Nicolás Repetto acerca de la llegada de la Segunda República

Nicolás Repetto acerca de la llegada de la Segunda República / Eduardo Montagut
 
Nicolás Repetto (1871-1965) fue un médico argentino, pero, sobre todo, uno de los líderes socialistas más destacados de su país. Diputado en varias legislaturas, dirigió el Partido Socialista en 1928 a la muerte de Juan B. Justo, al que, además unía una larga amistad personal.

Pues bien, en noviembre de 1931 pronunció una conferencia en un teatro de Buenos Aires, donde aludió a la “revolución española”, cuyas ideas luego recogió en un artículo para que se publicase en España en El Socialista, nada más comenzar el año 1932. El objetivo de esta pieza es seguir conociendo la visión exterior que se tuvo de este hecho capital de la historia contemporánea española y de la mano de este personaje destacado de la política argentina.

Repetto recordaba que el cambio había sido considerado por muchos como una especie de milagro, y visto con verdadero asombro. Parte de la opinión pública se preguntaba cómo, cuándo y dónde había preparado España a un seleccionado grupo de hombres que habían establecido un nuevo gobierno y estaban dirigiendo con verdadero tino el cambio. Pero, además, ¿quién había preparado al pueblo para ofrecer una revolución que todos admiraban por su “consciencia, su unanimidad y su cordura? Eso no había podido ser la obra de un año, ni de cinco, sino fruto de un proceso largo y bien dirigido.

En ese proceso aludía, en primer lugar, al trabajo de la Institución Libre de Enseñanza con todas sus iniciativas, y que habían permitido difundir la cultura en España. Pero, además, en esta labor de cambio estaría el Partido Socialista por la difusión de los ideales revolucionarios entre el pueblo español. Repetto realizó, en este sentido, un encendido elogio del PSOE, al afirmar que era uno de los partidos más acreditados moralmente entre la Internacional Obrera y Socialista.

Giner de los Ríos había dado a Cossío, a Menéndez Pidal, a Pérez de Ayala, Ortega y Gasset, Ganivet, Unamuno, Marañón y a Jiménez de Asúa, y a tantos hombres de estudio que habían ido modelando a la intelectualidad española. Pero, por su parte, Pablo Iglesias había dado a Saborit, Prieto, Ovejero, Besteiro, a Largo Caballero y a tantos otros que habían trabajado, pacientemente, por difundir en España los ideales del socialismo internacional.

Así pues, dos fuerzas habían traído la República española, una cultural y otra social.

Hemos trabajado con el número 7145 de El Socialista de primero de enero de 1932.


Fuente → elobrero.es 

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