Ley para la Reforma Política: el "suicidio" del franquismo y la vuelta (casi) definitiva a la democracia

Su aprobación histórica, hace hoy 45 años, pasó a conocerse como el 'harakiri' de las Cortes franquistas

Ley para la Reforma Política: el "suicidio" del franquismo y la vuelta (casi) definitiva a la democracia / Rubén Rozas 

El día 18 de noviembre, pero de 1976, la democracia regresaba definitivamente a España. La muerte de Franco, hacía poco menos de un año, había dejado atrás aproximadamente 40 años sin libertad. Sin embargo, en un primer momento el fallecimiento del dictador dio paso a una sensación generalizada de duda sobre la que los responsables políticos del momento tuvieron que trabajar para asentar el estado de derecho.

Uno de los acontecimientos que no pasan desapercibidos en este espacio es, sin duda, la Ley para la Reforma Política del 76, un hecho que después pasaría a conocerse como el harakiri de las Cortes Franquistas y que daría el paso definitivo -o casi, ya que después llegaría la aprobación de la Constitución, la superación del Golpe de Estado de Tejero, etc- a la democracia.

Es necesario, para entender lo que supuso esta Ley, comprender el contexto en el que se produce. Nuestro país acababa de salir de una dictadura y dentro de las Cortes había grupos que defendían el Régimen o habían estado presentes en el gobierno franquista. Uno de ellos era Miguel Primo de Rivera, sobrino del fundador de la Falange José Antonio Primo de Rivera. A posteriori sería una de las figuras clave en este proceso, ya que supuso una baza argumentativa muy potente en el búnker, el grupo nacido del aparato franquista y que, obviamente, se postulaba en contra de cualquier reforma gubernamental.

'De la ley a la ley, a través de la ley': la trampa de Torcuato Fernández-Miranda para el “suicidio” del franquismo

Uno de los protagonistas de este hecho histórico no es tanto el líder de Unión de Centro Democrático (UCD), Adolfo Suárez, como Torcuato Fernández-Miranda, consejero del rey Juan Carlos y presidente de las Cortes.

Fue un proceso muy complicado, primero por la posición del búnker, y después porque la oposición ‘apretaba las tuercas’ al Ejecutivo para que acelerase la reforma que había prometido. Fernández-Miranda supo que la ley debía conservar las formas jurídicas que mantenía la dictadura y contar con opción a rectificación si se consideraba pertinente. No obstante, el aspecto de la nueva ley era claramente democrático e incluía aspectos como que el Jefe de Gobierno debía salir de las urnas o que la democracia era el único mecanismo para avalar asuntos de interés nacional.

Con esta “trampa” seleccióno cuidadosamente a personas del sector más conservador para que la defendieran en el Pleno de la Reforma, entre ellas el propio sobrino de Primo de Rivera o Belén Landaburu. Además de esto, el que fuera presidente interino del Gobierno entre Carrero Blanco y Arias Navarro, profesor de Derecho de Juan Carlos I y hombre fundamental en los últimos años de franquismo, ideó meses antes llevar a cabo un procedimiento de urgencia, para salvar así la Comisión de Leyes Fundamentales, escollo difícil de superar para la ley.

Con AP a favor, el búnker quedaba sin opción

El resultado de la votación final en las Cortes sería apabullante a favor de la Ley. 425 a favor, 59 en contra y 13 abstenciones. Uno de los actores principales en la votación fue Alianza Popular (AP), que aseguró que no iba a votar en contra ni a abstenerse.

Esto tampoco fue fácil, ya que el Ejecutivo tuvo que ceder sobre la concreción de sistema electoral, que finalmente sería mixto con “elementos correctores”, similar a lo que pedía la formación en la que se encontraban personalidades como Manuel Fraga. Este sistema, todavía vigente en la actualidad, se basa en que la representación ciudadano-escaño guarda relación directa con la población. Algunos tradujeron la posición de los sectores franquistas como “suicida”, mientras que estos dijeron que era una muestra de flexibilidad y hablaron de “puente de concordia” -hay que tener en cuenta que dentro de estos sectores puede incluirse al propio Fernández-Miranda-.

Portada del 'Diario 16' del 19 de noviembre de 1976.

Adolfo Suárez, gran impulsor democrático

Fue bajo el mandato de Adolfo Suárez cuando se produjeron los acontecimientos más históricos hacia una reestructuración democrática. Aunque el protagonista primero de la Reforma Política fue Fernández-Miranda, bajo el Gobierno de Suárez llegarían también la Ley de Asociaciones Políticas o la Ley Reguladora del Derecho de Reunión. Asimismo, fue Suárez quien presentó a las Fuerzas Armadas antes que a nadie la octava Ley Fundamental, a sabiendas de que muchos de los altos cargos habían estado presentes en la Guerra Civil. Son llamativas las palabras de Fernández-Miranda cuando le entregó el borrador de la Ley para la Reforma Política a Suárez: “No tiene padre”.

Cambios en la actualidad

La Ley para la Reforma Política se derogó en el momento en que se ratificó la Constitución, y todavía hoy son muchos los partidos que piden una “renovación” de algunos puntos de la Carta Magna.

Por el momento, solo se ha reformado en dos ocasiones, ambas por procedimiento ordinario. La primera fue una reforma menor que tiene que ver con el punto 13.2 (el voto de las personas extranjeras en elecciones municipales) y que se llevó a cabo en 1992, mientras que la segunda fue pactada por PP y PSOE en 2011 y guarda relación con la redacción del artículo 135, que otorga prioridad al pago de la deuda pública y somete los límites de déficit a lo que establezcan las autoridades europeas.


Fuente → elplural.com

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