Franco fusiló a unas 40.000 personas en periodo de paz y firmó más de 10 condenas a muerte al día durante los 10 primeros año
Álvarez Junco cree que el Estado debe apoyar más localizar los restos de los desaparecidos, pero las familias deben decidir el traslado o no

Franco fusiló a unas 40.000 personas en periodo de paz y firmó más de 10 condenas a muerte al día durante los 10 primeros año / Juan Luis Valenzuela

 

En su nuevo libro, 'Qué hacer con un pasado sucio', el historiador José Álvarez Junco reflexiona sobre la dimensión y las repercusiones en las sociedades con pasados traumáticos tales como las guerras civiles, los genocidios o las dictaduras. También profundiza en la manera de que este pasado y sus consecuencias son susceptibles de ser manipulado o utilizado políticamente para objetivos actuales. Aunque su foco es la guerra civil española y el primer franquismo, los compara con la Alemania nazi, el Chile de Pinochet, la Colombia de guerrilleros y paramilitares o la Sudáfrica del apartheid, entre otros ejemplos.

Setenta y nueve años y leridano de Vielha, Álvarez Junco es catedrático de Historia del Pensamiento y los Movimientos Políticos y Sociales en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid. Anteriormente fue profesor o investigador visitante en diversas universidades extranjeras como las de Padua, Oxford, la Soborna y Harvard. También entre 2004 y 2008 ejerció como Director del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, y Consejero de Estado. Ha publicado importantes obras como La ideología política del anarquismo español (1868-1910) (1976) o Mater Dolorosa. La idea de España en el siglo XIX (Premio Nacional de Ensayo 2002; Premio Fastenrath, de la RAE, 2003).

En 'Qué hacer con un pasado sucio' (Editorial Galaxia Gutemberg) Álvarez Junco analiza la historia de nuestro país desde el periodo de principios del siglo XX hasta la actualidad. Una larga etapa que ha dejado en la sociedad española una herencia de fracturas y heridas que se reproducen actualmente.

En el capítulo cuarto del libro, “El trauma”, el investigador afirma que “ni siquiera los mejores informados sobre la situación política española fueron capaces de predecir, a comienzos de julio del 36, la pavorosa Guerra Civil que estaba a punto de iniciarse, aunque no era un secreto que núcleos monárquicos conspiraban, apoyados por Mussolini y que habían captado a varios generales”. Entre ellos nombra a Sanjurjo, Mola y Franco.

Sobre la represión que aplicó el dictador una vez que accedió a la Jefatura del Estado, Álvarez Junco, entrevistado por 'El País', calcula que “Franco fusiló a unas 40.000 personas en periodo de paz”. “Esto significa 4.000 personas durante 10 años y significa más de 10 al día. Firmó más de 10 condenas a muerte al día durante los 10 primeros años de su dictadura. Dejo aparte la guerra. Eso forma parte del trauma, del pasado sucio”, subraya.

¿Qué queda por hacer?

En el capítulo 11, el historiador expresa sus críticas a asignaturas pendientes de la democracia española en materia de memoria. Mantiene que se debería de avanzar más en la búsqueda y exhumación de los fusilados o desaparecidos durante la guerra y la dictadura, algo que considera como una “exigencia elemental”. Recuerda como en el informe de la ONU en 2014 se censuraba el retraso que España tenía en este apartado. Cree que el Estado debe de impulsar y apoyar más la localización e identificación de los restos pero deja a criterio de las familias la decisión del traslado o permanencia en el lugar. También echa de menos que no exista un censo bien elaborado del número de desaparecidos y recuerda como entre los propios memorialistas, jueces e historiadores no se ponen de acuerdo. En el número exacto que oscila entre los 143.350 de censo de Baltasar Garzón elaborado cuando era magistrado de la Audiencia Nacional hasta los 40.000 del doctor de Medicina Legal, José Antonio Lorente. También es muy crítico con la paralización por parte de los gobiernos del PP de la aplicación de la ley 52/207 sobre la elaboración de un mapa de fosas comunes. Además, critica que dichos gobiernos populares suprimieran las partidas necesarias para este cometido. Especialmente crítico es con el actual Ejecutivo autónomo de Andalucía, reacio a excavaciones de fosas y que ha permitido con esa actitud que se hayan producido actos vandálicos.

A pesar de todo Álvarez Junco ofrece un balance optimista de la última etapa en España. Entrevistado el pasado día 6 de mayo por Juan Cruz en el periódico argentino Clarín y ante la pregunta de si habláramos de buena o mala suerte, ¿qué suerte ha tenido este país? el profesor Álvarez Junco contesta que en general, este país ha tenido mala suerte. “El acceso a la modernidad ha sido difícil. Primero, nos tocó el imperio de los Habsburgo, luego los Borbones… Luego llegó la modernidad en el siglo XIX y ese fue un periodo dificilísimo. Eso derivó en guerras civiles, las carlistas, y más tarde, ya en el siglo XX, la de 1936-1939. Se impuso la dictadura y, después de la muerte de Franco, parece que lo supimos hacer. Ahí la suerte cambió. Entre 1976 y 1982 se hace la Transición y luego se accede a la modernidad económica. Y hoy vivimos mejor que hace cuarenta años, sin duda”.

El libro se desarrolla en tres niveles: la construcción de la imagen colectiva, la narración histórica y el rastreo de lo que queda de aquel trauma. Desde la primera perspectiva, recuerda cuál era la complaciente y autocompasiva imagen que los españoles se habían construido sobre sí mismos en las décadas o siglos anteriores y cómo integraron en ella aquellos brutales hechos, sobre todo en las interpretaciones elaboradas por sus intelectuales de mayor prestigio. Desde la segunda, narra lo que pasó en España, el origen de la crisis política de los años treinta, el desarrollo de los acontecimientos durante la misma, la dura represión de los años cuarenta, la evolución posterior de la dictadura y su superación durante la Transición. El tercer aspecto versa sobre qué hacer tras aquel trauma, qué políticas se han tomado en relación con las víctimas, y cuáles se podrían implantar para superarlo de una vez, si tal cosa es posible.

'Qué hacer con un pasado sucio', un libro muy interesante sin duda, que aporta ideas y datos sobre serias cuestiones, da opiniones solventes y abre capítulos para la reflexión y debate sobre cuestiones relevantes y asignaturas aún pendientes en nuestro país.


Fuente → elplural.com

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