Las claves de la pugna política sobre los crímenes del franquismo

 El Gobierno afronta uno de los aspectos más polémicos de la tramitación de su ley de Memoria Democrática, para la que aún no dispone de mayoría parlamentaria

Las claves de la pugna política sobre los crímenes del franquismo / Juan Carlos Merino

El debate sobre las investigaciones de los crímenes, torturas y delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura franquista regresa a la agenda política con especial virulencia. Un debate surgido al calor de la tramitación parlamentaria de la futura ley de Memoria Democrática, sobre el que el PSOE y Unidas Podemos ofrecen diferentes interpretaciones, que mantiene incendiadas a las derechas y provoca recelos en sectores clásicos socialista y que tampoco logra el respaldo de Esquerra Republicana de Catalunya.

¿Por qué resurge ahora el debate sobre la investigación de los crímenes del franquismo?

Después de que Pedro Sánchez lograra acometer con éxito la exhumación de Francisco Franco del Valle de los Caídos –en una operación de alto impacto mediático el 24 de octubre del 2019, durante su primer mandato- y de que el Consejo de Ministros aprobara el pasado 20 de julio, y remitiera a las Cortes, el nuevo proyecto de ley de Memoria Democrática, como actualización de la ley de Memoria Histórica que en el 2007 impulsó el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, el debate sobre la investigación de los crímenes del franquismo ha regresado a la agenda política, y a las portadas de los diarios, debido a una de las enmiendas conjuntas registradas el pasado miércoles por el PSOE y Unidas Podemos al articulado de la norma, que buscaba además atraer a Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) al acuerdo sobre la ley.

¿Qué dice exactamente la enmienda del PSOE y Unidas Podemos?

El nuevo apartado propuesto por ambos grupos parlamentarios al artículo 2 de la ley de Memoria Democrática dice lo siguiente: “Todas las leyes del Estado español, incluida la ley 46/1977, de 15 de octubre, de Amnistía, se interpretarán y aplicarán de conformidad con el Derecho internacional convencional y consuetudinario y, en particular, con el Derecho Internacional Humanitario, según el cual los crímenes de guerra, de lesa humanidad, genocidio y tortura tienen la consideración de imprescriptibles y no amnistiables”. La motivación de esta enmienda es sencilla: “Garantizar el derecho a la justicia de las víctimas”.

¿Cómo interpreta Unidas Podemos esta enmienda?

La interpretación generalizada de esta enmienda, abonada además por Unidas Podemos, fue que el Gobierno abría así la puerta para impulsar la investigación y enjuiciamiento de los crímenes de la dictadura, con una fórmula que sorteaba la ley de Amnistía de 1977, uno de los pilares de la transición política de la dictadura a la democracia cuyo mayor hito fue la Constitución de 1978. La ley de Amnistía del 77 era el habitual muro contra el que chocaban en los tribunales los intentos de abrir investigaciones judiciales contra los crímenes del franquismo. La ministra de Derechos Sociales y secretaria general de Podemos, Ione Belarra, así lo celebró el mismo pasado miércoles, resaltando el mérito de la formación morada: “El acuerdo que ha logrado Unidas Podemos en la ley de Memoria Democrática es histórico. Por primera vez un paso adelante para acabar con la impunidad de los crímenes franquistas. Ningún juez podrá ampararse en la ley de amnistía para no investigar crímenes de lesa humanidad”. El secretario de Estado de Agenda 2030 y secretario general del PCE, Enrique Santiago, advirtió que la mayoría que las personas que podrían ser objeto de estas investigaciones, debido al tiempo transcurrido, ya han fallecido. Pero Santiago, uno de los negociadores de la enmienda pactada, apuntó en la misma dirección: “Cualquier ministro franquista o cualquier persona que haya cometido torturas podrán ser juzgados”.

¿Cómo interpreta el PSOE esta enmienda?

