CALUMNIAS EN EL TRABAJO
Siguiendo las instrucciones del gobierno de la URSS, la prensa de la Tercera Internacional ha desencadenado y sigue librando una violenta campaña contra el POUM, contra el Partido Obrero de Unificación Marxista de España.
Esta campaña es de carácter tendencioso y de una violencia inaudita.
El periodista bolchevique Michel Koltzov acusó a los milicianos del POUM de ser unos cobardes e informó de que
[…] los destacamentos del POUM de las Brigadas Internacionales han sido disueltos y sus mandos expulsados del frente de Madrid. (Humanité, París, 24 de enero de 1937)
El órgano comunista centrista Il Grido del Popolo de París (14 de marzo de 1937) dice en una de sus correspondencias desde Barcelona:
¿Y los trotskistas del POUM? En medio de este entusiasmo, en este nuevo esfuerzo grandioso que el pueblo persigue, estos agentes del fascismo han enviado por la ciudad, varios días seguidos, un camión con la enorme inscripción: Organicemos la lucha contra el fascismo por delante y la lucha contra el reformismo por detrás.
Qué cobardes son esos contrarrevolucionarios que se cuidan de no luchar contra el fascismo en el frente, pero que, en cambio, en la retaguardia, con el pretexto de luchar contra el reformismo, combaten los esfuerzos del Frente Popular por poner a la nación en pie de guerra. Pero el pueblo de España, al llevar a estos bandidos ante la justicia, marcha directamente hacia la victoria.
En España, la prensa y los representantes del PSUC no hablan de otra manera. Mundo Obrero, el órgano del PC español, afirmaba en su número del 29 de enero de 1937:
¡Debemos luchar sin cesar contra los elementos trotskistas! Son los mejores auxiliares de Franco en nuestro país… El POUM es un puesto de avanzada del enemigo en nuestro propio país.
En todo movimiento revolucionario, los más peligrosos son los que se cubren con el manto de la Amistad para apuñalarla en el hombro. En toda guerra, los más peligrosos no son los enemigos que ocupan las trincheras del frente, sino los espías y saboteadores. El POUM es uno de ellos.
Ahora, el órgano de la Juventud Socialista Unida, dijo el 27 de enero de 1937:
Liquidemos de una vez por todas esta fracción de quinta columna. El pueblo soviético, con su implacable justicia contra el grupo de saboteadores y asesinos trotskistas, nos muestra el camino.
Juan Comorera, influyente militante del PSUC y representante de la UGT en el gobierno catalán, dijo en uno de sus discursos (25 de enero de 1937)
Los que critican al Consejo de la Generalitat son agentes provocadores, que agitan los bajos fondos de la sociedad. Y de nuevo: muerte, no al fascismo, que ya ha muerto en los campos de batalla, sino a los agentes provocadores.
En la misma reunión, Uribe, diputado comunista, proclamó:
Para ganar la guerra, debemos trabajar para extirpar el cancro del trotskismo.
Por su parte, Carillo, secretario general de las Juventudes Socialistas Unificadas, afirmó a su paso:
La política de los trotskistas, diciendo que luchamos por la revolución social, es la política de los invasores, es la política de los fascistas.
Finalmente, la prensa de UGT publicó tales enormidades:
Las emisoras de Turín y Bolzano están perfectamente sincronizadas con La Batalla [2] y con las emisoras del POUM» (Claridad, 26 de enero de 1937).
Las difamaciones publicadas contra el POUM son tan colosales que merecen ser recogidas como documentos de la mala fe de la Comintern y de los bonzos centristas.
Que la campaña contra el POUM está inspirada por Moscú lo demuestra, entre otras cosas, el hecho de que son periodistas no oficiales, como Koltzov, los que dirigen los ataques, apoyados por intervenciones consulares del tipo del cónsul ruso en Barcelona que, en una nota a la prensa, denunció a La Batalla como vendida al fascismo internacional.
BOCHEVISTAS Y ANARQUISTAS
Fue Moscú quien prohibió a la España antifascista dar asilo a Trotsky, quien vetó la entrada de representantes del POUM en la Junta de Defensa de Madrid y en el Consejo de la Generalitat de Cataluña. Es Moscú quien quiere un gobierno fuerte del que se excluya a «los insultadores de la URSS». A las difamaciones y amenazas siguen actos aún más lamentables: en Madrid, la sede de las Juventudes del POUM ha sido invadida y saqueada: los periódicos del POUM han sido suspendidos y multados, y desde Treball hasta Mundo Obrero empiezan a exigir la supresión del POUM. Los fascistas fueron los únicos que se beneficiaron de esta situación. El Consejo de la Generalitat de Cataluña suspende La Batalla durante cuatro días e inmediatamente Radio-Burgos informa que las diferencias en el seno del Frente Popular son cada vez más graves y que el director de La Batalla ha sido detenido por haber publicado artículos violentos contra el gobierno de Valencia. Y Le Temps (18 de enero de 1937), dando los telegramas de Burgos y Barcelona relativos a la suspensión del diario poumista, titulado: Aggravations des divergences politiques.
