"Del clasismo de la escuela franquista hemos heredado el auge de la concertada"


"Del clasismo de la escuela franquista hemos heredado el auge de la concertada"  /  Gemma Martinez :

Carmen Agulló és professora titular a la facultat de Ciències de l’Educació de la Universitat de València i també al campus d’Ontinyent. Especialitzada en l’educació a les dones durant els anys de la Segona República i el franquisme, va participar en el documental Las maestras de la República dirigit per Pilar Pérez Solano i guanyador del premi Goya l’any 2014. La seua aportació i reflexió sobre el projecte educatiu republicà i el canvi radical dels anys posteriors ha estat referent tant en l’àmbit educatiu com en l’històric. Així, la coeducació, la situació de l’escola pública i la necessitat de projectes educatius on es prioritzen la cooperació i la solidaritat són alguns dels temes que Agulló ha explicat al llarg d’aquesta entrevista.

Com va ser l’educació que vas rebre?

Fui a una academia privada porque mi padre y mi madre consideraban que la escuela pública, sobre todo para las niñas, durante el franquismo era muy mala. Había gente que era licenciada, un ambiente lo suficientemente mejor, aunque estábamos segregados, los chicos por un lado y las chicas por el otro. Tuve el privilegio de una educación muy buena en primaria. Luego en secundaria, el Bachiller Superior que se llamaba en ese momento, lo hice en las Hermanas Carmelitas de Ourense, interna. Y por el COU me fui a un instituto público también femenino. La experiencia es buena. Era buena estudiante y no tuve problemas. Aprendí bastante, algunas cosas ahora me llaman la atención: por ejemplo, de literatura, no leí ni un libro. La literatura era enseñarte de memoria las biografías de los autores y sus características. Luego la Formación del Espiritu Nacional, que era la política, consistía en aprender lo mismo cada año. Nadie te contaba nada porque, yo creo, que las monitoras de la Sección Femenina tampoco lo sabían. Aprendías cuatro frases que tal cual se han quedado allí, pero no las has entendido. El adoctrinamiento político fue muy flojo y el religioso sí fue muy, muy fuerte.

¿Por qué decides especializarte en la educación que recibieron las mujeres durante la Segunda República y el franquismo? 

"La educación en el franquismo es mi obligación y la educación en la República es por deber político, social y de reconocimiento a unas personas que lo dejaron todo por una educación mejor" 

Primero hice el franquismo, mi tesis doctoral es la Educación de las mujeres en el franquismo en Valencia en los años cincuenta y sesenta . Precisamente porque quería reflexionar sobre cómo había sido mi educación y la de todas las mujeres que habían sido educadas en los sesenta hasta llegar a la EGB. Creo que la hice un poco como una obligación, para intentar reflexionar cómo nos habían adoctrinado, sobre todo en el tema católico, y de qué forma; los libros de texto que se utilizaban, etc. Pero claro, después políticamente era de izquierdas y por ahí empecé a interesarme por la República en general, y después ya más en particular, por las maestras republicanas. Diríamos que la educación en el franquismo es mi obligación y la educación en la República es por deber político, social y de reconocimiento a unas personas que lo dejaron todo por una educación mejor.

¿Qué antecedentes tuvieron las maestras de la Segunda República?

Durante la Segunda República, no cambia todo de un día para otro. Desde el punto de vista pedagógico, tenemos la Institución Libre de Enseñanza que había nacido a finales del siglo XIX y era toda una corriente renovadora dentro de lo que sería la educación. Era una educación activa, arraigada en el medio. Después estaría la Escuela Moderna de Ferrer y Guardia, que comienza a principios del siglo XX. Llegan también todas las corrientes que se dicen de la Escuela Nueva: Montessori, Decroly, Freinet… Y esto llega muy aquí al Estado español. Es decir, que incluso en Valencia existía una Liga de la Escuela Nueva. Eran maestros que en los años veinte ya se reunían porque estaban de acuerdo en la Escola Nova. A principios de siglo, Montessori estaba ya en una escuela de Valencia. Ya existía una tradición de una pedagogía renovadora. Por tanto, cuando llega la República, el gran cambio es que esto está protegido o favorecido por el Estado.

¿Qué valores o metodologías educativas definieron la escuela republicana? 

