El Pazo de Meirás: una lucha inacabada
 
El Pazo de Meirás: una lucha inacabada
Rubén Cela Díaz

El Pazo de Meirás es un Pazo gallego [1] del siglo XIX, situado en el Ayuntamiento de Sada y edificado sobre las ruinas de una construcción destruida durante la Guerra de la Independencia. Se trata de un inmueble que forma doblemente parte de la historia de Galiza: por ser en su momento residencia de Emilia Pardo Bazán, y para convertirse posteriormente en un bien expoliado en el pueblo gallego mediante participaciones “voluntarias” de cientos de gallegas y gallegos en diferentes “suscripciones populares” promovidas por el Régimen franquista. Así sería cómo se convertiría en patrimonio privado del dictador y de su familia, que utilizarían durante muchos años como su residencia de verano.

La falta de una ruptura democrática con la dictadura impuso en España una transición fraudulenta, que permitió que las élites franquistas pudieran convertirse, de un día para otro, en “demócratas de toda la vida” y consolidar un régimen en el que la amnesia colectiva obligada y el blanqueamiento de las estructuras franquistas permitiría un proceso de homologación con las democracias europeas, manteniendo los privilegios y la impunidad de determinadas élites que seguirían después de la muerte del dictador ( muchas de ellas hasta nuestros días). Sólo así es comprensible que cuatro décadas después de la muerte del dictador un bien de este tipo siguiera en manos de la familia Franco y sólo así es explicable que, una vez declarado Bien de Interés Cultural (BIC) y los descendientes del dictador tienen la obligación de abrirlo parcialmente al público, se le encomienden las visitas a la Fundación Nacional Francisco Franco, que hacía gala de hacer apología del franquismo durante estas décadas.

¿Alguien podría pensar que en Alemania se permitiera la existencia de una Fundación Adolf Hitler? ¿Alguien imagina una vivienda de Mussolini robada en el pueblo, en manos de sus descendientes y reconvertida en parque temático fascista? Evidentemente: no. Y, por supuesto, algo así no podía quedar sin respuesta.

Una lucha transversal

Pocas luchas políticas como la de recuperación del Pazo de Meirás son un ejemplo práctico tan claro de lo que debe ser una correcta intersección entre el necesario asociacionismo popular en favor de la recuperación de la memoria histórica y su trabajo muchas veces silencioso (otras otras ); la movilización social imaginativa, capaz de sumar apoyos sociales, simpatía y solidaridad; una rigurosa labor de investigación, investigación y documentación histórica; y una actuación político-institucional bien orientada, bien armada, desacomplejada y contundente.

La vía de la investigación a través del libro “ Meiras: un Pazo, un Caudillo, un expolio ” editado por la Fundación Galiza Siempre (centro de estudios y análisis del Blog Nacionalista Gallego) y del trabajo institucional se verían completados con un trabajo de agitación que permitió popularizar el conflicto y sacarlo del ámbito exclusivamente académico, institucional o judicial. En este sentido, tuvo especial relevancia la acción llevada a cabo el 30 de agosto de 2017 por las y los, conocidos popularmente como, “19 de Meirás” que ofrecieron una foto inédita: la reclamación del Pazo de Meirás desde el mismo Pazo de Meirás. Una imagen hoy ya icónica, que dio la vuelta al mundo, removió conciencias y agudizó el absurdo de la situación: activistas demócratas que reivindicamos -simbólica y pacífica- la devolución de un bien expoliado por una dictadura fascista, cuatro décadas tras la muerte del dictador, debemos enfrentarnos a un juicio por causa de una denuncia (por la que nos piden penas de 13 años de cárcel para cada uno de los activistas y una multa colectiva de más de medio millón de euros) de una fundación que honra al dictador y que hace apología del fascismo.

Igual de crucial fue la dedicación y el empuje del alcalde nacionalista de Sada a la altura, Abel López Soto, y absolutamente determinante en esta fase final el rol de Goretti Sanmartin, desde la Vicepresidencia de la Diputación La Coruña, que creó la “Xunta Pro Devolución do Pazo” y encargó al equipo jurídico coordinado por Xabier Ferreira y Emilio Grandío el informe que sería clave para que se pudiera producir una sentencia como la que el 2 de septiembre de 2020 emitió el Juzgado n. 1 de La Coruña y que declaró nula la “donación” del Pazo de Meirás a Francisco Franco en 1938 y califica de “ficción” la compra del inmueble en 1941. Una sentencia que fue fruto de una demanda de la Abogacía del Estado basada precisamente en este libro y los estudios históricos y jurídicos de la Diputación de La Coruña y la Xunta de Galicia.

Un ejemplo de la importancia de la constancia y trabajo del nacionalismo gallego y el movimiento popular por la recuperación de la memoria.

Fue una victoria importante, pero parcial. Es sólo un punto y seguido, queda mucho por hacer. No tendrá sentido hasta que esta sentencia sea firme y la propiedad de Pazo se traspase a la Xunta de Galicia; ni hasta que recuperemos la Casa Cornide, las estatuas de Isaac y Abraham de todo el Pórtico da Gloria y las pilas baustismales de Moraime; ni hasta la absolución de los “19 de Meirás” y de los “9 de Cornide” [2] y demás denunciados por la Fundación Nacional Francisco Franco.

Una lucha no concluida

Meirás no es sólo un Pazo. Es un símbolo de la continuidad del franquismo, de un pacto de desmemoria e impunidad. Reconquistarlo para el pueblo gallego no ha supuesto sólo la recuperación de un bien patrimonial. Es la recuperación de algo mucho más importante: la recuperación de una parte de nuestra memoria y dignidad arrebatadas, que casi medio siglo después de la muerte del dictador siguen sin haberse resarcido.

Precisamente, si hoy el soberanismo gallego es vanguardia en la lucha en favor de la recuperación de la memoria es, entre otras cosas, porque no fue copartícipe del pacto de silencio que supuso la Transición.
Notas

[1] El pazo es un tipo de casa solariega tradicional gallega, de carácter señorial, normalmente situada en el campo.

[2] Nueve activistas han sido juzgados, después de haber sido denunciados por la familia Franco, por la acción protesta realizada el 26 de septiembre de 2017 en la Casa Cornide. En esta acción simbólica, los nueve activistas reclamaban la devolución del palacete del siglo XVIII, ubicado en el casco histórico de La Coruña, que se encuentra en manos de los herederos del dictador.

Rubén Cela Díaz es presidente de la Fundación Galiza Siempre, miembro de la Ejecutiva Nacional del BNG y uno de los “19 de Meirás” pendiente de juicio.