Notas sobre el movimiento campesino y obrero en Cuevas del Campo (Granada)

Notas sobre el movimiento campesino y obrero en Cuevas del Campo (Granada)  / Fran Andújar

Un documental nuevo

El pasado 21 de Noviembre se estrenó en Cuevas del Campo (Granada) el documental «Espigas Rojas, Tierras Pardas», que trata del movimiento campesino en dicha localidad y el efecto de la Guerra Civil en ella. La productora, Relatoras Producciones, ya realizó otra investigación audiovisual anteriormente, «La Aguja de Dos Puntas», sobre la interesantísima figura de Ángeles Arenas Esturillo, profesora de la localidad reprimida por el franquismo por el mero hecho de no estar casada con el hombre con quien convivía. Es natural que la labor de descubrir lo que sufrió Ángeles lleve instantáneamente a todo el contexto represivo que se vivió en Cuevas, la dificultad de escuchar las historias reales sin filtros, y conocer, aunque sea en parte, la vida económica y social de la localidad con las circunstancias represivas y políticas que se dieron tras la guerra. Y para comprender todo esto, es necesario saber lo que ocurrió en el conflicto bélico y antes de éste.

Por ello, las autoras del documental contactaron con quien escribe estas líneas para consultar los conocimientos que pudiera tener respecto a Cuevas del Campo antes, durante y después de la Guerra Civil. Si bien mis investigaciones han incidido en el papel, en concreto, del anarquismo en Granada, es cierto que ha sido inevitable encontrarse con varias noticias de la localidad, y haber tomado, entonces, algunas anotaciones. Asimismo, durante la presentación, tuvimos la intervención del historiador local Andrés Prieto Martín, que mostró el que es el libro de referencia en Cuevas del Campo sobre el período de los años treinta: Segunda República y Posguerra en Cuevas del Campo. Bastantes de mis notas que tomé para la entrevista en el documental se encuentran en dicha obra, y algunas con mayores detalles, por lo que su lectura para el interesado es muy recomendable, y en las siguientes líneas lo citaremos.

Durante el documental se pudo percibir la necesidad de entender qué era el conflicto del campo y de la Reforma Agraria en España en la segunda mitad del siglo XIX y primera del XX. Solo así se puede obtener una perspectiva total de lo que era el movimiento campesino de este largo período, sus limitaciones, y sus posibilidades.

El problema campesino

En este sentido, es fundamental recordar lo que fueron los Bienes Comunales, destruidos por el Estado en el siglo XIX en su labor por capitalizar el país requisando las tierras comunales como supuestamente propias de la soberanía popular que pretendían representar, para luego subastarlas a bajo coste a quien tuviera suficiente dinero para adquirirlas. Es así como se privatizaron la mayoría de aquellas tierras con acceso a todos los vecinos en el siglo XIX. Y este hecho fue muy importante en la vida de los campesinos y pobres de toda España (y de gran parte de Europa), pues estas tierras comunales, si bien pobres por lo general, servían bien para garantizar la supervivencia de los habitantes de la zona, que bajo el régimen asambleario que las regían, se otorgaban los permisos y normas para adquirir lo que se produjera en dichas tierras, que podían ser por recolecta de frutos, de leña, pastoreo, etc. Al privatizarse la mayor parte de los Bienes Comunales, gran parte de la población se vio impedida de su medio de subsistencia más accesible y frecuente, y se vio forzada al éxodo hacia la ciudad, y más importante aún, a plegarse a las miserables condiciones que ofrecían los propietarios e industriales, que sabían bien que no podían elegir más allá de sus exigencias, gracias a la desaparición de las tierras en común.

Desde entonces, y no hace falta llegar a los tiempos de la II República, el campesinado siempre ha querido el retorno de los Bienes Comunales de una forma u otra, entendiendo que es natural que sea en versiones modernizadas a los nuevos tiempos, pero siempre, y ante todo, mantiene su idea principal: unas tierras productivas en común que garantizaran la subsistencia de toda la población con un régimen asambleario. Ya en 1861 se dio una insurrección campesina importante exigiendo la vuelta del Común, conocida como la Sublevación de Loja. Todo lo que entendemos como Reforma Agraria no son más que diversas manifestaciones de la intención de restablecer los Bienes Comunales, ya sea en forma de ley (que distribuya en propiedad equitativamente, o nacionalizando las tierras) o por comunismo revolucionario (libertario o no). Todo el movimiento campesino en España gira en torno a este recuerdo de los Bienes Comunales, que era vivo en el siglo XIX, y aún no se olvidó antes de la Guerra Civil. La necesidad de encontrar una forma de subsistencia para toda la población rural, que evite cambios drásticos como el éxodo o las hambrunas, fue elemento esencial para la larga pervivencia de esta reivindicación.

