Se cumplen 80 años de los Sucesos de Castilblanco, un enfrentamiento entre jornaleros y Guardia Civil que polarizó a la sociedad
Jornaleros siendo detenidos por la Guardia Civil en Castilblanco el 31 de diciembre de 1931

 Una República con menos de un año de vida, se enfrentaba a un suceso que minaría la confianza popular en las instituciones: la muerte de cuatro agentes de la Guardia Civil y un jornalero en la localidad extremeña de Castilblanco.

Se cumplen 80 años de los Sucesos de Castilblanco, un enfrentamiento entre jornaleros y Guardia Civil que polarizó a la sociedad 

El 31 de diciembre de 1931 quedaría marcado en el calendario por unos sucesos que marcarían gravemente la confianza de la población en las instituciones de la República, proclamada menos de 8 meses antes con la promesa de avances sociales. Los sucesos de Castilblanco, la muerte de cuatro Guardias Civiles y un jornalero en un contexto de huelga en el municipio extremeño, desató una espiral de represión y movilización en lo que se denominó la Semana Trágica del ’32.

En diciembre de 1931 las condiciones en el ámbito rural extremeño continuaban siendo tan duras como habían sido durante todas las décadas anteriores. La explotación de los terratenientes rentistas, la ausencia de derechos laborales y las duras condiciones de vida, se agravaban por la crisis económica mundial que azotaba el mundo desde 1929. En este contexto, la Federacion Nacional de Trabajadores de la Tierra, un sindicato de jornaleros ligado a la UGT, convocó una huelga general en el municipio ante la actitud represiva del jefe de la Guardia Civil en de Castilblanco.

Ante la convocatoria de huelga, legal desde el 7 de mayo de aquel año, la Guardia Civil actuó como había actuado durante la última década, en la que contaba con la total libertad de reprimir las movilizaciones bajo la instrucción de la dictadura de Primo de Rivera. Cuatro agentes del cuerpo acudieron a la sede de la FNTT para instar a los miembros del sindicato a desconvocar una manifestación. Según los relatos de la época, en medio de una fuerte discusión provocada por los insultos de un grupo de mujeres a los agentes, uno de los guardias civiles abrió fuego contra los jornaleros, acabando con la vida de uno de los jornaleros. En respuesta, los agricultores, enardecidos, lincharon a los cuatro agentes violentamente.

El doctor Gregorio Marañón calificaba desde las páginas de El Sol los acontecimientos como una Fuenteovejuna, achacando la violencia del linchamiento al efecto acumulado de años de represión y las duras condiciones de explotación del campo. Por su parte, los sectores más reaccionario de la sociedad agitaban el acontecimiento para encender los ánimos contra los sindicatos y los trabajadores del campo.

Los medios de comunicación, periódicos y una incipiente radio, llevaron la noticia a todos los rincones del país, extendiendo lo efectos del suceso. En medio de un clima de represión y venganza por los acontecimientos, la Guardia Civil arremetió contra convocatorias sindicales y de trabajadores en todo el país, matando a dos campesinos en Zalamea de la Serena, otras dos en Épila (Zaragoza) y otras cuatro personas en Jeresa (Valencia) en apenas cuatro días. El cinco de enero, la Guardia Civil disparó contra una multitud en Arnedo, La Rioja, acabando asesinando a once personas, entre ellas varias mujeres con sus hijos pequeños.

Estos sucesos marcaron el primer gran desafío para la República ante las gravísimas tensiones políticas que atravesaba el país y que tendrían como máxima expresión la Guerra Civil iniciada en 1936 tras el golpe de estado fallido de los militares africanistas.


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