Sobre Las 13 rosas, Nevadita, Tomasa Cuevas, Matilde Landa y… Maricuela

Sobre Las 13 rosas, Nevadita, Tomasa Cuevas, Matilde Landa y… Maricuela / Asociación AGE

 
En Madrid nació el campo base de un colectivo que se forjó internacional y que en ese ámbito mantiene su lucha diaria. La asociación guerrillera que dispara palabras antifascistas lleva por nombre AGE, siglas de Archivo, Guerra y Exilio. De forma más concreta, es una plataforma de reivindicación de los derechos de las víctimas del franquismo y la recuperación de la memoria democrática. Fue fundada en 1997 y tiene a Dolores Cabra como secretaria general.

Consultada sobre qué visión tiene de Ángeles Flórez Peón, última miliciana que se presupone que está viva, Cabra echa la vista atrás y cita en un primer momento a Nieves Torres, ‘Nevadita’ le llamaban sus amigas, cuando ella tenía 90 años. Dolores entonces era, como le decía aquella mujer mayor, una jovenzuela en la cincuentena. «Mi querida amiga y miembro de AGE Carmen López Landa, me dijo que tenía que conocerla porque Torres era una mujer de historia, conocedora de ‘Las 13 rosas’ y sabedora también de las cárceles y penales con memoria, Ventas, Alcalá de Henares, Saturrarán...
 
Según evoca la secretaria, ‘Nevadita’ guardaba fotos de aquellas cárceles y se las fue enseñando mientras describía las escenas que habían quedado fijas en esas improntas de terror. El mundo de la dictadura se abría como un abanico de buen aire en ese mundo cerrado y protegido por un muro de silencio, mientras oía las palabras de su amiga Carmen, la hija de Matilde Landa –a quien rinde homenaje con una preciosa canción el navarro Enrique Villarreal ‘El Drogas’–, ‘suicidada’ por la jerarquía eclesiástica en la cárcel de Mallorca.
 
Enfatiza al respecto Dolores: «Las noches interminables con Carmen entre el cigarro, el café y la conversa, descubriendo los exilios y la represión de la posguerra, y, sobre todo, a aquellas mujeres de alma hermosa y corazón valiente que resistieron hasta el final», aporta y da un paso más al frente: «Los veinte años que Carmen me llevaba de ventaja en la vida, me los regaló generosamente llenando mi memoria de historias, que sin ella nunca hubiera conocido de primera mano».

De la suya descubrió a ‘Nevadita’ quien a su vez era amiga de la guerrillera antifranquista Esperanza Martínez ‘Sole’, a través de quien Cabra descubrió y visitó en aquella oscura residencia barcelonesa de mayores a Tomasa Cuevas, conocedora de las vidas carcelarias de sus compañeras de lucha a quienes «como un tesoro había plasmado en las páginas de su libro de testimonios de mujeres en las cárceles franquistas». Y de la mano de ‘Nevadita’ allí estaban Dinamitera y Maricuela, todas ellas inquilinas, coincidentes más o menos en la estancia y en el tiempo, de la cárcel de Saturrarán. «Ese muro de silencio –apostilla– se resquebrajaba en mi memoria a medida que hablaba con estas grandes mujeres porque ellas llenaban con sus palabras esas oquedades de los cerebros de mi generación».

Cuando Dolores se encontró con ‘Maricuela’ en el monumento memorialista Pozu Fortuna levantado en San Andrés de Turón –Asturias– sintió «un gran honor porque en esa ocasión, era el año 2015, el galardón me lo concedían a mí». El reconocimiento se debió a la exhaustiva labor de rescate de memoria democrática que Cabra venía realizando desde hacía años. «Era la primera vez que ese preciado galardón se le concedía a una mujer y naturalmente se lo dediqué a todas, a las que me precedieron y enseñaron».
 
A su juicio, Ángeles ‘Maricuela’ es una mujer menuda, de piel suave y luminosa, risueña y con ánimo, «siendo lo más potente y fortalecedor sus ojos tan expresivos, esos ojos que no necesitan palabras para indicar con contundencia que siempre se pudo contar con ella, que su voz se ha ido quedando sola y por ello la responsabilidad es mayor, porque ahora su voz es la voz de todas ellas».

Siguiendo en su análisis, la madrileña señala a todas esas mujeres «fuertes y dulces» que además comprendieron, como lo ha hecho Flórez Peón, la importancia de dejarnos escritas sus memorias. «’Maricuela’ –concluye la madrileña a 7K– sabe que si conseguimos doblegar estos tiempos de pandemias y fascismos nos tomaremos pronto un café en ese su Gijón querido».
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