Al respecto, es necesario indicar que Cuevas del Campo, al igual que la mayor parte de España, dependía de una economía estrictamente agraria. Se cultivaban cereales (en especial el trigo) y se recolectaban los olivos. Es llamativo que las noticias de la época, muy dadas a indicar las miserias de los pueblos y su escasez de recursos, en este caso mencionan la gran riqueza de Cuevas del Campo, y si bien no se oculta la pobreza de la mayoría de su población, no se niega la abundancia de sus productos, salvo algún incidente o sequía. Desgraciadamente, incluso en estas buenas épocas, el precio del producto dificultaba su salida al mercado, y no se estaba pagando, lo que afectaba a la economía local. Noticias de esto lo vemos en una carta enviada a El Defensor de Granada en 1935, que solicitaba al Estado que creara sus propios centros de contratación para racionalizar y resolver estos problemas, a menudo producidos por la mala fe. Anteriormente ya hubo una petición semejante, cuando un edil socialista de la Agrupación de Oficios Varios de Cuevas del Campo, informa que parte de este sindicato está constituido por aparceros, los cuales tienen una problemática muy concreta y necesitan constituirse como sección propia. Solicitan al Ayuntamiento que usen el Banco Agrícola para conseguir la simiente necesaria para cultivar, que es la época del año y aún no tienen.

El pueblo no tenía agua propia, y dependía de los vecinos de Pozo Alcón, que podían cortarles el agua, pues llegaba por unos canales que desembocaban en un pilar junto a la Iglesia. Por ello tuvieron que funcionar con una empresa concesionaria, que no siempre obró correctamente. A veces, fue por culpa directa algunos de sus empleados, que por ello fueron sancionados. Con todo, no escasearon casos de cueveños detenidos por entrar en Pozo Alcón a «robar» leña, tal como vemos en algunas noticias de Ideal por 1933 y que se reproduce en el libro de Andrés Prieto.

El movimiento campesino en Cuevas del Campo

Aunque Cuevas del Campo contase con algunas riquezas agrícolas, sufría de desigualdades sociales que derivan de la estructura de la propiedad de la tierra. Existía caciquismo, como en casi toda España. Asimismo, dependía de la canalización del agua desde Pozo Alcón, cuyo corte podía revertir no solo en los cultivos, sino en la propia vida cotidiana de la población. Hubo conflictos. A continuación, exponemos los hechos más notables ocurridos en la localidad por las notas de prensa que localizamos en su momento. En el diario ácrata CNT se hace constar un incidente importante.

Se relata que en Carramaiza (Zújar, Granada) los vecinos se niegan a pagar impuestos municipales al alcalde, e intentan asaltar el ayuntamiento, que se evita por la pronta llegada de la Guardia Civil. Hay una nota de la Agrupación Obrera de Oficios Varios de Cuevas del Campo sobre esto, informando de lo que pasó en realidad. En el escrito afirman que ciertamente hay un malestar en el reparto de utilidades del Ayuntamiento, y por ello los vecinos han tomado los materiales por su cuenta, mientras protestan a las autoridades de lo ocurrido, que solo responden con envíos de más guardias, mientras Hacienda procura estudiar el caso, que queda sin atenderse. Desde Diciembre enviaron escritos para reivindicar un reparto más justo y racional, pero el alcalde, que para la Agrupación está sin duda detrás de todo esto, sigue sin atender razón alguna. Los cobradores se marcharon. Algunos vecinos intentaron dar explicaciones de lo que pasa con los impuestos. Ya tenían cargados sus caballerías con jamones, vino y otros enseres, y estaban dispuestos al pago.