“Una escuela activa es aquella que intenta compaginar trabajo manual e intelectual. Ésta sería la definición de la escuela republicana” 

Había una metodología activa, cualquier metodología que implicase actividad. Cuando hablamos de actividad en pedagogía, hablamos no sólo de actividad física, sino también de actividad mental. Una escuela activa es aquella que intenta compaginar trabajo manual e intelectual. Ésta sería la definición de la escuela republicana. Esta escuela activa, cada maestro podía llevarla a cabo como quisiera. Te puede resultar atractiva la escuela activa de Freinet, pero también Montessori o Decroly. Es decir, la idea es, una escuela activa en la que los niños y niñas trabajan en la cabeza y trabajan con las manos de forma integral. El valor es fundamental. La Constitución de la República, en su artículo dedicado a la educación, dice que el objetivo de la educación es la solidaridad. Yo creo que aquí está todo definido. Es decir, cuando tú debes educar para la solidaridad significa que el valor más importante es éste, la cooperación, la colaboración, ayudar a los demás… Esta palabra pienso que resume lo que serían los valores de la República, y remarque, porque es la Constitución la que lo dice. Hoy en día, el mayor valor es la competitividad. La vida actual es una competición para ver quién dejas detrás. Que te digan "solidaridad" es absolutamente revolucionario.

¿Se habla mucho de la educación en la Segunda República y el franquismo, pero y en la Transición? ¿Fue la educación republicana un referente para crear una escuela más democrática?

Ya en los años sesenta, comienzan a articularse movimientos de renovación pedagógica a lo largo del Estado. Por ejemplo, aquí, en la Comunidad Valenciana, somos pioneros. En 1968 se abrió Tramuntana, que es la primera escuela en valenciano. Es absolutamente revolucionaria. Tramuntana era una cooperativa, los profesores eran Enric Alcorisa, Adela Costa y Carme Mira, hermana de Joan Francesc Mira. Los alumnos eran gente de izquierdas, los hijos de Adela Costa y de Blasco, los hijos de Guía y Maria Conca, las hijas de Ernest Lluch… Es decir, era gente muy comprometida desde el punto de vista político. Diríamos que a partir de los años sesenta aquí ya hay un movimiento importante y en Cataluña, la escuela de maestros Rosa Sensat, que, en gran parte, lo que quieren es formar a los maestros en una pedagogía renovadora. Los vínculos, en Rosa Sensat, sí son mayores con la República, pero aquí no. Aquí diríamos que estaban con esto de volver a inventarlo todo. Pero los principios eran los mismos de la república: laicidad, escuelas coeducativas en las que niños y niñas estaban juntos y donde existía una educación de carácter sexual. Eran educaciones con la lengua propia y era una participación democrática en la que los padres y madres participaban también en la toma de decisiones. Y evidentemente, la metodología era activa y tenía otras salidas. Aquí el modelo republicano no se tenía demasiado en cuenta. Después, ya durfando la Transición, lo positivo fue que en muchas escuelas, de forma aislada, hubo experiencias muy interesantes de escuelas asamblearias. La participación de los padres y madres se fue perdiendo a medida que se oficializó la reforma. Aquí un momento muy importante es en el año 1983, cuando se aprueba la ley de uso y enseñanza del valenciano y aparecen las diez primeras escuelas públicas de enseñanza en valenciano.

Tras la etapa de la Segunda República y la Guerra Civil Española, se instauró la dictadura de Francisco Franco. Valores como la catolicidad y la sumisión de las mujeres educaron a muchas mujeres y hombres durante cuarenta años. ¿Cuál es el legado que han dejado?

Un legado mucho más importante de lo que pensamos. La escuela del franquismo era muy clasista. Había muy poca gente que llegaba al Bachillerato, porque estaba casi todo en manos de órdenes religiosas y por tanto era muy caro. Los institutos eran poquísimos. Aquí en Valencia se crearon institutos durante la República y ya hasta el año 1963. Hubo treinta años en los que no se creó un instituto público. Creo que de ese clasismo hemos heredado el auge de la concertada. La gente piensa que la concertada es mejor que la pública cuando en teoría todo es pública. Creo que ha quedado un residuo de clasismo bastante relevante. Luego creo que también ha quedado un residuo de desconfianza hacia la escuela pública que, para mí, es muy impotente. Durante la Transición, y sobre todo en los años ochenta, dignificamos a la escuela pública, pero después, durante toda la época del PP machacaron la escuela pública y resurgió esa desconfianza. Y ahora, todo lo privado es como si fuera mejor, cuando debería ser al contrario. Creo que la escuela debe ser pública y debe ser de calidad. La escuela concertada debería desaparecer, habría que realizar unas políticas públicas de apoyo total a la pública e ir recortando a la concertada.

