La plataforma estatal por una consulta popular sobre Monarquía o República ha convocado una consulta popular para el próximo 14 de mayo de 2022 para poder votar entre Monarquía y República. La caracterización de esta consulta, la encontramos en la “Llamamiento a la consulta popular estatal monarquía o república”:
Esta consulta popular carece de consecuencias jurídicas, pero es una herramienta para avanzar en el objetivo de referéndum vinculante Monarquía o República (cas).
Franquismo, monarquía borbónica, transición y régimen del 78
La actual fase de la monárquico borbónica es anterior al inicio formal de "la transición". El dictador fascista Franco decidió en 1969 que Juan Carlos de Borbón fuera su sucesor como jefe de Estado. El 22 de noviembre de 1975, dos días después de la muerte de Franco, el régimen fascista realizó la proclamación de Juan Carlos de Borbón como rey de España. La monarquía española actual es, pues, heredera del fascismo.
La “transición” (o más bien transacción) no recuperó la República, derribada por la fuerza de las armas a través de una vez estado militar y una guerra civil con cientos de miles de muertos, encarcelados, torturados y con las cunetas llenas de republicanos(as) asesinados(das) que todavía no se han exhumado a más de cuarenta años de la muerte del dictador. Tampoco se han exigido responsabilidades a la reacción, política, económica, militar y eclesiástica que apoyó el golpe de Estado y el fascismo.
Las direcciones en ese momento del PSOE y del PCE aceptaron la “Monarquía parlamentaria” como forma de Estado, una decisión que se puede interpretar en clave múltiple de mutación política, correlación de fuerzas y debilidades y voluntad superadora (Constitución del 78 como a inicio y no como final), con la perspectiva de una nueva constitución en la siguiente década. A lo largo de todos estos años, el PSOE ha mantenido sin paliativos y contra viento y marea su defensa de la monarquía (un verdadero "republicanismo asintomático" sin síntomas de republicanismo) mientras el PCE, con la etapa de dirección de Julio Anguita sí recuperó la defensa de la república.
El régimen franquista, la
transición/transacción y el régimen del 78 blindaron la monarquía
borbónica y bloquearon el ejercicio democrático popular de votar en
referéndum entre monarquía o república, como así se hizo en otros países
como Grecia después de la Dictadura de los coroneles, y en el que el
pueblo eligió República.
En
una entrevista con Victoria Prego, realizada en 1995 y con una parte
inédita no conocida hasta 2016, Adolfo Suárez reveló, pensando que al
tapar el micrófono de corbata no quedaba grabado, el secreto de por qué
no se preguntó a la ciudadanía si quería monarquía o república:
“Hacíamos encuestas y perdíamos”. La “gran jugada” del régimen
franquista fue introducir al rey ya la monarquía en la Ley para la
Reforma Política porque, en un referéndum monarquía o república, habría
ganado la república. El relato quedó construido: si se aprobaba la Ley
para la Reforma Política en el referéndum de 15 de diciembre del 76, se
aprobaba la monarquía. (1).
Esta “gran jugada” se repitió
en el redactado de la Constitución del 78, sometido a referéndum el 6 de
diciembre de 1978, y que hizo votar en bloque una propuesta de marco
jurídico-político que incorporó los siguientes preceptos: “La forma
política del Estado español es la Monarquía parlamentaria” (Artículo 1.3
del Título preliminar) y “La persona del Rey es inviolable y no está
sujeta a responsabilidad” (Art 56.3 del Título II – La Corona)
Crisis conjunta de Monarquía borbónica y Régimen del 78: si tumba uno, tumban los dos
El hecho de que Juan Carlos de
Borbón empezó a ser rey con un patrimonio ínfimo para convertirse a lo
largo de su reinado en una de las grandes fortunas de España, no es
explicable sin las prácticas de comisionista y otros “negocios”.
El alud de escándalos que rodea a Juan Carlos de Borbón, durante décadas escondido y ahora en pequeña medida conocida, corresponde, pues, a unas prácticas continuadas y extendidas en el tiempo que han necesitado la complicidad y el amparo de gobiernos, organismos de la administración, aparatos de Estado, gran patronal y medios de comunicación.
La Monarquía borbónica y el Régimen del 78 se han situado incluso al margen de la propia constitución del 78, y no sólo por el vaciado y vulneración de contenidos del Estado Social y Democrático de Derecho, que ya denunció Julio Anguita, en la Fiesta del PCE de 1996 (2).
El régimen ha practicado una interpretación extensiva y abusiva de la Constitución respecto a la inviolabilidad y la no responsabilidad, no reduciéndolo al ámbito de su actividad institucional regulada constitucionalmente, sino también a todas sus actuaciones privadas, dando la vuelta a la inviolabilidad (por las tareas institucionales) en impunidad (para todas las actuaciones), lo que ha hecho estallar por los aires los principios de igualdad frente a la ley y el sometimiento de los poderes públicos al derecho.
La monarquía borbónica ha actuado reiteradamente en política, vulnerando la Constitución, que establece que "los actos del Rey serán refrendados por el presidente del Gobierno y, en su caso, por los Ministros competentes" (Artículo 64.1). Los ejemplos de actuación política son múltiples, desde la entrada y permanencia de España en la OTAN, pasando por la defensa del imperialismo y la injerencia en América Latina (“¡Por qué no te callas?!”) en respuesta a la denuncia de Hugo Chavez), el discurso represivo televisado de Felipe VI, el 3 de octubre, sin aval de gobierno ni oposición, y llegando a la alianza de Felipe VI y el poder judicial, incluso por atacar al gobierno español (recordemos la filtración, saltando los protocolos de Estado, de la llamada de Felipe VI con Lesmes, afirmando que “me hubiera gustado estar en Barcelona”).