Cuando estos cobradores se iban, a unos 800 metros, estos supuestos funcionarios realizaron algunos disparos contra la pedanía de Carramaiza, lo cual fue presenciado por vecinos de otras dos localidades. La Guardia Civil no apareció en ningún momento. Sin embargo, el alcalde de Zújar escribe al Defensor, dando la razón a los vecinos, y lamentando los abusos cometidos por los dos agentes que se enviaron para el cobro de impuestos. Señala que la confección del reparto fue elaborada por cuatro caciques. Su abuso consiste en que han propuesto cobrar con más de ciento por ciento del recargo a muchos vecinos. Ofrece una lista con nombres y apellidos, la cuota, y el mencionado recargo; todo en cifras, y los datos son realmente llamativos. Lamenta que fueran estos agentes escoltados por un piquete de la Guardia Civil al mando del jefe del puesto de Baza. En La Voz, según nos cuenta el historiador Andrés Prieto, se da la otra versión: unos agentes municipales fueron a cobrar impuestos al vecindario de Cuevas, pero fueron recibidos a tiros y secuestrados en la casa del alcalde pedáneo, donde se refugiaron. Estuvieron veinte horas hasta ser liberados por la Guardia Civil.

Por entonces, la Agrupación Obrera de Oficios Varios de Cuevas del Campo denuncia el paro forzoso que los patronos imponen como forma de coacción a los trabajadores afiliados a la Casa del Pueblo. Como no cumplen las Bases de Trabajo, denuncian en los Jurados Mixtos. Aburridos por no trabajar en su localidad, salen a la siega hacia otros municipios, pero los alcaldes de dichas localidades lo impiden o amenazan con multas a los propietarios de la zona, haciéndoles así el juego a la patronal. Mientras tanto, en el término municipal de Zújar sí vienen trabajadores forasteros y las autoridades los protegen. Reconocen que el alcalde les da la razón, pero sus disposiciones y palabras a la Guardia Civil caen en el vacío, porque los agentes solo celan las órdenes contra los trabajadores, no con las que van a su favor. Si no pueden trabajar en su propio pueblo, pero tampoco en los otros, que las autoridades reflexionen qué deben hacer los peones. Ponen en duda el carácter “socialista” de los políticos locales, mostrando el ejemplo del despido de un guardia municipal al que se le ha negado en su haber 28 días, quedando en la miseria, porque es “inútil” para las labores del campo y tiene siete hijos pequeños. La nota de prensa de la Agrupación la firman Alfredo Vilar y Pedro Pérez, respectivamente presidente y secretario en situación “accidental”. En todo esto, lo que vemos es que la propia UGT local se manifiesta como crítica y disconforme con la Ley de Términos Municipales, que defendían sus líderes desde el Parlamento y las altas esferas. La realidad de la economía rural les acercaba a las posiciones críticas de los anarquistas, que denunciaban la irracionalidad de dicha Ley, que iba contra los campesinos de las poblaciones más empobrecidas y que necesitaban emigrar estacionalmente.

De la gran pobreza existen muchas noticias. Por ejemplo, un anciano suplica al Gobernador que se le quite una multa por haber trabajado al tope, «delito» que hizo por necesidad.

Sabemos que muchas tierras de secano se convirtieron en regadío porque el conjunto de los vecinos dieron la mitad de sus tierras a cambio del agua para regar la otra mitad o pagar un canon anual, a la Sociedad de Lazo, Pacheco y Martínez. Conocemos una sentencia contra esta sociedad por haber causado daños a las tierras de un propietario, que por su causa perdió su cosecha en verano de 1931. Un año después vemos al alcalde de Zújar entrevistarse con las autoridades para denunciar la falta de agua para el riego y hasta para beber debido a que les cortan el agua los vecinos de Pozo Alcón, Jaén. Al respecto los vecinos de Cuevas del Campo han ido ya varias veces a los tribunales, con sentencias favorables.

Para que nos hagamos una idea de lo que era el caciquismo en Cuevas del Campo, podemos ver un mitin izquierdista encabezado por el propio Fernando de los Ríos en 1936. Como todo estaba en orden, no encontraban los derechistas forma de suspenderlo, hasta que vieron que había una banda de música en el acto que se iba a celebrar en el interior del teatro. Quisieron suspender el mitin por estar presente esta agrupación. Sin embargo, por la reacción serena del sargento de la Guardia Civil, frente al delegado gubernativo, se pudo realizar sin más incidentes.

La UGT fue el sindicato en el pueblo, y mantuvo muchos conflictos contra la Guardia Civil y los propietarios. Prieto destaca un ataque a una pareja, por lo cual fueron juzgados seis ugetistas en un Consejo de Guerra.

