Dejando al margen los campos de exterminio (Birkenau, Treblinka, Sobibor...), entre el sistema concentracionario nazi y el franquista hubo algunas similitudes y no pocas diferencias. En ambos casos el objetivo era confinar, castigar y explotar laboralmente a los cautivos.
Es indudable que hubo influencia alemana en los campos de concentración franquistas. El hombre de Himmler en España, el comandante de las SS Paul Winzer, adiestró a las fuerzas represivas franquistas y tuvo mucho poder en campos de concentración como el de Miranda de Ebro
Además de las frecuentes visitas a Berlín del hombre fuerte del régimen franquista, Serrano Suñer, el Director General de la Seguridad recorrió el campo de concentración nazi de Sachsenhausen para conocer su funcionamiento. Así consta en el memorial del propio campo alemán
Asesores militares alemanes e italianos ayudaron a Franco durante la contienda que provocó el golpe de Estado. Las tropas fascistas italianas, de hecho, abrieron seis campos de concentración en territorio español: Laredo, Castro Urdiales, Santoña, Santander, Albacete y Palencia.
La influencia alemana-nazi e italiana-fascista fue, por tanto evidente. Sin embargo, no fue decisiva. Franco creó su sistema concentracionario en función de sus necesidades, contexto y objetivos.
Para empezar, a diferencia de Hitler, Franco no tenía un nº ilimitado de prisioneros a los que explotar y/o asesinar. Por eso en los campos de concentración franquistas no hubo exterminio masivo, pero sí un exterminio selectivo de oficiales del ejército republicano
También se asesinó a quienes eran identificados como personas especialmente vinculadas a la democracia republicana. A la vez hubo un extermino aleatorio porque miles de prisioneros murieron de hambre, sed, enfermedades, malos tratos...
El tercer objetivo fue explotar laboralmente a los prisioneros. En algunos casos se trabajaba en las cercanías del propio campo de concentración. Sin embargo, la inmensa mayoría de los cautivos fueron explotados en unas unidades llamadas Batallones de Trabajadores
El cuarto objetivo fue el castigo puro y duro. Los prisioneros tenían que pagar por haberse opuesto al golpe de Estado. Por ello los malos tratos, las humillaciones, el hambre, la falta de higiene, la sed o las enfermedades fueron la norma en los campos de concentración de Franco
Y el 5º objetivo fue la "reeducación" de los prisioneros. Franco quería derrotarles ideológicamente. Para lograrlo les sometió a un proceso de deshumanización, les obligaba a asistir a charlas "patrióticas", a hacer el saludo fascista, cantar el Cara al sol, ir a misa, comulgar..
En conclusión, los nazis no diseñaron ni inspiraron los campos de concentración franquistas. Sí hubo influencia, pero el tirano español se bastó para crear un sistema acorde a sus necesidades en el que encerró y torturó a 1.000.000 de españoles y asesinó a miles de ellos.
Fuente → eulixe.com
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