Rafael Alberti Poeta, pintor, combatiente y luchador social antifascista

Rafael Alberti Poeta, pintor, combatiente y luchador social antifascista

Me fui con el puño cerrado y vuelvo con la mano abierta en señal de concordia entre todos los españoles”.
(Las primeras palabras que pronunció al bajar del avión que lo llevó de vuelta a España después de 38 años de exilio) 
 
Rafael Alberti
Poeta, pintor, combatiente y luchador social antifascista

Rafael Alberti Merello (1902-1999) nació el 16 de diciembre en el Puerto de Santa María, Cádiz, España. Fue uno de los poetas, dramaturgos y pintores más importantes de la Generación del 27, así como un comprometido combatiente comunista y antifascista que luchó por la República Española (1931-1939) contra el golpe de Estado orquestado por Franco, Mussolini y Hitler.

Alberti nació en una familia de inmigrantes italianos que se dedicaba al comercio del vino. De niño acudió a un colegio religioso a cargo de la orden jesuita. En 1917 se trasladó junto con su familia a Madrid. En la capital española adquirió su primera vocación artística: la pintura. Llegó a exponer algunas de sus obras pictóricas en el Ateneo de Madrid y en el Salón de Otoño.

Después de la muerte de su padre y de una afección pulmonar que lo haría alojarse en un sanatorio de la Sierra de Guadarrama, Segovia, comenzó a darle forma a su primer libro de poemas, Marinero en tierra (1924), libro con el que obtuvo el Premio Nacional de Literatura.

A su vuelta a Madrid se alojó en la Residencia de Estudiantes, sitio en el que conoció a otros célebres miembros de la Generación del 27 como a Federico García Lorca, Luis Buñuel, José Bergamín, Salvador Dalí, Maruja Mallo, Vicente Aleixandre, Concha Méndez, Rosa Chacel, Pedro Salinas, Josefina de la Torre, Luis Cernuda, Manuel Altolaguirre, Emilio Prados y Jorge Guillén, entre otros. En 1927 participó en el homenaje al poeta cordobés Luis de Góngora en el Ateneo de Sevilla, evento al que la Generación del 27 le debe su nombre.

Dese este momento en adelante, Alberti radicalizó su ideología política, lo que se percibe en su libro de poemas Sobre los ángeles (1929). En 1931 se afilió al Partido Comunista de España (PCE) y recibió con mucho entusiasmo la fundación de la Segunda República Española. En 1932 fundó la revista Octubre, de innegable carácter comunista. Dos años después, acudió al I Congreso de Escritores Soviéticos en la Unión Soviética junto a su esposa, la escritora María Teresa León. No obstante, Alberti y León no pudieron regresar a España debido al ascenso del nuevo gobierno ultraderechista de Lerroux y Gil Robles —conocido como el “bienio negro”—, el cual había ordenado su detención.

Hasta que se restableció un gobierno de izquierda en la República Española (11 de mayo de 1936), María Teresa León y Rafael Alberti viajaron por Europa y América dando conferencias para demandar la atención internacional por los actos represivos acaecidos en España durante el bienio negro. En sus ponencias y actos públicos, Alberti y León abogaban por los derechos humanos y laborales de los mineros asesinados por el ejército español en La Revolución de Asturias de 1934 —una huelga de los trabajadores y sindicatos mineros de Asturias que fue reprimida por el ejército, dejando un saldo de más de 300 muertos—. Así bien, vivieron en México entre los años 1934 y 1935 participando en eventos políticos organizados por diversos sindicatos, el Partido Comunista Mexicano (PCM) y personalidades como David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera y Frida Kahlo.

Durante la Guerra Civil Española (1936-1939) se convirtió en un miembro de la Alianza de Intelectuales Antifascistas para la Defensa de la Cultura. En 1937 formó parte del II Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura, en el que coincidió e intimó con intelectuales y artistas latinoamericanos y europeos como Elena Garro, Octavio Paz, Silvestre Revueltas, Susana Steel, César Vallejo, Pablo Neruda, Gerda Taro y Robert Capa, entre otros. También fue uno de los fundadores del Teatro de Arte y Propaganda (TAP), cuya dirección fue encomendada a María Teresa León. Asimismo, ambos fundaron y presidieron la revista El Mono Azul, una publicación de enfoque comunista auspiciada por la Alianza de Intelectuales Antifascistas, en la que la lucha obrera, la revolución, la lucha contra el fascismo, el arte y la cultura convivían para animar la resistencia republicana. De igual manera, Rafael Alberti dirigió varias obras de teatro durante la Guerra Civil con la intención de que los soldados y soldaderas nunca perdieran su derecho al disfrute del arte y la cultura, así como para arengar al Frente Popular y al pueblo de Madrid que resistía el embate del fascismo.

Durante los bombardeos de los aviones nazis a la ciudad de Madrid, Rafael Alberti, junto con María Teresa León, participó en el comité que se encargó del resguardo y transporte de un gran número de obras artísticas del Monasterio de El Escorial y el Museo del Prado a la ciudad de Valencia para evitar su destrucción, entre las que se encontraban pinturas de “El Greco”, Tiziano, Diego Velázquez y Francisco de Goya, entre otros importantes pintores.

Con la derrota de la República y la violenta imposición de la dictadura franquista, salió a un largo exilio en Francia, Uruguay, Argentina e Italia. Volvió a España en 1977 después de la muerte del dictador Franco. Rafael Alberti recibió la máxima distinción de la literatura en lengua hispana, el Premio Cervantes, en 1983. Murió en su casa del Puerto de Santa María a los 96 años .[1]

Rafael Alberti, cuya figura ha sido casi totalmente relacionada con el ámbito literario, vindicó durante toda su vida la lucha por los derechos laborales de las clases obreras y campesinas, así como buscó que se reconociera el arte como uno de los derechos inalienables del ser humano para enaltecer su libertad y su igualdad. Alberti fue uno de los luchadores sociales republicanos que nunca dejó de condenar la violencia en el mundo y a los gobiernos que se establecen de forma totalitaria. Su poesía, como un legado, reiteradamente se ha convertido en una loa a la libertad, la dignidad, la justicia y la felicidad de los seres humanos. cvc.cervantes.es


Fuente → cndh.org.mx

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