La labor pedagógica de la II República fue muy importante en este pueblo dependiente de Zújar. Con todo, en alguna ocasión se vieron algunas dificultades. Así por ejemplo, se inauguraron las Cantinas Escolares en Cuevas del Campo, que en 1936 estuvieron dos meses buscando un maestro para su escuela y no dejar que los niños sigan vagabundeando por la localidad. Conocemos el menú que se ofreció en la mencionada inauguración: cordero con patatas, tortilla española, vino, naranjas y caramelos para los niños. Una profesora cantó el «himno nacional» y se leyeron unas cuartillas.

Espigas Rojas, Tierras Pardas

En la provincia de Granada los diferentes puestos de la Guardia Civil apoyan la sublevación militar, con la colaboración de elementos de las Fuerzas Armadas y derechistas. En Granada capital, el Golpe, tras algunas indecisiones, toma el centro y numerosos puntos estratégicos, excepto el Albaicín y el Barranco del Abogado. En el resto de la provincia, la Guardia Civil logra tomar casi la totalidad de los pueblos, pero la reacción popular logra invertir la situación en pocos días, rematándola pocos después las columnas de milicianos que provenían de distintos puntos. El proyecto de Golpe de Estado fracasa, y se impone, para los sublevados, la necesidad de una guerra civil. Hay dos bandos, con dos mentalidades distintas y con unos carácteres socio-económicos enfrentados: unos eran «rojos» y otros «pardos», los primeros por la bandera comunista y los segundos por el uniforme militar; unos eran las «tierras», en referencia al asentamiento de la clase privilegiada y su sentimiento de propiedad del suelo, y otros eran las «espigas», por ser fruto del trabajo.

El 21 de Julio se subleva la Guardia Civil en Cuevas del Campo, apresando a los ugetistas más destacados. Pero el 26 del mismo mes se invierte la situación y la Benemérita huye hacia Huéscar, donde intentan resistir, pero se ven superados e intentan huir. El 7 de Agosto los detienen miembros de la Columna Torrens y fueron fusilados en Benamaurel, aproximadamente el 9 del mismo mes. En Cuevas del Campo se incendió la Iglesia y varios negocios del falangista Julio Calderón Pérez. Se menciona un Comité Revolucionario que encarcela a los derechistas, fusilando a cinco de ellos, por «presión miliciana anarquista«. En la Causa General se matiza que los hechos ocurrieron en Zújar, siendo algunas de las víctimas de Cuevas. Se habla de un propietario y también de un médico, éste con heridas de bayoneta y cierto ensañamiento, ocurrido en Huéscar; otro, más tarde, apuñalado, también en dicha localidad; y tres personas quemadas en La Peza. No hay exactamente una ejecución de cinco personas. De hecho son los mismos datos que usan para otros municipios, seguramente por la relación entre residencia de los ejecutados y el lugar de la ejecución, y supuestos responsables. Entre ellos está el sacerdote y la noticia es confusa, porque más tarde señalan, en los papeles de Zújar, que fue asesinado en Madrid. Señalan que otros tres, entre ellos un miembro de UGT, lo fueron en el término municipal de Zújar. En verdad, no hay señas de influencia propiamente anarquista, aunque se menciona las «milicias rojas» en algunas notas posteriores, y puede que la Columna Torrens tuviera algo que ver en el primer caso. Se dice en la Causa General que la Columna Maroto realizó ejecuciones en La Peza, si bien los propios testigos hablan de no conocer cómo estaban los cadáveres, salvo algún caso, que parece dar por hecho que fue por disparos. Puede, que no seguro. En las declaraciones, vemos tres vecinos de Cuevas del Campo que fueron llevados a Zújar por milicianos rojos y que fueron asesinados por el río Zújar, aproximadamente por Octubre de 1936 y señalan a una mujer, Mercedes «La Redina», como la culpable de los asesinatos, y por tanto inductora. En las notas mencionan, casualmente, que hace poco que ha salido en libertad esta mujer.

Es durante la Guerra Civil y la colectivización cuando nace la CNT y los anarquistas comienzan una rápida penetración en el pueblo. Si bien la documentación así lo menciona, es sorprendente las palabras de uno de los ancianos entrevistados en el documental «Espigas Rojas, Tierras Pardas», por la claridad de sus palabras ante hechos que parecen un poco oscuros entre los papeles, y viene a decir que, debido al control que existía en la retaguardia durante la guerra, todos, incluidos los derechistas, empezaron a sacar el carnet de la UGT, y esta organización lo consintió, mezclando derechistas con izquierdistas en una guerra con temores de infiltrados informando y enfrentamientos muy enfocados. Algunos miembros de la antigua Agrupación no estaban conformes con esta situación, y decidieron crear la CNT, contando con un apoyo masivo e instantáneo de los trabajadores locales, que preferían no verse, como hemos dicho, revueltos con los antiguos propietarios. Es entonces que la UGT se lo toma muy mal y matan a uno de los fundadores, como bien expresa el entrevistado. Pero veamos lo que dicen algunos de los documentos existentes, como las actas de la fundación de la FRCA.

