El Raval contra VOX: Fiscalía contra el Raval


El Raval contra VOX: Fiscalía contra el Raval


Marx21

El pasado 8 de noviembre se celebró una rueda de prensa en el diverso barrio barcelonés del Raval, para explicar una denuncia por delito de odio, presentada tras una incursión al barrio por un grupo de ultras.

En agosto de 2020, una diputada de VOX calificó, en el propio Congreso, a barrios como el Raval de “estercolero multicultural”. Días después, varios personajes de este partido de extrema derecha acudieron al barrio, para repetir sus insultos racistas.

Fueron recibidos, como tocaba, por una amplia protesta vecinal. De hecho, los ultras ni siquiera llegaron a ver a la mayoría de las 100 personas del barrio que acudieron para denunciar su presencia: ya se habían escondido en un hotel cercano. La protesta vecinal continuó ante del hotel, sin incidentes notables.

Entonces ¿la Fiscalía de delitos de odio ha decidido finalmente denunciar el racismo de VOX?

No, la “Fiscalía de delitos de odio” denuncia a siete personas del Raval —incluyendo a David Karvala, militante de Marx21 y activista de Unitat Contra el Feixisme i Racisme Catalunya— por haberse manifestado contra el odio. A estas siete personas, escogidas a dedo entre el centenar que participó en la protesta, les pide multas enormes. El propio VOX se suma a la acusación, pidiendo penas de cárcel. Como denuncia el comunicado de las personas imputadas, es el mundo al revés.

Neonazis

Esto confirma las serias dudas ante la capacidad del sistema judicial de hacer frente a la extrema derecha. Históricamente, las medidas judiciales se aplican mucho más contra la izquierda y la gente trabajadora que contra el fascismo.

Hay excepciones, como la condena a cárcel de toda la cúpula de la organización criminal neonazi griega, Amanecer Dorado. Pero esta condena solo se logró mediante la movilización unitaria, sostenida a lo largo de muchos años. En cada momento clave del largo juicio, el movimiento unitario contra el fascismo y el racismo en Grecia, KEERFA, convocó concentraciones ante el tribunal.

Esto culminó el día histórico de la sentencia, cuando la gran avenida delante el tribunal se llenó con hasta 100.000 personas, incluyendo un amplio espectro de la izquierda y una fuerte presencia del movimiento sindical, que había convocado huelga general para la ocasión.

Solo así se logró obligar al gobierno griego y al sistema judicial a actuar.

¿Intolerancia?

Con los delitos de odio, hay un problema añadido. Cuando se introdujeron los nuevos artículos en el Código Penal, se suponía que su objetivo era defender a grupos vulnerables, como una nueva arma judicial contra el racismo, el machismo y la LGTBIfobia.

Sin embargo, importantes defensores del concepto, como son el Fiscal de delitos de odio de Barcelona y el presidente del Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra, ahora incluyen bajo esta ley la defensa de la extrema derecha frente a protestas antirracistas.

Tristemente, el “Movimiento contra la Intolerancia”, que hace años realizaba un trabajo importante contra el racismo, ha perdido el norte totalmente. Ahora esta ONG subvencionada —que no movimiento— denuncia una supuesta “hispanofobia” —relativizando los crímenes del imperio español—, acusa a activistas antirracistas de “neoracismo antiblanco, antiespañol y antieuropeo”, y se solidariza con la policía.

Revela así las limitaciones del concepto “tolerancia”. El filósofo liberal Karl Popper habló de la “paradoja de la tolerancia”: para mantener una sociedad tolerante, esta sociedad tenía que ser intolerante con la intolerancia. Con esto, solo profundizó la confusión.

Es más sencillo insistir en que hay que combatir el fascismo, el racismo y toda forma de opresión. Aquí no hay paradoja alguna. Pero el sistema judicial y la policía son incapaces de basarse en esta obviedad.

De hecho, en la misma semana en que se comunicaron las acusaciones del Raval, se informó de que se había archivado otro caso, presentado por una activista de Unitat Contra el Feixisme i Racisme. Esta activista denunció una agresión que había sufrido a manos de matones ultras, tras ser señalada por un dirigente de VOX, exlíder de un grupo neonazi y uno de los denunciantes en el caso del Raval. Increíblemente, la fiscalía argumentó que el hecho de que este dirigente ultra la señalase no se podía considerar como la causa de la agresión que sufrió justo después, a manos de sus seguidores.

Unidad

Es evidente que para parar a la extrema derecha y combatir el racismo, hace falta la movilización. Y el ejemplo de Grecia demuestra, una vez más, que esta movilización debe ser lo más amplia posible. Debe incluir, idealmente, al conjunto de la clase trabajadora, incluyendo a organizaciones que discrepan sobre muchas cosas, pero comparten el rechazo al fascismo.

Debemos impulsar, urgentemente, la unidad contra el fascismo y el racismo, y hay que impulsar la solidaridad con las personas del Raval que están siendo procesadas simplemente por protestar contra VOX.

Twitter de las personas imputadas: @RavalvsVOX

Foto: Adrián Sánchez


Fuente → marx21.net

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