El despertar de la conciencia ciudadana respecto a que el rey no responde políticamente aunque toma decisiones políticas, ni responde jurídicamente aunque vulnere la ley, ha provocado la crisis de legitimidad que vive en estos momentos la monarquía y el régimen del 78.
A lo largo de los últimos años hemos visto los reiterados esfuerzos de Estado para blindar la monarquía, llegando a ámbitos como la demoscopia institucional: el CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) lleva más de seis años sin preguntar por la monarquía en sus encuestas : han tenido que ser los medios asociados a la Plataforma de Medios Independientes (PMI) quienes han tenido que encargar y publicar las dos últimas grandes encuestas anuales (2020 y 2021) sobre la monarquía española.
Ahora estamos viendo y viviendo los esfuerzos del régimen por cerrar esta crisis. Ante el hundimiento de la figura del rey emérito (durante muchos años presentado como "padre de la democracia") y la erosión de la monarquía, el régimen ha planificado una estrategia de preservación y legitimación de la institución monárquica consistente en desautorizar y mostrar la decepción por el comportamiento nada ejemplar del rey emérito, separando físicamente al actual monarca de su padre, generando un relato de diferenciación de sus actuaciones y construyendo un imaginario en el que la institución de la monarquía está muy por encima de la persona que ostenta en cada momento el título de rey.
Esto requiere una alimentación parlamentaria. Continúa la obstrucción reiterada en el Congreso por PSOE, C's, PP y VOX en cualquier comisión de investigación de las prácticas corruptas monárquicas o en la solicitud de información y de transparencia en torno a presupuesto y actuaciones de la casa real, teniendo como gran protagonista en el PSOE, el partido más funcional del régimen del 78, sin cuyo apoyo caería la monarquía. Quizás como intercambio de favores pasados y/o futuros.
Cataluña: ¿la Consulta Monarquía o República también interpela a las izquierdas soberanistas?
Sea para construir República Catalana (en las diferentes opciones de independiente o libremente confederada), para construir las repúblicas de otros pueblos (vasco, gallego…) que pueden libremente confederarse o no, o sea para construir una República española Federal ( en las diferentes opciones de federalismo) que asuma el ejercicio del derecho a la autodeterminación de los pueblos, es necesario derrotar a la monarquía y/o provocar la derrota de ésta.
Se necesitan, pues, alianzas y unidad de acción entre personas y fuerzas republicanas para superar a la monarquía y alcanzar la(s) república(s). Estas alianzas deben ser, necesariamente, plurinacionales y sumando personas y organizaciones republicanas que tienen distintos modelos de Estado y, también, de sociedad.
Sólo avanzaremos asumiendo esa pluralidad y esa paradoja, quizá parecida a la paradoja de que sólo juntas es posible frenar el proyecto involucionista de PP y VOX; que sólo es posible el gobierno español de coalición (con sus luces y sombras); y que sólo es posible un proyecto de democratización del Estado con la implicación activa de las izquierdas soberanistas e independentistas catalanas, vascas y gallegas. Sin la implicación de quien quiere una república propia e independiente por su pueblo no es posible una democratización del Estado ni una nueva república para el resto o conjunto de pueblos del actual Reino de España.
Una República española Federal, fruto de un único o de varios procesos constituyentes, debe garantizar el ejercicio del derecho a la autodeterminación de los pueblos y, por tanto, de la realización de un referéndum acordado para decidir el futuro de Cataluña, respetando su resultado y garantizando la implementación del mismo.
Una República catalana, fruto de un proceso constituyente catalán propio, puede tambalear la monarquía borbónica y generar un efecto contagio de generación de otras repúblicas en los pueblos de España, que con posterioridad pueden decidir si se confederan libremente.
Es importante recordar, a pesar de ser muy conscientes de las involuciones posteriores, que la primera experiencia de confluencia catalana dentro del “ciclo del cambio” defendió “iniciar un proceso constituyente propio –fundamentado en la plena soberanía del pueblo catalán como sujeto que puede decidir su futuro– que no esté subordinado, ni sea subalterno, a ningún otro marco”. Un proceso constituyente catalán, con una "voluntad de colaboración fraterna entre los pueblos y desde el impulso de procesos constituyentes que puedan interinfluirse y favorecerse" en todo el Estado. Un proceso constituyente catalán participativo y desde abajo, culminando con una Constitución propia y una República Catalana, compatible tanto con un horizonte independentista como con un federalista o confederalista, a decidir por el pueblo de Cataluña en un referéndum de autodeterminación. (3)
En nuestro contexto y momento histórico, la República o las Repúblicas son un extraordinario avance democrático que también es necesario llenar de contenido social. Para las y los comunistas es, no lo olvidemos, un paso intermedio hacia la desaparición de los Estados, junto con la desaparición de las clases sociales.
Cuestionar hoy la monarquía es también cuestionar a los aparatos de Estado, autonomizados de los gobiernos que la sustentan, impugnar la represión y la judicialización de la política (law fare) y detener la derecha extrema y la extrema derecha que tanto coinciden con la monarquía borbónica .
¿También interpela la Consulta a la militancia comunista?
Entienden la Consulta como herramienta democrática de reivindicación del derecho a decidir entre monarquía o república (o repúblicas) y como herramienta de construcción de alianzas republicanas plurales y plurinacionales para la derrota de la monarquía. Por ello, varios cuadros de Comunistas de Cataluña forman parte del Grupo Promotor de Cataluña de la Consulta y participan en la extensión y la organización territorial de la misma.
Tumbamos la monarquía, tumbamos el régimen del 78.
ORGANIZA LA CONSULTA Y DECIDE!!!
Fuente → realitat.cat
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