En el Congreso de constitución de la importante Federación Regional de Campesinos de Andalucía (15 y 16 de Julio de 1937), que se celebró en Baza, aparece el sindicato de la CNT de Cuevas del Campo, con 350 afiliados. Están representados por el delegado Juan Gómez Miranda, que también va por el sindicato de Benacecabada. En el congreso, por cierto, tomó actas en la última sesión el sindicato de Cuevas del Campo.

Cuevas del Campo manifiesta cómo fue organizado el sindicato en aquella barriada, lo que supuso que su organizador fuera asesinado, posiblemente, por elementos “antifascistas”. Ese asesinato valió el apoyo de la población, haciendo continuas manifestaciones de vengar ese crimen. Denuncia múltiples irregularidades en la venta de trigo en la población, quejas que llegaron al Gobernador Civil, que autorizó al sindicato para realizar un Control. Se muestra en el congreso. Señalan también la labor de infiltrados y provocadores para dificultar la unión UGT-CNT. Da un extenso informe al respecto que el Congreso escuchó con interés. Cuevas del Campo toma actas en la siguiente sesión. Vienen más delegados que en la sesión anterior, entre ellos el de Caniles, mientras que Cajas debe ausentarse. La sesión se suspende por una proposición incidencial (del sindicato de Sorbas, muy activo en el congreso) que propone que las comisiones de estudios nombradas para cada punto del congreso lo estudien y redacten un Dictamen en cada caso. Se aprueba para reanudar el congreso para la mañana siguiente. Rubrica Gómez Miranda.

En la ponencia de la estructuración de la Federación Campesina firman Eduardo Muñoz del sindicato de Pedro Martínez; y Juan Gómez Miranda por el sindicato de Cuevas del Campo. Participan también en la ponencia sobre la guerra y la revolución.

En Cuevas del Campo se colectivizaron varias propiedades, como las de José Martos y Manuel Latorre. Destacaba otra mujer en estas labores: Antonia la Gorrina.

En relación a esto, y con una importancia libertaria en el pueblo, vemos una actividad notable en las ayudas a la guerra y a la retaguardia republicana. En primer lugar, vemos a una UGT-CNT de Cuevas del Campo, seguramente más bien una colectividad, que hace un donativo al Comité de Refugiados de 30 fanegas de trigo.

Por otra parte, vemos una lista detallada de los donativos de varias entidades: el Comité de los Campesinos de CNT Guadix da 192 camisetas al Comité de Refugiados; la Columna Maroto dona 30 sábanas y 15 mantas; Jérez del Marquesado 480 kilos de patatas y 90 de habichuelas; Aldeire 600 kilos de patatas, 80 de habichuelas, 40 de garbanzos, 7 de tocino, 36 de cebada y 160 kilos de trigo. En metálico han sido abonados a los evadidos 50 pesetas del Taller Colectivo de Sastrería; 250 de la Colectividad de Camareros; 1000 pesetas de la Columna Maroto; 2000 del Comité de Artes Blancas; 519 de Cuevas del Campo; 25 de un compañero anónimo; 200 de Luis Gómez; 765 de Totana; 89,95 de Jerez del Marquesado; 150 de Antonio Pérez Raya; 2000 del Comité Ferroviario; 274,50 de Salobreña; 60.000 de los sellos expedidos por el Comité; 20 de Aldeire.

Mientras tanto, vemos el reflejo de una reivindicación histórica que ha tenido Cuevas del Campo en su historia contemporánea: independizarse del municipio de Zújar, algo que ya se reivindicó anteriormente, y que en la Guerra Civil lograron, con el apoyo decidido de los anarquistas. En una nota de prensa del semanario Hombres Libres se dice que el anejo de Cuevas del Campo quiere ser independiente para tomar sus propias decisiones sobre agricultura, higiene, canalización, cultura, sanidad, carreteras, etc. Según el semanario, en este pueblo todas las tierras están cultivadas, y con un aumento del 20% del trigo gracias a la Comuna de la CNT-UGT que tienen sus campesinos, de gran armonía y fraternidad. Desde Hombres Libres apoyan a todos aquellos pueblos que quieran ser independientes para tomar sus propias decisiones locales y municipales. Parece ser que tras los primeros momentos de tensión, hay un entendimiento entre ugetistas y confederales.