Al día siguiente de que se registrara la enmienda, el ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños, echó un jarro de agua fría sobre esta interpretación. Según explicó en una entrevista en Onda Cero, la enmienda, lejos de intentar derogar o sortear la ley de Aministía de 1977, “ratifica su vigencia”. A su juicio, esta enmienda, cuando entre en vigor la ley, no cambiará nada, respecto a las investigaciones sobre los crímenes del franquismo, que no se pudiera hacer ya. En concreto, desde el año 2002 en que España ratificó el Estatuto de Roma y lo incorporó, en el 2003, a su Código Penal, por lo que los crímenes de lesa humanidad no prescriben ni se pueden amnistiar. Bolaños, que se define como un gran defensor de la transición política y de sus protagonistas, advirtió que las investigaciones sobre los crímenes del franquismo se seguirán enfrentando a dos grandes dificultades pese a que se apruebe la nueva ley: que la legislación penal no es retroactiva y que “casi no queda nadie vivo de los que protagonizaron aquellas vulneraciones de derechos fundamentales”.

¿Hay recelos en algunos sectores socialistas clásicos?

Sí. La enmienda del PSOE y Unidas Podemos también despertó recelos en sectores clásicos socialistas, ante la impresión de que la futura ley de Memoria Democrática puede ser política y socialmente “divisiva”. En este sentido, el presidente de Aragón, el socialista Javier Lambán, alzó la voz para reclamar “mucha prevención”, al advertir que para algunas formaciones de izquierdas, “acabar con la ley de Amnistía no deja de estar en relación con su propósito de acabar con la Transición, con la Constitución de 1978 y con un sistema que a España le ha sentado de maravilla”. Lambán reclamó que “los biznietos de los que pelearon en la Guerra Civil recuperen el espíritu de sus bisabuelos y valoren lo que significa la reconciliación nacional”. Una posición que comparte el presidente de Castilla-La Mancha, el también socialista Emiliano García-Page.

¿Cuál es la posición de Esquerra?

Negativa y ajena a los cantos de sirena del PSOE y Unidas Podemos. El portavoz de Esquerra en el Congreso, Gabriel Rufián, ya había demandado la derogación de la ley de Amnistía de 1977 como una de las condiciones para que su formación pudiera apoyar la aprobación de la ley de Memoria Democrática. Pese a los intentos del PSOE y Unidas Podemos de atraer a los republicanos al acuerdo, Rufián recibió con cajas destempladas la enmienda: “Venden humo”. ERC, por ahora, asegura que no da su brazo a torcer y que no respaldará una norma, a su juicio, totalmente “insuficiente”. Cabe recordar que Esquerra tampoco respaldó la ley de Memoria Histórica de Zapatero del 2007.

¿Cuál es la posición del Partido Popular?

Demoledora. La oposición del Partido Popular y de la ultraderecha de Vox es frontal. El líder del PP, Pablo Casado, advierte de su absoluto rechazo al proyecto de Ley de Memoria Democrática, que considera una “norma guerracivilista” e “inconstitucional” y que se compromete a sustituir por una ley de Concordia si llega a la Moncloa. Casado considera que esta iniciativa constituye un ataque de Pedro Sánchez contra la Transición, al objeto de “mantenerse en el poder con los radicales”. “Basta ya de enfrentar a los españoles por un puñado de votos”, exige el líder del PP.

¿Qué mayoría necesita el Gobierno para que la ley de Memoria Democrática vea la luz?

Una mayoría simple. El propio Bolaños admitió el pasado jueves que el Gobierno solo dispone de una mayoría de 155 diputados, con el PSOE y Unidas Podemos, lo que le obliga a buscar acuerdos con el resto de los grupos parlamentarios hasta alcanzar los 176 escaños de la mayoría absoluta. La de Memoria Democrática, no obstante, no es una ley orgánica sino ordinaria, por lo que el Ejecutivo solo necesita una mayoría simple –más síes que noes- para poder aprobarla en el Congreso. El Gobierno, por tanto, requiere para lograrlo superar el muro de los grupos que se oponen a esta norma, entre ellos el Partido Popular y Vox. La posición discrepante de ERC llevó al PSOE a pulsar a Ciudadanos, aunque tampoco logró un acerdo. Y, pese a que el Gobierno aún no dispone de la mayoría suficiente para garantizarse la luz verde, confía en poderla reunir.


Fuente → lavanguardia.com

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