Maquis. La guerrilla urbana en España. 1945-1963

Maquis. La guerrilla urbana en España. 1945-1963
Daniel Pinós

Artículo publicado en Le Monde libertaire, n°1346 del 12 al 18 de febrero de 2004.

La Guerra Civil española no terminó el 1 de abril de 1939. Los ganadores y los perdedores estaban al menos de acuerdo en eso. Sólo una intensa propaganda ideológica, utilizando todos los medios de expresión y tratando de ocultar la realidad, podía imponer una paz social que no existía de forma natural. Cuando el régimen de Franco puso carteles en las calles proclamando «veinticinco años de paz», fue sólo unos meses después de que cayera el último de los guerrilleros que había iniciado la lucha contra el franquismo en 1936. A partir de aquí, se puede decir que la guerra de guerrillas, ya sea rural o urbana, no ha dejado de existir en España desde 1939. A modo de recordatorio, recordemos las luchas de los grupos armados de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), que se mencionaron recientemente en relación con la publicación de un libro sobre el asunto Granado-Delgado [1], y las acciones del Grupo Primero de Mayo en los años sesenta. Así como las luchas del MIL y del GARI [2].

Los medios de comunicación de la época nunca nombraron al movimiento guerrillero. Los hombres que la dirigían eran llamados «bandoleros» [3], asesinos, ladrones y muchas otras etiquetas que enmascaraban la realidad de sus acciones. Estos términos fueron inventados por periodistas que formaban parte de la maquinaria franquista. La única información que se difundía entonces era la de la captura o la muerte de un guerrillero, a menudo en circunstancias misteriosas (intento de fuga, resistencia, suicidio durante la detención, etc.).

La historia de la guerrilla es difícil de reconstruir. La mayoría de sus protagonistas están muertos. La mayoría de los hombres que participaron en la lucha armada libertaria fueron eliminados físicamente en enfrentamientos con la policía o fueron ejecutados. Los que lograron sobrevivir siguen escapando a la curiosidad de los historiadores. Los dos libros de Antonio Téllez [4] son los más importantes. Son el testimonio de un hombre que compartió la vida de los guerrilleros y que fue su amigo. También cabe destacar una nueva biografía de Pilar Eyre [5], que tiene el gran mérito de haber recogido testimonios de primera mano de amigos, supervivientes, miembros de la familia de Sabaté, pero también de sus enemigos.

«Bandoleros», maquis, resistencia, guerrilleros, todos estos términos se confunden, son representativos de una parte de la historia de las luchas radicales contra el poder franquista. Cronológicamente, debemos distinguir diferentes períodos:

1939-1944

Pequeños grupos armados, aislados en el interior de la península, en las «sierras» (en Aragón, Andalucía, Cataluña y Galicia [6] en particular), continuaron la lucha contra los fascistas.

Septiembre de 1944

Al final de la Segunda Guerra Mundial, se produjo una invasión masiva de guerrilleros en los valles españoles de Arán y Roncal. Muchos de ellos habían formado parte de la resistencia en Francia. La operación fue un fracaso, los supervivientes se vieron obligados a huir a través de España o a regresar a Francia, entre ellos muchos heridos. Muchos guerrilleros fueron capturados.

Primavera de 1945

Desarrollo de la resistencia interna, que se hizo patente en varias provincias.

1947-1952

Declive de la resistencia debido a la intensa represión y al abandono de la lucha armada por parte de importantes sectores de la oposición española, especialmente del PCE.

1945-1946

El primer informe sobre una acción anarquista data del 6 de agosto de 1945. Ese día, seis individuos armados atacaron una sucursal del Banco de Vizcaya en Barcelona. Esta fue la primera de una serie de acciones atribuidas a los anarquistas. Fue durante este periodo cuando se detuvo a varios activistas libertarios. Jaime Parés, apodado «Abisino», murió en ese momento, con el cuerpo acribillado por la policía. Fue uno de los primeros compañeros de Sabaté.

En 1946, cuando el fin del fascismo y del nazismo en Europa permitió creer en el fin de su aliado, el franquismo, reaparecieron los grupos anarquistas. Sus acciones tenían una finalidad claramente propagandística, su objetivo era reorganizar la CNT desde dentro, dotarla de medios financieros.

Durante este periodo, se reconstituyeron varios comités nacionales o regionales de la CNT, sólo para ser disueltos al cabo de unos meses. Muchos miembros de estos comités fueron encarcelados y ejecutados.

El grupo dirigido por Marcelino Massana incluía a los hermanos Francisco ‘Quico’ y José Sabaté, Facerias ‘Face’ y Ramón Vila ‘Caraquemada’. Estos grupos actúan bajo el nombre de MLE; se distribuyen folletos firmados con las siglas FIJL-Movimiento Libertario Español y Juventudes Libertarias.