En la comarca de Baza, la CNT está constituyendo nuevos sindicatos, especialmente de campesinos, donde antes era difícil penetrar, según Hombres Libres, por la incultura y el caciquismo. El espíritu colectivizador y revolucionario, ahora, lo facilita. Baza tiene cuatro sindicatos: Madera, Campesinos, Espartería y Artes Blancas, con dos secciones: Textil y Aguja. El Sindicato de Campesinos ha llenado 500 vagones triplicando la cebada, el trigo y las patatas respecto a lo producido el año anterior, Enero de 1936. Se ha recogido la aceituna y se ha repartido equitativamente por familias. El sector Textil está en un horario no agotador y sin jefes en la fábrica. En la Comarca están organizados sindicatos en los siguientes pueblos: Caniles, Benamaurel, Cortes de Baza, La Teja, Benacebada, Cuevas del Campo, Rejano, Cucharetas, Barriada del Tesorero, Sierra de Baza, Cuevas del Mosco, Carramaiza, Los Rodeos, Campo, Camara, Valsillas, Los Olmos, Las Juntas, Los Alejos y Rambla de Balcabra. Y se están organizando más. Vemos una proporción enorme en lo que hoy es el Parque de Sierra de Baza.

En un mes las Juventudes Libertarias han formado doce grupos en la comarca bastetana, siendo Cuevas del Campo el primer grupo que se constituyó. Se han formado organizaciones anarquistas apenas llegaron las ideas libertarias, pese a que están bastante acostumbrados a la “política”, que ha inyectado bastante sumisión en la población, pero el sentimiento de libertad persistía dentro.

Represión en Cuevas del Campo

En el libro de Juan Hidalgo sobre la represión en Granada, vemos que constan, en archivos, quince personas. Ninguno de ellos aparecen como condenados a muerte, si bien parece que uno, Antonio Montoya Domenech, acusado de «rebelión», fallece durante el proceso.

Hubo una condena a cárcel perpetua, contra Manuel Lara Martínez, Secretario General de la CNT y de las Juventudes Libertarias, por adhesión a la rebelión. Antes fue condenado a 12 años y un día, pero aumentó en una segunda revisión. Hubo otras ocho personas condenadas a doce años: José Miguel Antiñolo Coronado, que consta como alguien de la UGT y CNT, y de las Juventudes Socialistas Unificadas. Es más probable que fuese un socialista que atendiera a la política unionista entre CNT y UGT. Como él, en afiliación y condena, fueron Juan José Cabrerizo Soto, Antonio Sánchez Medina y Juan José Martínez Pallarés. Antonio Carmona Martínez aparece también como de CNT y UGT, pero en este caso es militante de las Juventudes Libertarias. Juan Antonio Gea Aibar también sufrió esta condena, pero en su caso era militante del Partido Comunista, si bien se asegura que era Secretario de la CNT y miembro de las JSU. Andrés Gea Lozano y Crisanto Gutiérrez Ruiz eran miembros de UGT, y fueron condenados a 12 años.

Tomás Díaz Arredondo, de la CNT, tuvo suerte, porque su causa fue sobreseída. Por su parte, Francisco Arredondo Montes, de las Juventudes Libertarias, fue absuelto.

José Bastidas Martínez, vicesecretario de la CNT, fue condenado a seis años y un día. A la misma pena fue sentenciado Juan José Medina Molina, de la UGT. El alcalde, que aparece como vicepresidente de la CNT (es probable que también fuera de la UGT), José Pérez Pérez, fue condenado a 6 años, por usufructar tierras que no eran suyas. Él era viudo y trabajador del campo. Tenía unos 45 años por 1939.

También aparece, en las páginas de Hidalgo, Mercedes Martínez Serrano, llamada la «Redina». Fue condenada a 20 años, pero luego su condena fue a muerte, por pertenecer a la CNT y al Comité Revolucionario. Pero después fue conmutada por reclusión perpetua.

