Se cumplen casi 36 años de la celebración del referéndum sobre
la salida de España de la Organización del Tratado del Atlántico Norte
(OTAN). Creada en 1949 en el contexto de la Guerra Fría y ante el temor a
la maquinaria de guerra soviética y la expansión del comunismo, se
formó como una alianza militar intergubernamental por la que los firmantes se comprometían a defenderse mutuamente ante una agresión armada contra cualquiera de ellos.
Doce
fueron los países que la ratificaron en un primer momento: Bélgica,
Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Francia, Islandia, Italia,
Luxemburgo, Noruega, Países Bajos, Portugal y Gran Bretaña. Poco a poco
se fue ampliando, hasta conformar la agrupación de 28 países actual que,
dada la amenaza global del terrorismo, considera que el espacio de seguridad euro-atlántico incluye todo el planeta. Por ello, está preparada para intervenir militarmente, incluso a nivel ofensivo, a nivel mundial.
El apoyo popular a la UCD también cayó en picado. De 6,2 millones de votos en 1979 pasó a no alcanzar el millón y medio en las elecciones de octubre de 1982, en las que triunfó un PSOE que pasó de 5,5 millones de votos a más de 10. Una de las propuestas estrella del por entonces recién llegado Felipe Gonzalez era la celebración de un referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN. Sin embargo, en menos de cinco años el líder socialista pasó de abogar por el abandono de la Alianza a defenderla fervientemente, llegando incluso a amenazar con abandonar el Gobierno: "El que quiera votar que no, que piense antes qué fuerza política gestionará ese voto".
"OTAN, de entrada no"
"Si en 1981 el PSOE defendía que España debía colaborar con el equilibrio internacional no ingresando en la OTAN, en 1984 argumentaba que debía hacerlo permaneciendo en ella; si en 1981 alegaba que la OTAN legitimaba las dictaduras portuguesa, griega y turca, en 1984 afirmaba que la OTAN reunía países democráticos", resalta el informe Treinta Preguntas sobre la OTAN. Treinta años después del Referéndum elaborado por el Centre Delàs d'Estudis per la Pau.
Felipe González, presidente del Gobierno, junto al secretario general de la OTAN, Lord Carrington, en 1986. Para entonces el socialista ya había cambiado radicalmente su posicionamiento respecto a la Alianza. EFE
En el texto, que será presentado este viernes a las 17 horas en el Aula Magna de la Universitat de Barcelona en un acto en el que participarán Enric Prat, Gabriela Serra, Julio Rodríguez o Rafael Grasa, los investigadores revisitan la polémica suscitada por la consulta popular y el cambio de opinión del PSOE en relación a la OTAN.
"El Gobierno del PSOE de Felipe González utilizó toda la fuerza
del Estado y los medios públicos para doblegar la voluntad de la
población que, en las encuestas, se manifestaba favorable a la salida de
la OTAN"
"El Gobierno del PSOE de Felipe González utilizó toda la fuerza del Estado y los medios públicos para doblegar la voluntad de la población que, en las encuestas, se manifestaba favorable a la salida de la OTAN", denuncia el informe, firmado por nueve autores. A su vez, destacan que en los cuatro años que pasaron desde la victoria socialista en las elecciones (28 de octubre de 1982) a la celebración del referéndum (12 de marzo de 1986, miércoles), el movimiento pacifista y antiOTAN multiplicó su respaldo social, convocando manifestaciones multitudinarias por toda España.
La pregunta tendenciosa
Abierto un profundo debate social en el que participaron movimientos ideológicos diversos, el Gobierno socialista anunció la pregunta del referéndum. Aunque, con el propio González poniendo en juego su continuidad, no dejó al azar su redacción. "La pregunta fue testada en grupos de discusión durante mucho tiempo para lograr el máximo de síes en una población que se sabía que era refractaria, proclive a salir de la OTAN", explica Víctor Sampedro, catedrático de Opinión Pública en la Universidad Rey Juan Carlos.