1947-1950

A partir de mayo de 1947, los grupos anarquistas desarrollan su mayor actividad. Controlaban las carreteras a poca distancia de Barcelona. En 1948, la sección de defensa de las Juventudes Libertarias se reorganiza de nuevo y se reanuda el activismo anarquista. En abril, junio y agosto de 1948, el grupo Facerías realizó dos atracos y se apoderó de varios miles de pesetas de una fábrica de Barcelona.

Durante esta época, «Caraquemada» intervino en los alrededores de Barcelona, y se le atribuye un robo a mano armada y la deposición de explosivos en una fábrica de carburo y contra la línea de alta tensión Figols-Vic.

En 1949 reaparecen los grupos de acción rural, uno de ellos dirigido por Massana. Se les atribuyeron varios ataques armados. En Barcelona, los grupos se agruparon dentro de la MLR [7].

En febrero, julio y octubre, llevaron a cabo varias acciones contra los ferrocarriles catalanes, fábricas, empresas de transporte de fondos y una joyería. En 1949, El Quico Sabaté entró en acción en Barcelona. En marzo, junto con su hermano José y el aragonés Wenceslao Gîmenez Orive, decidieron eliminar al siniestro comisario Eduardo Quintela, especializado en la represión de los anarquistas, enemigo mortal de Sabaté. La acción tuvo lugar el 2 de marzo. Por un error imprevisible, el golpe fracasó. Manuel Pinol y José Tella, delegados deportivos del Frente de Juventudes, dos notorios fascistas, fueron asesinados en lugar del comisario.

El 3 de junio de 1949, Francisco Denis ‘Català’ murió tras absorber una cápsula de cianuro; acababa de ser detenido en Gironela. La mayoría de los grupos lo utilizaban para cruzar los Pirineos, y «Català» era el mensajero de los delegados de la CNT en el exilio. Este periodo le costó al movimiento libertario la desaparición de veintinueve de sus miembros, once heridos y cincuenta y siete detenidos.

1950-1952

Durante este periodo, el movimiento guerrillero no experimentó más que reveses. Siguieron los fracasos de finales de 1949. Carlos Cuevas y Cecilio Galdos, del Comité Nacional de la FAI [8], murieron en enfrentamientos. Manuel Sabaté, el menor de los hermanos Sabaté, fue fusilado en el campo de la Bota.

1952-1955

Se desarrollan bases de resistencia armada, principalmente en Cataluña y Aragón, formadas por anarquistas que inicialmente habían formado parte de la CNT. En el primer periodo, el movimiento guerrillero tenía un carácter unitario, pero esto no impidió que los anarquistas actuaran en su seno. El segundo periodo fue claramente libertario, y comenzó cuando la lucha armada fue abandonada por la mayoría de las organizaciones políticas. En Cataluña, los elementos más activos de estos grupos fueron Marcelino Massana, José Luis Facerias, José, Manuel y Francisco Sabaté, Ramon Vila. Unos años antes, en Aragón, los líderes del movimiento guerrillero fueron Rufino Carrasco y «El Tuerto de Fuencarra» [9]. La mayoría de estos hombres habían luchado en las milicias de la CNT-FAI durante la Revolución Española.

1955-1960

Fue durante la primavera de 1955 cuando Francisco Sabaté decidió volver a actuar. Tras un contacto con la CNT de Toulouse, fue excluido definitivamente de la organización confederal. La CNT estaba en contra de la idea de crear grupos armados en territorio español. Ante esta negativa, El Quico, junto con algunos compañeros, fundó los Grupos Anarcosindicalistas cuyo órgano era El Combate. El 29 de abril, Sabaté estuvo en Barcelona, se puso en contacto con algunos compañeros y difundió miles de ejemplares de El Combate en la ciudad con motivo del Primero de Mayo. El 28 de septiembre, aprovechando la estancia de Franco en Barcelona, Sabaté se encuentra en la ciudad, alquila un viejo taxi descapotable y explica al conductor que va a repartir propaganda favorable al régimen actual. El folleto, escrito en catalán y castellano, contenía este texto:

«Gente antifascista. Llevas unos años apoyando a Franco y a sus seguidores. No basta con criticar este régimen corrupto de miseria y terror. Las palabras son palabras. Es necesario actuar. ¡Abajo la tiranía! ¡Viva la unión del pueblo español! Movimiento Libertario de España».

