"Una nueva generación de políticos entendió que modernizar y democratizar al país también pasaba por sus Fuerzas Armadas e impulsaron su incorporación a la Alianza, en paralelo a la de la Unión Europea".

Sin embargo, nada más lejos de la realidad.

"Presentar a la OTAN -escribe Gonzalo Segura- como un ente democrático -y, por tanto, democratizador- es uno de los grandes embustes del relato occidental construido en torno a la organización, como si esta representara los intereses de la democracia. Basta recordar la entrada de Portugal o Grecia, cuando ambas eran dictaduras, o la deriva de la actual Turquía desde la llegada de Erdogan. Ello, por no hablar de la 'especial relación' de Arabia Saudí con la OTAN. Una especial relación que recuerda, en gran medida, a la que Estados Unidos y la propia OTAN mantuvieron con la España de Franco. Queda claro, pues, que democracia y modernización no son ni mucho menos sinónimos, aun cuando en ocasiones pueden caminar aparejados".

Pero es que además, -prosigue Segura-, en el caso de España confluyeron dos elementos que atacaron seriamente los principios democráticos. En primer lugar, el derrocamiento de Adolfo Suárez cuando este se opuso a la entrada de España en la OTAN -fue hostigado por las élites españolas, incluido el rey Juan Carlos, hasta que dimitió-. Cuestión a la que habría que añadir que España entró en la OTAN gracias a Leopoldo Calvo Sotelo, antiguo ministro de Franco, que llegó tras el derrocamiento de Adolfo Suárez y el golpe de Estado del 23-F. Decían algo de democracia, ¿verdad?

En segundo lugar, la voluntad de los votantes de izquierdas que eligieron a Felipe González en 1982, así como la de los cuadros principales del partido, incluido el propio ex presidente español —salvo que sus declaraciones fueran falsas—, fue torcida para aceptar la entrada de España en la OTAN pactada por Calvo Sotelo.

Y en relación con el referéndum convocado por el PSOE para determinar la disposición de los españoles en relación con ese ingreso, el teniente recuerda que:

"Nadie puede negar que los ciudadanos españoles fueron engañados, pues en la mencionada consulta se incluyeron tres condiciones que no solo no se cumplieron, sino que jamás se pretendieron cumplir:

- España no se integraría en la estructura militar de la OTAN;

- y que Estados Unidos reduciría sus bases militares en España".

Finalmente, rememora Luis Gonzalo en su artículo, España entraría oficialmente en la estructura militar de la OTAN en 1999 cuando el Gobierno español, ya con José María Aznar al frente, ratificó por vía parlamentaria la entrada en la estructura militar.

En relación con la prohibición de armas nucleares en territorio español, el incumplimiento ha sido tan frecuente que el listado no nos bastaría esta página para completarla.

En el orden económico, resulta imposible conocer con exactitud cuál ha sido coste. Pero con toda seguridad este ha ascendido a varias decenas de miles de millones de euros. Una cantidad mastodóntica para un país que, hoy, cuenta con un tercio de los niños en el umbral de la pobreza, una décima parte de los hogares sufriendo pobreza energética, una deuda elevadísima y una tasa de desempleo casi insoportable, escribe el teniente Luis Gonzalo Segura.