La punta del iceberg: la Iglesia reconoce 506 casos de abusos a menores, un 40% de los reales

La punta del iceberg: la Iglesia reconoce 506 casos de abusos a menores, un 40% de los reales

¿Organización criminal? Ese sería probablemente la calificación que correspondería a una organización que durante décadas ha practicado abusos a menores impunemente y que, ahora, forzada por las apabullantes pruebas y testimonios intenta ‘lavarse la cara’ (sin necesidad en este caso de recurrir siquiera al papel jugado durante el franquismo).

Si hace pocas semanas fue el blanqueo del expolio de las inmatriculaciones pactado con el gobierno (se les reconocieron 33.956 bienes, un 97’2% del total), ahora pretenden cerrar el escándalo de las víctimas de abusos reconociendo 506, un 40’6% de las 1246 de que hay constancia.

Este viernes el portavoz de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello, obispo auxiliar de Valladolid, ha anunciado en rueda de prensa que, tras conocerse la creación de una comisión de investigación parlamentaria, los obispos tienen que “conocer la propuesta real que se nos haga”. Pero no parecen siquiera dispuestos a participar en una comisión de investigación, a pesar de que no tiene consecuencia penal alguna y donde, como está comprobado, se pueden mentir sin ningún problema: “A priori, nuestra inclinación (a participar) sería negativa“. No en vano, ellos mismos han puesto en marcha una autoinvestigación con el gabinete de abogados Cremades, que ha contratado para ello: “el equipo de abogados presentará su trabajo”. Y es que, a pesar de la financiación multimillonaria que reciben del Estado, justifican no sentirse obligados a rendir cuentas públicas ya que ” la Iglesia no es una administración pública” a la que se pueda controlar.

Preparando el terreno para ese lavado de imagen, el órgano de gobierno de la Iglesia ha elevado la cifra de víctimas de abusos a 506 (hasta ahora apenas reconocían 200) “a las que queremos ofrecer en el futuro reconocimiento y reparación” (¿con la venta de algunos de los bienes inmatriculados o con parte de los 11.000 millones de financiación pública anual?). Los datos procederían de las 202 oficinas que la Iglesia tiene entre su 60 diócesis y 142 congregaciones religiosas. Según otros cálculos contrastados, las víctimas reales serían 1.246 casi un 60% más de las que reconocen los obispos.

De esos 506 casos reconocidos, 300 estarían prescritos civil y canónicamente por haber transcurrido un mínimo de 30 años desde que fueron cometidos. El resto, algo más de 200, podrían ser objeto de procesamiento judicial o eclesiástico y 103 casos serían denuncias de personas fallecidas. “Hay denuncias a clérigos, sacerdotes, religiosos, hermanos y a laicos con encomienda o trabajo en la Iglesia“, apuntó Argüello, señalando, también por primera vez, la necesidad de “hacer un mapa” de la pederastia en España (con datos que son el 40% de los realmente denunciados).

Sobre una posible apertura de los archivos, el portavoz de la CEE indicó que “la Iglesia colaborará facilitando la información disponible, con el respeto a la protección de datos, la privacidad de las víctimas, pero desde un espíritu de colaboración. Somos los más interesados en el conocimiento de la verdad” ( ¿cuántos de los casos denunciados conocían y los han estado encubriendo durante décadas?). Para eso han contratado a un bufete de abogados (un encargo del demandado para tapar sus vergüenzas) respecto al cual han señalado su disposición a “la colaboración total y el respeto a su independencia y ritmo de trabajo” (¡como si se tratara de una investigación judicial independiente!). “Nos han pedido información y se la estamos comunicando” y será el bufete de abogados quien explicará los resultados del encargo recibido (“Han de ser ellos los que digan lo que están realizando”).

Y por si alguien se atreviera cuestionar la honestidad de la Iglesia, ha afirmado: “De nuevo queremos señalar que todas las iniciativas que permitan desenmascarar y ayudar a acabar con la lacra de los abusos en la Iglesia y en la sociedad contarán siempre con nuestro apoyo“. Y, para que quede claro, que se trata de sólo algunas insignificantes manzanas podridas, poquísimas, y que lo sienten ‘mucho, no volverá a ocurrir’ el obispo portavoz ha finalizado su intervención con un “La Iglesia se sigue comprometiendo a desarrollar procesos de formación para evitar los abusos y apartar a aquellas personas que demuestren que son indignas. Queremos que resplandezca la verdad, para que no haya lobos que se disfracen de corderos y sean pastores, pero también para que decenas de miles de personas que entregan sus vidas en la actividad educativa, catequética y misionera no se vean sometidos a una permanente sospecha, y no se pueda decir, porque es injusto, que la Iglesia es un lugar inseguro para niños, adolescentes y jóvenes”. Amén, añadimos nosotros.

Si se sometieran a una investigación judicial promovida por la fiscalía del Estado y desarrollada por un sistema judicial verdaderamente independiente, con la apertura pública de los archivos, quizás hubiera alguna posibilidad de que no ocurriera con este crimen como con los del monarca emérito (regularización y blanqueo a cambio de algunas compensaciones económicas). Pero eso sería pedir mucho a una institución como la Iglesia Católica profundamente enraizada en el ADN del régimen político borbónico y de su ‘modélica’ transición democrática.


Fuente → kaosenlared.net

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