
Mirar hacia donde nadie miraba. Mirar hacia donde era
necesario girar la vista. Enfocar lo cotidiano, la nueva vida, el mundo
libre. Inmortalizar las nuevas costumbres, el futuro soñado, dar a
conocer que otra forma de vivir era posible. Eso es lo que hicieron las
fotógrafas Kati Horna y Margaret Michaelis al servicio de la Oficina
de Propaganda Exterior de la CNT-FAI durante la Guerra Civil:
empaparse de imágenes en la retaguardia para mostrar al mundo entero la
revolución social que triunfaba en Barcelona y algunas zonas de
Aragón y Valencia. Sus fotografías, ahora, se exponen en la madrileña
Real Academia de Bellas Artes de San Fernando con motivo de
PHotoEspaña, procedentes del archivo que poco antes de terminar la
contienda los anarquistas salvaron de las garras fascistas y que
permanece custodiado en el Instituto Internacional de Historial Social
de Ámsterdam.
La investigadora Almudena Rubio, que trabaja en el archivo desde 2015 y es una de las mayores expertas en estas dos fotorreporteras a nivel mundial, ha comisariado la muestra: “Lo que parecía simplemente un tema de gestión de unas cuantas fotografías originales de la época procedentes de ese archivo se convirtió en todo un proceso de investigación. Cuando todo estuvo reconstruido, por así decirlo, identifiqué el legado de ellas dos y en ello me centré”, inicia su relato.
Las instantáneas de Michaelis se ubican temporalmente en los primeros meses de la revolución social y la Guerra Civil, en 1936, cuando todo estaba en su máximo esplendor
Decir que tenían una mirada única sería acudir a
un lugar demasiado común para la labor que desempeñaron las dos
fotógrafas. “En realidad, lo que presenta la exposición es otra mirada
a la Guerra Civil, a esa historia no contada de la revolución social
impulsada por los anarquistas, silenciada por la historiografía
oficial y que ahora tenemos la oportunidad de ver a través de sus
imágenes y conocer a sus protagonistas, que sin duda fue la clase
obrera”, se explaya la investigadora.

Frente de Aragón, 1937 Archivo fotográfico de las Oficinas de Propaganda Exterior de la CNT-FAI, IISG Ámsterdam © MCD.CDMH. Fotografías Kati HornaFoto: Kati Horna
Las fotografías, entre los ideales y la imparcialidad
Este descubrimiento en el ingente archivo de la CNT-FAI ubicado en Ámsterdam supone el mayor legado conocido de las dos fotógrafas sobre la Guerra Civil española. “Eso nos pone de manifiesto que su trayectoria estuvo muy marcada por su compromiso con los anarquistas durante la contienda”, añade la investigadora desde la ciudad holandesa. Además, en el caso de Horna, el hallazgo permite rellenar los primeros siete meses de revolución social, ya que los trabajos que de ella se conservan en Salamanca corresponden a su etapa en la revista valenciana, hasta que abandona la España antifascista en 1938.
“Son dos fotógrafas profesionales, con una importante formación y trayectoria fotográfica cuando estalla la Guerra. La mirada artística está presente en sus fotografías, pero trabajan para unas oficinas de propaganda así que es esta, la propaganda, la que realmente marca su trabajo”, dilucida Rubio. Y así lo consiguen, pues sus instantáneas guardan una ideología detrás, “pero a la par también se muestran con cierto grado de objetividad, es como si su mirada fuera imparcial sin serlo”, continúa reflexionando la investigadora.
La incansable labor de Rubio por desempolvar un pasado silenciado y vilipendiado por los relatos oficialistas ha encontrado hogar, hasta el 24 de julio, en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid

Casa CNT, Barcelona, 1936. Archivo fotográfico de las Oficinas de Propaganda Exterior de la CNT-FAI, IISG Ámsterdam. © The Estate of the Late Margaret Michaelis
Juan Cruz, archivero de la Fundación Anselmo Lorenzo (FAL) de la CNT, desgrana el largo recorrido de toda esa documentación que ahora se conserva en Ámsterdam: “Tres miembros de CNT decidieron trasladar el archivo a la sede parisina del Instituto de Historia Social de Ámsterdam, siempre a título personal para que la dictadura franquista no pudiera reclamarlo después. Ante la previsible ocupación nazi de Francia, llevaron las cajas a Gran Bretaña”. Allí estuvieron en un espacio facilitado por la Universidad de Oxford, hasta que en 1947 partieron hacia el mismo lugar en el que se encuentran ahora. No fue hasta 1973 cuando un delegado del Secretariado Intercontinental de la CNT en el exilio revisó todo aquello.

Albalate de Cinca, 1936. Archivo fotográfico de las Oficinas de Propaganda Exterior de la CNT-FAI, IISG Ámsterdam. © The Estate of the Late Margaret Michaelis
Sea como fuere, la incansable labor de Rubio por desempolvar un
pasado silenciado y vilipendiado por los relatos oficialistas ha
encontrado hogar, hasta el 24 de julio, en la Academia de Bellas Artes
de San Fernando, en Madrid. “Estas dos fotógrafas se pusieron a las
órdenes de la Oficina de Prensa y Propaganda de la CNT, y realizaron un
trabajo encomiable de visibilizar las organizaciones revolucionarias y
la vida en retaguardia, con una mirada que iba mucho más allá del
fotoperiodismo”, relata Cruz.
Conocer la vida alejada del capital

Iglesia convertida en carpintería Binefar, Aragón, 1937. Archivo fotográfico de las Oficinas de Propaganda Exterior de la CNT-FAI, IISG Ámsterdam © MCD.CDMH. Fotografías Kati Horna
Fuente → elsaltodiario.com
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