Desde su experiencia en el Parlamento Europeo, Urbán explicó que la familia política de Vox, a pesar de que pudiera parecer la misma que el “chovinismo del bienestar” de Le Pen en Francia o el neofascismo de Amanecer Dorado en Grecia, es el “neoliberalismo autoritario”, siendo “turboliberales en lo económico, autoritarios en lo político y profundamente conservadores en lo moral”.

Además, también señaló la importancia del neopentacostalismo y el neofundamentalismo evangelista que ha ganado mucho terreno en América Latina, que ha dado una base popular a las nuevas extremas derechas en países como Brasil, y de las que antes no disponían.

¿Cuáles son, en España, los orígenes de Vox? Para Miguel Urbán, Vox es “una escisión del PP, algo inusual en otras derechas europeas”, y con uno de los puntos clave en las elecciones de 2004 que ganó José Luis Rodríguez Zapatero con su “nos han robado las elecciones”. La oposición del PP contra Zapatero fue “inusual en la derecha democristiana europea”, dado que, por primera vez, se utilizó “el aparato del Estado profundo y las técnicas de lawfare contra el Gobierno”. Esta judicialización de la política, que tan evidente se hizo con los altercados del 1 de octubre en Cataluña, comenzó entonces: “las leyes de memoria histórica, del aborto y del matrimonio igualitario, junto con el propio Estatut catalán, acabaron todas en el Tribunal Constitucional”. De este modo, según estudia Urbán, se comenzó a generar un espacio radical en los márgenes de la derecha española y que lograron movilizar hasta un millón de personas en aquella época. Y es este espacio en el que germina Vox, teniendo los gobiernos de Esperanza Aguirre en Madrid como “laboratorio”.

“No es útil el cordón sanitario a la extrema derecha, principalmente porque es imposible”, en términos de Miguel Urbán. El eurodiputado señaló que, para que sea posible imaginar un cordón sanitario frente a la extrema derecha, “se necesita una derecha con pasado democrático”, como sí sucede en Alemania. ¿Qué hacer, por tanto, ante esta ola reaccionaria? “Estudiar las nuevas estrategias de la extrema derecha” en cada caso, en palabras de Urbán, debe ser una de las claves de lucha desde el antifascismo. Un antifascismo “del siglo XXI”, que debe incluir al conjunto de las izquierdas, al ecosocialismo y al feminismo como elementos clave para poder combatir esta ola reaccionaria que funciona ya a escala mundial.