¿Cuál es la actitud de los anarquistas ante esta lucha entre el PSUC y el POUM?
El semanario comunista parisino Vendredi (26 de marzo de 1937) reconocía, bajo la pluma de Marc Bernard, que los anarquistas
[…] sirven de elementos moderadores entre los dos partidos que más se enfrentan: el PSUC y el POUM… Dirigen advertencias a ambas partes para que mantengan estas discusiones de forma civilizada, les recuerdan que todo el esfuerzo debe dirigirse contra el enemigo común.
Y así es. Un manifiesto de las Juventudes Libertarias de Barcelona dice:
No estamos dispuestos a solidarizarnos con quienes pretenden desprestigiar a determinados compañeros para satisfacer meros apetitos políticos lanzando gigantescas oleadas de calumnias e infamias contra ellos, a sabiendas de que mienten, como es el caso de quienes acusan a las Juventudes Comunistas Ibéricas.
Hoy gritamos con toda la fuerza de nuestros pulmones: ¡Suficiente! ¡Ya es suficiente! No es justo que por apetitos malsanos se quiera eliminar una organización que ha luchado y sigue luchando, junto a otras, por el triunfo de la Revolución Española.
En respuesta al discurso pogromista de Comorera, mencionado anteriormente, Solidaridad Obrera, el órgano regional de la CNT, dijo el 6 de febrero de 1937
Si el camarada Comorera no ve nada malo en ello, le daremos un consejo amistoso. Es esto: que sea prudente; que controle su lengua; que muestre ese sentido de la responsabilidad que tanto recomienda a los demás; que abandone sus injustificadas pretensiones y trabaje noblemente por la causa común, en lugar de provocar con sus desafortunadas intervenciones nuevas tormentas de indignación; que piense que la vieja política no es tolerable, que estos procedimientos no son aconsejables; que tenga en cuenta que estamos en Cataluña, que la guerra está en marcha y que luchamos por la revolución.
Decir que quien critica al Consell de la Generalitat es un agente provocador y trata de azuzar a la población ya es romper la disciplina que todos debemos respetar.
No tiene sentido, y nadie lo cree, ni siquiera los que lo escriben, decir que el POUM está al servicio del fascismo. El POUM ha demostrado claramente que es un partido claramente antifascista y genuinamente revolucionario.
La CNT de Madrid y, en general, la prensa anarquista hacen declaraciones similares.
Un partido que ha tenido varios dirigentes (Maurin, Etchebehere, José Oliver, Germinal Vidal, Pedro Viallarosa, Louis Grossi, Louis Blanco, etc.) caídos en la lucha y que, en la relación entre sus cuadros y sus pérdidas, es el segundo después de nosotros en la lucha contra el fascismo, no puede, sin distorsionar la verdad y violar la justicia, ser presentado como una amalgama de cobardes y «agentes de Franco-Hitler-Mussolini», como lo sigue presentando la prensa de la Comintern, desde Pravda hasta L’Humanité, y desde Treball hasta Mundo Obrero.
Un partido que cuenta con miles de hombres en los distintos frentes y que, sobre todo en Cataluña, predomina en algunas localidades, no es una fuerza despreciable. Hablar, como hacen algunos «dominicanos» del PSUC, de suprimir este partido es más que una ofensa a la libertad, es un acto de sabotaje contra la lucha antifascista.
¿QUÉ ES EL POUM?
Nació en Cataluña, en septiembre de 1935, de la fusión del Bloque Obrero y Campesino (BOC) con la Izquierda Comunista. En Cataluña, el Partido Socialista siempre había sido débil y los elementos revolucionarios militaban en las filas de la CNT. En 1919, esta organización sindical de tendencia anarquista se unió a la Internacional Comunista bajo la influencia de Pestaña, pero en 1922, en el Congreso de Zaragoza, recuperó su libertad. Un grupo de militantes se mantuvo fiel a la Internacional Comunista, aunque criticando su táctica, e intentó, con Maurin a la cabeza, dar una orientación marxista al movimiento revolucionario catalán. El Partido Comunista Español, fundado en 1920 por Borodin, emisario de la IC, se limitó a amalgamar a algunos socialdemócratas simpatizantes del bolchevismo. La política dictada por la IC provocó muchas escisiones en el seno del PC español. Un primer grupo se separó con Arquer, Miravitles, Coll, Monteserrata, Rodes y otros, y en 1930 toda la Federación Comunista Catalana, en desacuerdo con las directrices de Moscú, fue excluida del Partido.
