Con Franco estábamos mejor

Con Franco estábamos mejor
Alberto Vila

En su crónica sobre la situación de la población alemana en 1946, bajo el título “Otoño Alemán”, Stig Dagerman describió las consecuencias de la devastación sufrida por los alemanes tras los bombardeos y la ocupación aliada luego de la derrota. Dagerman con sólo 23 años en el otoño de 1946, emprende un viaje por la Alemania destruida. Lo hace como corresponsal del periódico sueco Expresen. Su objetivo fue entender el sufrimiento de aquellos alemanes. Muchos de ellos se habían adherido al nazismo en diferentes grados. Con dos años transcurridos desde la derrota y con el marco de un escenario de humillación y miseria, a la pregunta que les hacían los periodistas de si antes, en tiempos de Hitler, vivían mejor, respondían que sí.

 
Resultaba lógica esa respuesta, siendo objetivamente empático, ante la desolación y maltratos que recibía la mayoría de la población alemana de las fuerzas de ocupación. La pobreza reinante insuflaba la memoria selectiva de tiempos mejores. Los seres que se apiñaban en los sótanos
y escasos refugios que les guarecían del frío y las inclemencias del clima, eran ámbitos propicios para responder al periodista de ese modo. No se mencionaban las persecuciones de la Gestapo, ni el exterminio de judíos, gitanos y otros colectivos.

Pese al tiempo transcurrido, en Alemania resurgen los movimientos de ultraderecha. Sin embargo, pese a ello, se hizo un balance con su historia real y se logró que hoy por hoy sólo minorías trasnochadas repitan aquella respuesta.

En cambio, en España, como los herederos del franquismo más radical se ven amenazados por una generación que no se deja engañar de un modo tan absurdo como las del 78 en adelante. Los grupos económicos y religiosos se han propuesto lograr que muchos sectores captados por la historia “diseñada”, puedan afirmar sin rubores que “con Franco estábamos mejor”.

El saqueo llevado a cabo los une. Las cuentas pendientes con la historia también. Porque mucho tuvo que ocurrir para que a dicha reserva moral de Occidente se le cayera la máscara, en el marco de los procesos judiciales por corrupción. Notan que no se habla del Pazo de Meiras…

Temo por el uso y réditos sociales que aportarán los fondos europeos. Siento inquietud cuando su administración y gestión estará a cargo de una ultraliberal como Nadia Calviño. Las oportunidades en la historia no pasan todos los días. Recuerden que la legislación de M. Rajoy sigue vigente. Su CGPJ también. Del Tribunal Constitucional ya veremos cuando se trate la cuestión del aborto.

También siento cierta melancólica tristeza cuando pienso que el statu quo, del que forma parte el PSOE, utilice a Podemos como muro de contención de la respuesta social de aquellos colectivos que descubran que los han estado engañando una vez más.

Los tiempos que vienen requerirán de firmeza y convicción frente a ese treinta por ciento de la población que, aún, sigue afirmando que “con Franco estábamos mejor”. Expresión cabal de una pobreza intelectual y moral inaudita.


Fuente → luhnoticias.es

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