El nazismo sigue presente en España
El nazismo sigue presente en España
Sergio Gracia

Muy a pesar de lo que pueda parecer, el movimiento neonazi no desapareció de España nunca, simplemente evolucionó para parecer más “aseadito” y “limpio”, buscando evitar con ello, el rechazo y la expulsión del espacio público.

 

Para ello, los nietos del 20-N no han dudado en modificar principalmente su vestimenta, símbolos y esvásticas identificativas, recogidas ellas por la Comisión Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte, llegando a concurrir electoralmente bajo el paraguas de algún partido político de nuevo cuño que ha dado cabida a estos grupos sociales, que hasta no hace mucho, eran acusados de neonazis, donde entre otras acciones han llevado a cabo ataques a personas por su color de piel, orientación sexual o creencia religiosa o ataques a centros de menores no acompañados.

A esto, debemos sumar la reaparición de nazis de los 90 que ahora actúan dentro de falsas asociaciones vecinales con la excusa de la defensa y la seguridad en los barrios. Por entonces, estos individuos actuaban con grupos tales como Vanguardia Nacional, Alternativa Europea-Liga Social Republicana, Acción Radical, Colectivo Kripo, Bases Autónomas, Juventudes Canillejas, JNR, Combat España, Blood & Honour o Hammerskin entre otros.

En la actualidad, buscan apoderase de espacios, términos, relatos y marcos que hasta no hace mucho eran exclusivos de la izquierda, para llegar con ellos a la clase trabajadora y más necesitada, con el único fin de captar nuevos miembros.

La creación de bolsas de empleo, cursos gratuitos, orientación sobre las cláusulas suelo, defensa personal o reparto de comida “sólo para españoles” se viene abajo cuando el o la solicitante son de etnia gitana, afrodescendientes o musulmanes, que perfectamente han podido nacer en España. Es decir, cuando hablan de “sólo españoles” quieren decir “arios”.

Esa pulcritud y ese buen hacer se cae como un castillo de naipes cuando buscas entre sus conferenciantes y aparecen nombres como Juan Antonio LLopart, líder del MSR, partido que tuvo contactos con Blood & Honour; Ramón Bau, que sería uno de los fundadores de CEDADE y posteriormente del Circulo de Estudios Indoeuropeos; Pedro Varela, dueño de la librería Europa que fue acusado de “enaltecimiento, justificación y negación del Holocausto y por delitos de incitación al odio contra los judíos”; o Ernest Milá, director de El Alcázar de Juntas Españolas, que en el año 2000 se integraría en Democracia Nacional, y en los últimos años, se aproximaría a España 2000.

Sobre Cedade saldrían diversos informes desde Alemania que señalarían las conexiones existentes con las Juventudes Vikingas de Berlín Occidental, así como las conexiones con ideólogos nazis de Austria y Alemania. Donde el propio Parlamento Europeo los llegó a considerar “uno de los grupos neonazis más antiguos, numerosos y activos de Europa”.

Esas acusaciones lanzadas desde el PE serían confirmadas por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en los años 90 debido a la creciente presencia de cabezas rapadas. Llegando a realizarse reuniones periódicas a nivel europeo debido al auge de estos movimientos.

Todo esto sigue ocurriendo hoy a pesar de que en 2013 la eurocomisaria de Justicia, Viviane Reding, instó a España a “sancionar la banalización del nazismo y el franquismo”, algo que los diferentes gobiernos municipales, autonómicos y nacionales han ignorado de forma sistemática, dejando actuar a estos grupos e individuos, cada vez más envalentonados, a sabiendas que están fuera de la Ley. Donde la ilegalización de Blood & Honour y Hammerskin sería un oasis en el desierto.

Mientras “camaradas” de estos grupos son ilegalizados por nuestros vecinos como es el caso de Bastión Social en Francia o Amanecer Dorado en Grecia, en España a estos individuos se les pasa la mano por el lomo en manifestaciones de forma sumisa, mientras que a quienes se manifiestan en defensa de los Derechos se les golpea impunemente.

Donde desde los años 90 hasta nuestros días, estos grupos han ejecutado más de 100 asesinatos por motivos de odio, siendo estos catalogados siempre como “hechos aislados”. Véase por ejemplo los asesinatos de Sonia Rescalvo, Aitor Zabaleta, Guillem Agulló o Lucrecia Pérez entre otros.

Lo sucedido en Barcelona hace unos días en el homenaje al nazi F.Kuhfuss llevado a cabo por Devenir Europeo, ha sido el último ejemplo de la impunidad con la que actúan estos grupos. Pero no es el único, ya anualmente asistimos a concentraciones y exaltaciones en favor de la División Azul o de individuos que han tenido vínculos con el nazismo, a lo que hay que sumar además la famosa marcha de las Antorchas.

También hace unos días, en el afán de ocupar esos marcos y apoderarse de esos relatos, miembros de Getafe NR fueron expulsados de una manifestación en favor de la sanidad pública, igual que sucedió en 2021 con miembros de Bastión Frontal, grupo que homenajea a la negacionista Úrsula Haverbeck, dejando muy clara su ideología donde resaltan la A y la H de su nombre.

En España el movimiento neonazi sigue más vivo que nunca, ya sea este nacional o autonómico, algo que ya impulsaría la propia Cedade en diciembre del 71 donde reconocería “los valores regionales”, donde sus ideólogos de cabecera son los mismos de antaño, llevando nuevamente a cabo actuaciones cada vez más radicales, donde el único fin es infundir miedo y temor a quienes no entran en sus parámetros o se dedican a denunciarlos.

Donde para expandir su odio se sirven por un lado, tanto de nuevos como de viejos fanzines, donde expresan el “corpus” doctrinal del grupo y donde buscan vender un hombre con formación ideológica, culto y combativo, utilizando para ello como catalizador el deporte en general y el fútbol en particular a través de las gradas de animación, y donde para llegar al mayor número de potenciales acólitos con el menor esfuerzo, no pueden faltar las redes sociales para difundir sus eventos e idearios.

Negar rotundamente el crecimiento del nazismo en España es una temeridad igual que sucedió hace unos años con el crecimiento de la extrema derecha, donde taparse los ojos para no ver lo que realmente está pasando, solo servirá para que siga costando vidas de inocentes que quieren vivir su vida en plena libertad.


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