"La pregunta fue testada en grupos de discusión durante mucho tiempo
para lograr el máximo de síes en una población que se sabía que era
refractaria, proclive a salir de la OTAN", explica a este medio el
catedrático de Opinión Pública de la URJC
"Al final dieron con una formulación con una serie de cláusulas,
moldeada para conseguir el mayor apoyo posible a la posición del
gobierno", continúa el catedrático, que señala que el remate fue la
amenaza de González: "Todo ello se hizo en un contexto de chantaje que
acabaría convirtiéndose en el típico que ha utilizado el bipartidismo.
El PSOE contra el PP. Además la previa era el golpe de Estado del 23-F
del 1981, con lo que se mandaba el mensaje de que si salía un voto
negativo Felipe González no se presentaría a las inminentes elecciones y
el mapa político volvería a ser un caos".
La Plataforma Cívica se manifiesta contra la entrada en OTAN bajo el lema "Por la Paz en el Mediterráneo - Por la neutralidad de España - Bases fuera", en 1986. EFE
"¿Considera conveniente para España permanecer en la Alianza Atlántica en los términos acordados por el Gobierno de la Nación?"
Como señala Sampedro, el Gobierno socialista evitó mencionar "OTAN"
en la pregunta, sustituyéndolo por "Alianza Atlántica". A continuación
enunciaba que "el Gobierno considera conveniente, para los intereses
nacionales, que España permanezca en la Alianza Atlántica, y acuerda que
dicha permanencia se establezca en los siguientes términos", que se anunciaban a continuación.
Con
un 52,5% de votos a favor, 39,85% en contra y un 6,54% en blanco
(participación del 59,42%), el pueblo español indicó que deseaba
continuar en la OTAN bajo las tres condiciones propuestas. Treinta años después se han incumplido todas ellas:
"1.º La participación de España en la Alianza Atlántica no incluirá su incorporación a la estructura militar integrada"
En 1997, con José María Aznar en el Gobierno, España se incorporó a la estructura militar integrada de la OTAN. En 2016 España no solo es un miembro militar completo de la Alianza, sino que es un socio estratégico clave al ser sede de la principal base del Africom (cuerpo estadounidense para la intervención en África, en Morón), uno de los enclaves del Escudo Antimisiles (base naval de Rota) y haber efectuado el primer turno de la nueva punta de lanza de la Alianza: una fuerza de 5.000 efectivos terrestres capaz de intervenir en cualquier teatro de operaciones del mundo en un máximo de 48 horas.
"2.º Se mantendrá la prohibición de instalar, almacenar o introducir armas nucleares en territorio español"
El propio Felipe González se incapacitó a sí mismo para poder
hacer cumplir esta cláusula dos años después del referéndum. Firmó un
Convenio de Cooperación con el Reino Unido, país que cuenta con armas
nucleares, que dicta que "ambos Gobiernos otorgarán las autorizaciones
reguladas en el presente Anexo sin solicitar información sobre el tipo
de armas a bordo de los buques". Además, los barcos "estarán exentos de
inspecciones, incluidas las de aduanas y sanidad", tal y como recogen
los investigadores del Delàs.
Las sospechas se elevan aún más si se tiene en cuenta el accidente de Palomares,
y otro que protagonizó EEUU cuando ocultó al Gobierno danés que los
aviones que usaban la base aérea de Thule llevaban armas nucleares:
"Este engaño se destapó cuando un avión se estrelló en 1968 con cuatro
bombas a bordo y, a raíz del accidente, se produjo una importante
contaminación radioactiva", se recoge en la citada investigación.
"3.º Se procederá a la reducción progresiva de la presencia militar de los Estados Unidos en España"
Como se ha recopilado en el punto primero, tanto el contingente de militares estadounidenses en España, como la presencia de la OTAN, no solo no ha disminuido sino que ha aumentado. De hecho, debido a la repetida ampliación de los acuerdos con EEUU en la última década, los marines desplegados en Morón se han cuadruplicado.
Treinta y seis años años de protestas
El fracaso de la campaña antiOTAN del referéndum tras el giro político del PSOE y su posicionamiento a favor de la permanencia, así como la historia de la violación sistemática de las clausulas estipuladas en el referéndum describen las prácticas políticas propias del régimen del 78.
"Se puede considerar la integración en la OTAN como el entierro definitivo de las esperanzas de las fuerzas sociales que habían luchado para construir un modelo de democracia más participativo que permitiera intervenir directamente sobre cuestiones de trascendencia"
Fuente → publico.es
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