Figuras del movimiento obrero y campesino en Cuevas del Campo

Del libro de Prieto extraemos algunos nombres de los militantes sindicales más activos. Sin ser exhaustivos, mencionamos a los que nos ha parecido que han tenido una actividad en el movimiento libertario y socialista antes y durante la guerra:

De la CNT, seguramente afiliados durante el conflicto bélico, y muy probablemente miembros de la UGT anteriormente: Francisco Arredondo Martínez de las Juventudes Libertarias y natural de Zújar, del campo; José Bastidas Martínez, barbero, secretario de la CNT; Antonio Carmona Martínez, metalúrgico, de CNT, UGT y Juventudes Libertarias; Manuel Díaz Heras, jornalero de la CNT; Manuel Díez Pretel, campesino de la CNT; Juan Antonio Gea Aibar, natural de Caniles y campesino, militó durante la República en varios partidos izquierdistas, siendo concejal, luego fue secretario de CNT y miembro de las Juventudes Libertarias y del Partido Comunista, según la documentación; Julián Heras Valero, natural de Baza, campesino, de la CNT y combatiente en la Brigada Mixta 89 (que nació de la Columna Maroto, y actuó en el sector de Andújar); Andrés Heredia Bustos, natural de Cuevas, campesino, fue miembro del Partido Comunista y de la CNT; José María Hinojo Sola, fue secretario de la UGT pero también estuvo en la CNT, según Prieto; Manuel Lara Martínez, fue presidente de la colectividad del Comercio en Cuevas, secretario de la CNT y de las Juventudes Socialistas, posiblemente un caso más de los que se pasaron al anarquismo desde el socialismo; la ya mencionada Mercedes Martínez Serrano, que aparece como modista de la UGT, y luego condenada por su pertenencia a CNT y al Comité Revolucionario, es, con bastante seguridad, otro caso de quienes se pasaron de la UGT a la CNT; Félix Membrives Loaisa (o Membrive / Eloisa), natural de Alcóntar, pastor, secretario de CNT; José Molina Lozano, natural de Caniles, campesino, de UGT y CNT; Manuel Montoya de la Torre, apolítico total, parece que fue acosado durante la guerra y para ello intentó afiliarse a la UGT, sin éxito, por lo cual lo intenta en la CNT, pero al persistir el acoso, ingresa en la Columna Maroto, donde llegó a ser teniente y luchó por Andújar, tras la guerra sufrió persecución por el franquismo y marchó a Barcelona; Jesús Moral Pérez fue combatiente de la Brigada Mixta 147, antigua Columna Maroto; Pedro José Pérez Pérez, vicepresidente de la CNT y requisador de granos y fincas, asegurándose que fue alcalde de Cuevas del Campo cuando este municipio fue independiente durante la guerra con el apoyo de los libertarios, pensamos que también fue miembro de UGT; Antonio Sánchez González, fue miliciano activo de la Columna Maroto y miembro de CNT; Antonio Sánchez Martínez, natural de Cartagena, yesero, miembro de UGT y CNT. El cargo de «secretario» hace referencia a las distintas secretarías que existían dentro de los sindicatos en diversas labores (general, organización, vicesecretario, tesorero, propaganda, etc.), por lo que es normal que aparezcan varios secretarios en la documentación.

De la UGT vemos también a bastantes activistas que quedaron en el movimiento socialista, así por ejemplo: José García García, campesino, que destacó durante la guerra en la retaguardia, y que salvó a varios derechistas; Manuela García Tello, vicepresidenta de la asociación de mujeres de la UGT, que muere en la cárcel, siendo sobreseída su causa; Andrés Gea Lozano, natural de Caniles y afiliado a la UGT, fue concejal en Cuevas del Campo; Gregorio Heredia Bustos, molinero de la UGT; Juan José Martínez Pallarés, fue miembro de UGT, CNT y PSU, intuimos que es más probable que siguiera dentro del socialismo, por el orden de la trayectoria, que suele seguir la documentación franquista; Juan José Medina Molina, natural de Zújar, estudiaba Derecho; Fernando Moya Gámez, carpintero y presidente de la UGT que llegó a ser alcalde pedáneo y concejal en el Ayuntamiento de Zújar; Máximo Muñoz Prieto, natural de Cúllar, fue miembro de UGT y JSU; Francisco Navarro Mesa, jornalero de la UGT y Juventudes Socialistas de Zújar, empleado del Ayuntamiento de esta localidad; José María Olivares de la Torre, campesino de la UGT; Juan José Olivares Ruiz, campesino de las Juventudes Socialistas, natural de Cuevas; Esteban Palacios Moreno, tabernero, por lo visto era de UGT y fue asesinado junto a otros cinco cueveños por milicianos de CNT que venáin de Granada, y al respecto, en la Causa General aparece un médico de UGT fusilado junto a otros derechistas en la Caseta de Meceile; finalmente, Eduardo Rull Rodríguez, jornalero de la UGT y combatiente.

