Juan Carlos I, cuando aún todo le estaba permitido dentro y fuera de La Zarzuela
Conociendo el insaciable historial amoroso y sexual de Juan Carlos I, cuesta creer que desde los años ochenta el emérito circule por estos mundos de manantial sin una parte del testículo izquierdo, uno de los órganos más usados en su actividad cotidiana, sobre todo desde el momento que Felipe González le dio carta de libertad para dedicarse a sus cosas y olvidar tanto como pudiera la actividad diplomática o política. Simplemente, debía disimular que el matrimonio con Sofía todavía resistía.
El accidente ocurrió en enero de 1983 durante unas vacaciones navideñas en la famosa estación alpina de Gstaad. Estuvo acompañado de una de sus múltiples amantes y con amigos de la alta sociedad que compartían su pasión por las fiestas y el sexo. El rey resbaló sobre una placa de hielo, se rompió la pelvis y un testículo quedó malherido sin remedio.
Las pelotas de rey volverían a ser noticia cuando un paparazzi vendió a una revista italiana las fotografías del monarca sin ropa en la cubierta del Fortuna . El título del reportaje era bastante explícito: “Las joyas mejor guardadas de la corona española.” La revista no pudo pasar la frontera, pero todo el mundo hablaba de ello. La Casa del Rey incluso se defendió recordando la operación en el testículo y la teórica necesidad del monarca de tomar el sol por prescripción médica. Algunos periodistas y escritores de los medios españoles lo aprovecharon para asegurar que las fotografías demostraban que Juan Carlos I tenía el “asta real” bien firme o la “entrepierna” en buenas condiciones.
El propio ministro de Asuntos Exteriores de González, Paco Fernández Ordóñez, recomendó que no se tomaran acciones legales contra la revista para evitar un efecto Streisand de manual. Recordó, además, que la única manera de evitar fotografías como aquellas era “¡no yendo desnudo!”.
Juan Carlos I, cuando aún todo le estaba permitido dentro y fuera de La Zarzuela
'Esquí' de fondo
Una de las cosas que los hijos del rey aprendieron pronto es que había actividades de Juan Carlos que eran eufemismos catedralicios. Cuando decía que iba a cazar, navegar o esquiar sabían que, en realidad, mantenía una diversión desenfrenada que Sofía le permitía y que el pobre Sabino Fernández Campo organizaba evitando cualquier escándalo.
Desigualdad salarial y discriminación sexual
Una de las batallas de nuestro tiempo es que los hombres y mujeres cobren igual para realizar el mismo trabajo. Pero, ¿qué pasa en la institución que debería ser la más modélica de nuestros amigos españoles? El sueldo del rey subirá este 2022 a 259.000 euros y el de la reina, a 142.000. Ante todo, ¡felicidades a los premiados! Segundo, ¿por qué Felipe cobra más del doble si ambos tienen el título de su majestad? ¿Quizás porque Letícia es periodista y eso le rebaja la categoría? ¿Por qué la sangre de los Borbones que lleva Felipe VI tiene un plus que desconocemos? ¿Por qué un hombre es algo más que una mujer? ¿Por qué los reyes carecen de sindicatos? Porque a la reina (tan feminista que es) ¿ya le parece bien?
La soledad del corredor de fondo
En los programas del corazón circulan nuevas teorías sobre por qué Iñaki Urdangarin cayó en los brazos de Ainhoa Armentia, compañera a su nuevo trabajo en Vitoria, una relación que ha provocado un descalabro en su matrimonio con la infanta o antigua infanta, ya no lo tenemos claro, Cristina. "La soledad en prisión se hizo insoportable", ha dicho uno de sus abogados para justificar su actitud. Él mismo eligió la cárcel de mujeres de Brieva y vivir en un módulo sin nadie más. De alguna manera debía desahogarse. Lo entendemos todos.
Fuente → LRP.cat
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