En marzo de 1956, Sabaté estableció contactos con Facerias, y formaron un nuevo grupo. Se les atribuye el ataque al Banco Central y la muerte de un inspector. El 22 de diciembre de ese año, el grupo se apoderó de varios miles de pesetas de las oficinas de la empresa Cubiertas y Tejados. Tras esta acción, Sabaté regresó a Francia, donde permaneció hasta 1959. Fue durante este periodo cuando José Luis Facerias fue asesinado en una emboscada policial en el barrio barcelonés de Verdún el 30 de agosto de 1957. El anuncio de su muerte en los periódicos españoles contiene ciertas curiosidades:

«José Luis Facerias gozó de una fama muy triste, fruto de sus muchos crímenes. Combinaba una extraordinaria habilidad con una absoluta falta de escrúpulos, que le llevaba a extremos de inimaginable ferocidad, que pretendía justificar por su condición de defensor de una causa política de la que era el perfecto representante. Facerias murió a la edad de 37 años.

Esta epopeya llegó a su fin el 5 de enero de 1960 con la última aventura de Quico. Sabaté consiguió formar un nuevo grupo. Estaba formado por Antonio Miracle Guittard, de 29 años, Rogeho Madrigal Torres, de 27, y Martín Ruiz Montoya, de 20. Sin ningún apoyo, adoptaron el nombre de MURLE [10].

La última persona en unirse al grupo fue Francisco Conesa Alcaraz, de 38 años. Los cinco decidieron ir a España para organizar un núcleo policial-militar que se convertiría en el embrión de futuras unidades armadas.

Cruzaron la frontera el 30 de diciembre. Ese mismo día, la Guardia Civil fue alertada y se concentró en la zona del cruce. El 3 de enero, el grupo fue localizado en una masía al sur de Girona. Rodeados por la guardia civil, el grupo sólo tenía una opción: el enfrentamiento. Conesa murió, Sabaté fue herido en la pierna. Mientras intentan huir gracias a la oscuridad cómplice, Milagro, Madrigal y Martín caen muertos. Sabaté, tras matar al teniente de la Guardia Civil, se dirige hacia el triple círculo de guardias que rodean el cortijo, se tumba boca abajo, murmura: «No disparen, soy el teniente», y consigue escapar en la noche. Sabaté llegó a la línea de ferrocarril cerca de Fomells. Sube a la locomotora de un tren y amenaza al maquinista y al conductor con su pistola y les ordena que conduzcan hacia Barcelona sin parar en ninguna otra estación. Cuando llegaron a Empalme, Sabaté tomó asiento en una locomotora eléctrica, todavía en compañía del maquinista y del conductor. Durante este tiempo, su lesión empeora. Antes de llegar a Sant Celoni, salta del tren y llega a una granja cercana. Fue allí donde fue localizado por la Guardia Civil. Un guardia municipal que había sido informado del caso por la Guardia Civil se encontraba en el lugar del altercado. Fue este oficial quien mató a Sabaté con la ayuda de un sargento de la Guardia Civil. Sabaté fue herido en el pie y en el muslo. Al día siguiente, la prensa española escribió:

«El final de un bandolero. Fueron 8 horas y 26 minutos. En el cruce de las calles Mator y San Tecla de Sant Celoni, empuñando su subfusil Thompson, yacía muerto el infame Francisco Sabaté Llopart.

Sin saberlo, el informante oficial le rindió a Quico un último homenaje llamándolo «bandolero». En España significa ‘salteador de caminos’, pero también en un sentido más amplio: ‘salvador de los oprimidos’.

Sabaté tenía 45 años. «Caraquemada» fue el único superviviente de esta generación de guerrilleros. Fue en sus tierras del Berguedà donde llevó a cabo la mayor parte de sus acciones. Fue en 1963, con casi 30 años, en Castellnou de Bages, cuando fue asesinado por una patrulla de la Guardia Civil. En ese momento intentaba colocar un explosivo contra una instalación eléctrica.

Maquis

La guerrilla urbana y sus objetivos

Las acciones llevadas a cabo por los grupos armados fueron ilimitadamente temerarias. Los grupos sabían que el hecho de que todas las organizaciones oficiales hubieran abandonado la estrategia armada les dificultaría el arraigo entre la población, pero esperaban poder mostrar a estas organizaciones sus errores.

Su actividad de difusión de textos anarcosindicalistas se limitó a Cataluña. La principal dificultad para los grupos de acción fue la precaria relación establecida con los grupos del interior de la península. Los grupos de acción continuaron la guerra civil. Para ellos, nunca había dejado de serlo. La mayoría de los opositores del interior, a partir de 1953, consideraron que la lucha contra el franquismo debía desarrollarse mediante la más amplia participación de la población. Cabe destacar que fue a partir del momento en que Estados Unidos estableció relaciones diplomáticas con España cuando surgieron estas posiciones en la oposición antifranquista.

