Cataluña tras la provocación de Mayo (1937)

Cataluña tras la provocación de Mayo (1937)

En los días que van del 3 al 7 de mayo, Barcelona fue escenario de trágicos acontecimientos. La tensión entre los trabajadores revolucionarios y sus oponentes estalló en una lucha abierta. Era un plan a gran escala para desafiar a las masas organizadas en la CNT. En abril, el entonces ministro de Economía, Negrín, envió un gran contingente de la fuerza de aduanas a la frontera catalano-francesa, aunque no había la menor razón para tal intervención por parte del gobierno central.

Surgieron numerosos conflictos entre la población fronteriza y las tropas, en el transcurso de los cuales nuestro compañero Martín, alcalde de Puigcerdá, fue asesinado a tiros por elementos del semifascista Estat Catalá.

En la provincia de Barcelona se inició una agitación sin precedentes contra la CNT y la FAI tras la muerte del socialista Poldán, sin que hasta la fecha se haya encontrado el rastro de los autores que dispararon al líder de UGT en la calle.

Barricada obrera CNT Barcelona 3 de mayo de 1937Cuando el 3 de mayo el ministro de seguridad catalán Aiguadé y el jefe de policía Salas ocuparon el edificio de la Telefónica nos de Barcelona sin haber obtenido antes una decisión del gobierno catalán al respecto, las masas respondieron tomando las calles de los barrios residenciales proletarios de la ciudad, en defensa de la revolución. Este 3 de mayo fue una poderosa demostración de los trabajadores revolucionarios, demostrando una vez más que para los verdaderos proletarios de Barcelona sólo hay una cosa: la Revolución Social, que ven encarnada en la CNT.

Pero los enemigos de los trabajadores no querían que la manifestación terminara ahí. Una parte de la vieja policía y los partidos burgueses, las organizaciones de la pequeña burguesía, es decir, el Partido Comunista y la UGT, atacaron a los trabajadores revolucionarios. Ya el 4 de mayo, el Comité Nacional de la CNT, junto con todos los demás comités de la CNT y de la FAI de Cataluña, dio órdenes de dejar de disparar en cualquier circunstancia. Durante tres días más los provocadores continuaron su labor, los trabajadores tuvieron que defenderse. La burguesía no tenía prisa por resolver el conflicto. Se esperaba que el malestar pudiera aumentar hasta provocar la intervención de los buques de guerra ingleses y franceses que llegaron misteriosamente al inicio de los acontecimientos. Al igual que la gran burguesía fascista de España, temiendo la revolución obrera, vendió la soberanía de su país a Alemania e Italia. Así que hoy los partidarios del statu quo republicano están dispuestos a entregar el destino del país al imperialismo inglés y francés.

En esto ven, con razón, la única garantía de una supresión de las masas trabajadoras que quieren ir más allá de la república burguesa.

Cualquiera que haya paseado por las morgues del Hospital Clfnico de Barcelona tras las sangrientas jornadas de mayo, donde yacen todas las vctimas de los enfrentamientos, sabe quienes fueron los agresores y quienes los agredidos. Cientos de ellos estaban alineados uno al lado del otro, los proletarios de la CNT y la FAI. Cientos cayeron en las calles, en sus sindicatos. Pero muchos fueron detenidos y asesinados días después, como nuestros compañeros italianos Berneri y Barbieri. Numerosos compañeros fueron encontrados como cadáveres en los caminos rurales – cerca de Barcelona, cerca de Tarragona, Tortosa. Otros han desaparecido desde entonces sin dejar rastro.

Tras los acontecimientos, los comunistas siguieron adelante. La organización de la seguridad pública en Cataluña pasó a depender del gobierno central. Junto con los partidos burgueses, los comunistas también se ocuparon del gobierno valenciano, en el que el bloque de la CNT-izquierda UGT estaba representado por los ministros de la CNT y Largo Caballero.

La revolución española está en grave peligro. Las potencias extranjeras -todas sin excepción- se oponen a que el proletariado tome su causa en sus manos en la península ibérica. Saben que todos están entonces amenazados: los poderes fascistas y los llamados democráticos ya no podrían protegerse contra la Revolución Social. El ejemplo de la nueva España obrera señalaría incluso a las masas de Rusia nuevos objetivos sociales y políticos que van mucho más allá de cualquier monopolización de la revolución por parte de los partidos políticos. En España y fuera de ella se trabaja febril y sistemáticamente para dar marcha atrás. No queremos detenernos aquí para demostrarlo con los sucesos cotidianos de nuestro entorno inmediato, sino que nos dirigimos a los trabajadores de todos los demás países para decirles: la revolución española, que tuvo un comienzo tan espléndido en el movimiento de julio contra el fascismo, está en peligro. Los viejos políticos profesionales del país, con el vivo beneplácito y bajo las órdenes directas de las potencias extranjeras, tratan de privar al movimiento popular antifascista de todo carácter social revolucionario. Quieren reconducir el país a un régimen de parlamentarismo burgués y de capitalismo. Quieren terminar la guerra en interés de una coalición imperialista de potencias a la que se va a anexionar España.

El movimiento de julio del pueblo español mostró un nuevo camino. Fue la primera señal de que los pueblos de Europa aún son capaces de comprender: sólo si toman las riendas ellos mismos, prescindiendo de cualquier consideración de los intereses imperialistas, hay posibilidad de liberación. Sólo la revolución social europea puede acabar con todo el espectro de la esclavitud fascista y la eterna amenaza de la guerra. Si la revolución en España triunfara, sería el principio del fin de todas las potencias imperialistas y de la explotación capitalista en toda Europa.

Pero si la lucha española termina con un compromiso, entonces el magnífico esfuerzo y el inmenso sacrificio de sangre de las masas habrán sido en vano. Europa sigue como antes, las viejas tensiones que conducen a la catástrofe vuelven a ser reprimidas, pero en secreto con más fuerza que nunca.

¡Trabajadores de Europa!

Su causa está en juego. Su intervención es necesaria. Porque es por ti que el pueblo español revolucionario se ha levantado. Mirad a España, ved cómo, a pesar de todas las intrigas y maniobras de los enemigos de la revolución, empieza a fraguarse un entendimiento entre los honestos trabajadores revolucionarios de las dos grandes organizaciones del proletariado español.

Siga este ejemplo. ¡Viva la unidad revolucionaria de los trabajadores! Viva la acción directa de los pueblos contra el fascismo.

De: La Revolución Social nº 13, 1937. Digitalizado por la Biblioteca y Archivo Anarquista de Viena. Reeditado (eliminación de imprecisiones de escaneo, ae a ä, That a Tat, etc.) por http://www.anarchismus.at.


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