De la fusión de esta federación con los núcleos de oposición previamente desvinculados del partido, surgió en marzo de 1931 el Bloque Obrero y Campesino, que se afirmó en Cataluña y tuvo también cierta extensión en Asturias, Madrid, Levante y el Sur. El BOC, para oponerse al peligro fascista, abogó por la «Alianza Obrera». En septiembre de 1935, el POUM surgió de la fusión del BOC y la Izquierda Comunista. El 19 de julio de 1936, el POUM se unió a la FAI y a la CNT en la heroica resistencia al golpe militar fascista y organizó columnas que se dirigieron a varios frentes (8.000 hombres). El POUM no puede definirse como un partido trotskista en la medida en que no tiene vínculos directos y predominantes ni con Trotsky, que lo repudia, ni con los seguidores de Trotsky, que lo atacan. Hay una pequeña fracción en el POUM que, a grandes rasgos, puede considerarse trotskista, pero la mayoría de los trotskistas españoles están fuera del POUM.
Se dice que el POUM está en contra de la URSS. En realidad, el POUM exalta la revolución rusa de octubre de 1917, declara que participaría en la defensa del proletariado ruso si fuera atacado por un Estado burgués, y no deja de exaltar la ayuda prestada por el pueblo ruso a la España antifascista, Pero no quema incienso ante Stalin, no se solidariza con el paneslavismo bolchevique y niega al gobierno de la URSS el derecho a imponer su propia política al pueblo español a cambio de la ayuda que le presta.
Por último, se dice que el POUM está en contra del Frente Popular. En realidad, este partido está en contra de la tendencia a disociar la guerra civil de la revolución social.
UN PROGRAMA ACEPTABLE
El programa de la Juventud Comunista Ibérica (POUM), compuesta por 10.000 personas, es el siguiente (enero de 1937):
Derogación de la constitución burguesa del 14 de abril de 1931 y disolución del parlamento; asamblea de delegados de los comités de dirección, campesinos y milicianos, eligiendo el gobierno obrero y revolucionario; derechos políticos para todos los jóvenes de 18 años, sin distinción de sexo; disolución de los órganos de justicia burguesa y creación de una justicia obrera; lo mismo para la policía, depuración de la burocracia.
La JCI afirma que para ganar la guerra es necesario: la disolución de los cuadros del ejército burgués; la movilización general de la juventud, la dirección militar única, la depuración de las escuelas de guerra y la preparación militar de la juventud; el desarrollo de una potente industria de guerra y la organización del trabajo voluntario y obligatorio para la guerra; el empleo de los prisioneros fascistas en los trabajos de fortificación.
La JCI no renuncia a la Revolución Proletaria, que para ella es lo mismo que la guerra civil, y que debe crear una nueva economía proletaria, caracterizada por la socialización de la gran industria, la banca y la tierra, por el monopolio del comercio exterior y la municipalización de los servicios públicos.
No todo lo que contiene este programa, cuyos puntos más destacados he señalado, coincide con nuestras exigencias y aspiraciones actuales, pero ninguno de nosotros podría calificarlo de contrarrevolucionario.
Si el POUM fuera una fuerza política predominante en España, nuestra crítica estaría justificada. Pero hoy el POUM es una fuerza auxiliar en la lucha antifascista y en la resistencia al estrangulamiento de la revolución, por lo que las diferencias teóricas entre nosotros y el POUM son de poca importancia comparadas con la actualidad y las posibilidades de acuerdo en el campo de acción.
Muchos de los motivos de crítica, muchas de las fórmulas de agitación del POUM se ajustan a la realidad y son motores del desarrollo de la revolución española.
Contra los designios hegemónicos y las maniobras oblicuas del PSUC, debemos afirmar de forma inquebrantable y enérgica la utilidad de la libre competencia política en el seno de las organizaciones sindicales y la absoluta necesidad de la unidad de acción antifascista. Procuremos evitar los tonos sermoneadores e inquisitoriales.
Hay que decir bien alto que quien insulta y calumnia al POUM y llama a su supresión, es un saboteador de la lucha antifascista que no se puede tolerar.
Esta posición, además de adherirse a la necesidad de la hora grave y responder al espíritu del anarquismo, constituye la mejor profilaxis contra la dictadura contrarrevolucionaria que cada vez más se concreta en el programa de restauración democrática de la UCSP y en la disyuntiva entre revolución y guerra de ciertos revolucionarios miopes y desorientados.
C. Berneri (abril de 1937)
Notas
[1] El sitio web del colectivo Archives Autonomies distribuye números de L’Espagne Nouvelle en formato PDF en esta dirección: archivesautonomies.org
[2] La Batalla fue el principal órgano de prensa del POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista) durante la Guerra Civil española y, posteriormente, en el exilio en Francia.
Fuente → libertamen.wordpress.com
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