Sin embargo, el principal enemigo de la lucha armada era la Guardia Civil. El número de guardias desplazados para acabar con los guerrilleros fue impresionante. Al infiltrarse en los círculos de exiliados, los guardias pudieron informar de la salida de los grupos hacia España. La colaboración de la policía francesa también fue muy importante. Aunque el gobierno francés permitió inicialmente que los grupos guerrilleros se organizaran en territorio francés, sin duda por su activa participación en la resistencia contra el nazismo, el inicio de la Guerra Fría transformó las relaciones diplomáticas entre Francia y España.

La colaboración entre las policías francesa y española se desarrolló y la información sobre el paso de los grupos de acción por los Pirineos fue transmitida por la policía francesa a sus homólogos españoles. La Guardia Civil, para combatir más eficazmente a los guerrilleros, creó cuerpos antiguerrilleros. El cuerpo de la Guardia Civil realizó varias acciones que desacreditaron a los guerrilleros, creando un clima de inseguridad en la población que llevó al aislamiento de los guerrilleros anarquistas. Las zonas de paso, las salidas de Barcelona, estaban cada vez más vigiladas, y las patrullas formadas por numerosos hombres armados formaban un círculo de represión alrededor de Barcelona que ya no permitía a los guerrilleros llegar a sus bases, mover material y recibir refuerzos en hombres. Los guerrilleros también tenían importantes enemigos: los voluntarios, la policía nacional, los guardias municipales, los falangistas y sus organizaciones.

Sin embargo, los guerrilleros mantuvieron a raya a las fuerzas gubernamentales durante la mayor parte del tiempo. La precariedad de sus medios, que les obligaba a realizar expropiaciones, y el hecho de no poder contar con su organización, la CNT en el exilio, por la que habían luchado mucho antes de 1936, les hacía vulnerables. Muchas de las acciones llevadas a cabo por los grupos de acción probablemente quedarán desconocidas para siempre, pero lo que está claro es que el régimen de terror impuesto por Franco tenía un enemigo directamente opuesto a él. Cuando la noticia de la muerte de Quico Sabaté llegó a Barcelona, la gente no quería admitir la realidad de su desaparición. «El Quico pronto vendrá a desmentir a estos mentirosos», comentaron los trabajadores catalanes, pensando que se trataba de un truco policial. Es cierto que cuando Sabaté y Facerias entraron en la mitología popular se demostró que, en cierto modo, eran representativos de la oposición de un gran número de españoles a un poder que quería someter a todo el pueblo español. El «bandolero» siempre ha sido mitificado en España, porque encarna la lucha de los débiles y los oprimidos contra el poder establecido. El imaginario popular lo define como el ladrón de los ricos y el defensor de los pobres. Este fue el caso de Sabaté, Facerias y sus compañeros. Eran la personificación del «noble bandolero» que lucha hasta la muerte por la libertad y contra los que se oponen a ella.

Quico Sabaté
Seguimos y seguiremos nuestra lucha en relación a España, en España consideramos que la inercia es la muerte del espíritu revolucionario. Haremos oír la voz del anarquismo en todos los rincones de España, así como la solidaridad con nuestros hermanos detenidos.

Este texto, fechado el 8 de diciembre de 1957, forma parte de una carta enviada por los Grupos anarcosindicalistas a la CNT y a la FAI en el exilio, para protestar por la inacción de estas organizaciones para salvar a los anarquistas encarcelados en España y para denunciar su ausencia del campo de lucha en la península.

Daniel Pinós

[1] El torniquete para dos inocentes. El asunto Granado-Delgado, por Carlos Fonseca, publicado por CNT- RP.

[2] Movimiento Ibérico de Liberación y Grupo de Acción Revolucionaria Internacionalista. Sobre estos grupos léase Anarquismo español y acción revolucionaria internacional, 1961-1975, de Octavio Alberola y Ariane Gransac, publicado por Christian Bourgois, y Telesforo Tajuelo, publicado por Rudo Ibérico: El MIL, Puig Antich y los CARI. en los años 70.

[3] Hombres de la carretera.

[4] Sabaté. La guerrilla urbana en España 1945-1960, publicado por Repères Silena. Facerias. La Guerilla urbana, publicado por Ruedo Ibérico, dedicado a la guerrilla urbana, Sabaté y Facerias, las figuras más importantes de esta historia.

[5] Quico Sabaté, el último guerrillero, publicado por Península.

[6] Los líderes de estas en casi todas estas regiones son libertarios.

[7] Movimiento de resistencia libertario.

[8] Federación Anarquista Ibérica.

[9] El tuerto de Fuencarral.

[10] Movimiento de Unificación para la Resistencia y Liberación de España.

Traducido por Jorge Joya

Título original: Bandoleros. La guerilla urbaine en Espagne. 1945-1963


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