Ocurrió en la segunda semana del mes de febrero de 1937 (entre los días 7 y 12), en el que hubo una multitudinaria huida de miles de vecinos de la ciudad de Málaga que escaparon de sus hogares tras la entrada en la capital del ejército sublevado (conocido popularmente como el ‘Bando Nacional’) y se dirigieron hacia Almería (todavía bajo control del ‘Bando Republicano’ del legítimo gobierno de España).
La única vía de escape era una carretera que iba bordeando la costa y que suponía un dificultoso camino de más de doscientos kilómetros que debían realizarse íntegramente a pie.
Aquel éxodo fue conocido popularmente como ‘La desbandada’ (también en la forma ‘La desbandá’), aunque su denominación más correcta y por la que ha pasado a la historia es ‘la masacre de la carretera Málaga-Almería’, debido a que, aprovechando aquella huida de personas indefensas y por un inhóspito e inseguro camino, desde el bando sublevado se ordenó un ataque indiscriminado hacia aquella caravana humana (que se calcula que podría haber superado la cifra de doscientas mil personas).
El militar sublevado, Gonzalo Queipo de Llano, encargado de estar al frente de la invasión de Málaga, (con la inestimable ayuda de varios batallones de voluntarios fascistas italianos), ante la despavorida marcha ciudadana dio el visto bueno para que, desde la fuerza aérea y los buques de guerra hondeados frente a la costa, se procediera al bombardeo sobre la indefensa población civil que se encontraba huyendo hacia Almería (en aquel largo e interminable éxodo por un camino casi intransitable).
Los barcos encargados del ataque eran los cruceros Almirante Cervera, Canarias y Baleares, quienes dispararon contra la desprotegida desbandada ciudadana, ocasionando una trágica masacre con miles de fallecidos.
Hay un baile de cifras sobre el número de víctimas mortales que va desde las 3.000 a las 5.000 (la inmensa mayoría niños, mujeres y ancianos), pero no se sabe con exactitud debido a que durante muchas décadas (el tiempo que duró la dictadura franquista) gran parte de la información sobre esta masacre se mantuvo oculta.
Se ha podido saber datos (algunos concretos) gracias a la documentación que facilitó en su día Norman Bethune, un médico canadiense que se encontraba en aquellas fechas trabajando como voluntario, en el bando republicano, en Málaga, tomando numerosas fotografías y notas de lo acontecido y que ha servido con el paso del tiempo para documentar la desbandada y masacre de la carretera Málaga-Almería.
En los últimos días, el ayuntamiento de la ciudad de Madrid, ha decidido cambiar el nombre a una calle del distrito de Vallecas, dándole como nueva nomenclatura la de ‘calle del Crucero de Baleares’, en honor al mencionado buque de guerra. Este reconocimiento al barco se le hace desde el consistorio como recuerdo a su hundimiento (la noche del 5 al 6 de marzo de 1938) durante el transcurso de la ‘batalla del cabo de Palos’ (considerada como la mayor batalla naval de la Guerra Civil española) y en la que perdió la vida su tripulación, compuesta por 800 hombres.
Pero en este homenaje al barco (que llega ocho décadas después de su hundimiento), desde el ayuntamiento de Madrid no se ha tenido en cuenta que el ‘Crucero de Baleares’ participó activamente en el ataque y bombardeo contra población civil indefensa, durante la ‘masacre de la desbandá’, causando miles de fallecimientos de inocentes.
Fuente de la imagen: Archivo documental de RTVE
Fuente → alfredlopez.tumblr.com
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