Por otra parte, vemos algunos activistas destacados más allá de la militancia sindical, entre ellos podemos ver en el libro de Prieto, nuevamente sin ser exhaustivos, a: Vicente Castaño Corral, conocido como Tío Castaño, uno de los principales colectivistas en Cuevas del Campo; Casiano Mesa Casado, natural de Benamaurel, campesino, fue dirigente del Partido Comunista; Fernando Rull Rodríguez, natural de Zújar, prestó servicios militares antes de la guerra, y durante el conflicto luchó dentro de unidades comunistas; Antonio Santander Martínez, el Cojo Santander, era natural de Baza (más bien de Tesorero, pueblo minúsculo de la Sierra de Baza), fue Secretario del Consejo Obrero; Francisco Segura García, natural de Pozo Alcón, fue presidente del Comité Revolucionario, Casa del Pueblo y Alcalde.

Como vemos, Cuevas del Campo tuvo un movimiento campesino muy activo y variado, que intentó responder a los problemas que se presentaron en la localidad. Tras la victoria franquista, su sociedad se transformará, y perdurarán diversas resistencias, hasta un paulatino y creciente silencio de los derrotados. La forma de trabajar en el campo también se transformará, como se puede ver y entresacar en el documental mencionado desde el comienzo, «Espigas Rojas, Tierras Pardas».

Prieto Martín, Andrés, Segunda República y Posguerra en Cuevas del Campo, edición del autor, Baza, 2019.

El Defensor de Granada, 8 de Febrero de 1935, nº 29.720, pág. 4.

El Defensor de Granada, 17 de Octubre de 1931, nº 28.773, pág. 4.

“Contra los impuestos municipales”, CNT, 4 de Marzo de 1933, nº 96, pág. 3.

El Defensor de Granada, 9 de Marzo de 1933, nº 28.558, pág. 4.

El Defensor de Granada, 14 de Marzo de 1933, nº 28.567, pág. 2.

Prieto Martín, Segunda República y Posguerra…, pág. 35.

El Defensor de Granada, 22 de Junio de 1933, nº 28.731, pág. 4.

El Defensor de Granada, 28 de Julio de 1932, nº 28.231, pág. 4.

Ideal, 9 de Agosto de 1932, nº 79,, pág. 10.

Ideal, 13 de Agosto de 1933, nº 363,, pág. 6.

El Defensor de Granada, 14 de Febrero de 1936, nº 30.434, pág. 3.

Prieto Martín, Segunda República y Posguerra, pág. 37.

El Defensor de Granada, 3 de Marzo de 1936, nº 30.465, pág. 2.

Prieto Martín, Segunda República y Posguerra, pág. 37.

Causa General, consulta en PARES, respecto al término de Zújar, en el Partido Judicial de Baza, Granada.

Así lo vemos en los papeles de la Causa General en el término de Castril, también por PARES.

Memorias del Congreso de Constitución de la Federación Regional de Campesinos de Andalucía, celebrado en Baza (Granada) en los días 15 y 16 de Julio de 1937, Sueca, Federación Regional de Campesinos de Andalucía, 1937. Para lograr la Memoria completa, se tuvo que conseguir las copias parciales existentes en la Biblioteca Nacional del Estado y en el Ateneu Enciclopedic Popular.

Prieto Martín, Segunda República y Posguerra, págs. 37-38.

“Donativo de Cuevas del Campo al Comité de Refugiados”, Hombres Libres, 8 de Enero de 1937, nº 5, pág. 5.

“Donativos para los evadidos de Granada”, Hombres Libres, 22 de Enero de 1937, nº 7, pág. 4.

“Cuevas del Campo, quiere ser libre”, Hombres Libres, 15 de Enero de 1937, nº 6, pág. 5.

“La Federación Local-Comarcal de Baza, construye y labora por la Revolución”, Hombres Libres, 22 de Enero de 1937, nº 7, pág. 5.

Montes, “El resurgimiento de una comarca”, Hombres Libres, 5 de Marzo de 1937, nº 12, pág. 5.

Hidalgo Cámara, Juan, Represión y muerte en la provincia de Granada, 1936-1950, Vol. I, Arráez Editores, Mojácar (Almería), 2014, págs. 168; 204-205.


Fuente → serhistorico.net

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