionista. Ya han conseguido recuperar las obras de arte que había en el interior. Concostrina cree que «como están a guantazos entre ellos y ya no van por allí», no se tardará mucho en recuperar.


Fuente → elcomercio.es

banner distribuidora