Ha habido una larga diferenciación en la educación en lo que se refiere al género. ¿Cree que esto se ha mantenido? 

“Los niños iban a la escuela y aprendían a leer, a escribir ya contar. Las niñas aprendían a coser ya rezar. Es decir, que tenemos espacios diferenciados, currículums diferenciados y valores diferenciados” 

Durante la República se arrancaron experiencias coeducativas, de escuela mixta, diferente a cómo entendemos ahora la coeducación. El franquismo lo prohibió totalmente. El único sitio en el que niños y niñas estaban juntos era en los pueblos muy pequeños donde sólo había una escuela. Por tanto era una razón de índole económica. Pero todo lo demás era segregado. Segregada significa que las niñas tenían toda una serie de asignaturas que no tenían los niños. Aquí en el País Valenciano siempre se ha dicho "las niñas a costura". El tiempo que se dedicaba a coser era tan grande y tan específico de las niñas que ir a la escuela era ir a costura. Los niños iban a la escuela y aprendían a leer, a escribir ya contar. Las niñas aprendían a coser ya rezar. Es decir, que tenemos espacios diferenciados, currículums diferenciados y valores diferenciados. Teníamos una escuela con dos currículums totalmente distintos porque la función social que se esperaba para hombres y mujeres era totalmente distinta. Luego, la educación sexual estaba totalmente fuera del currículum. Es más, a nadie se le ocurría contar nada de carácter sexual, lo que después comportaba toda una serie de problemas a la hora de las relaciones de carácter personal y afectivas. Que es uno de los problemas que tenemos ahora también. Yo doy clase a magisterio. En Educación Infantil, el 90% de mis alumnos son chicas, no hay prácticamente chicos. En una sociedad en la que legalmente no hay prohibición para que los hombres estén en la carrera de Educación infantil, ¿por qué no hay chicos? Pues porque sigue relacionándose con toda una serie de características propias de las mujeres. Por tanto, aquí ya veamos que algo pasa. Hay cierta coeducación que se rompe cuando llegamos a formación profesional ya la universidad.


Las últimas encuestas sobre juventud y género presentan resultados muy similares: un aumento del número de hombres jóvenes que considera que la violencia machista no existe. ¿Qué pueden hacer los maestros del siglo XXI para formar en feminismo a sus alumnos?

Existe un problema de educación sexual. La educación sexual no puede ser, como es muchas veces, de carácter fisiológico. Debe ser una educación de carácter afectivo. No puedes limitarte a hacer una educación sexual en la que explicas la menstruación, los ovarios y el pene. Se deben explicar las relaciones, que cada uno debe dirigir su cariño como quiera y de la forma que quiera y después respetar todas las opciones. Nadie te dice qué debes hacer o no, ya que lo estás viendo en la tele o en ninguna parte… A mí me ha sorprendido y me ha dolido mucho, y yo creo que es un precedente muy importante, el caso de La Manada. No ha habido una sentencia ejemplar ya partir de ahí han aparecido una serie de imitadores… En la sociedad, existe un ambiente que todavía no está claro qué es la violencia de género. Ya no hay sólo la mujer ama de casa, pero faltan otros referentes. También hay que tener en cuenta las conductas que existen en el aula. Los patios, por ejemplo, son otro espacio donde todos deberían poder jugar a lo que quieran… Pienso que es una tarea muy difícil porque no sólo debe hacerse en el aula sino que tienes que trabajar lo relacionado con la familia, los materiales educativos, las películas que ven…

¿Crees que existe un impedimento por parte de la institución académica para romper algunas de las barreras?

Yo creo que no se favorece todo lo que estamos comentando. Por ejemplo, en formación profesional, en enfermería, son casi todas las mujeres, en infantil igual… En las salidas como mecánica, automoción, etc. Las pocas chicas existentes no tienen tampoco apoyo ni por parte de la administración ni de la sociedad. Desde la administración sí que deberían ponerse medidas para ayudar a que se rompen los estereotipos. Aparte, existen otros problemas como la capacidad de acceder a cargos altos.

¿Qué valores o metodologías de la escuela republicana deberían recuperarse hoy en día? ¿Sigue siendo un modelo?

Para mí, la solidaridad es lo más importante. Y la escuela laica. La última ley que se aprobó no acepta el laicismo, aprueba la aconfesionalidad, pero no es lo mismo. España es un Estado aconfesional, esto significa que no tiene una única religión, tiene religiones. El laicismo es que dentro de la escuela no hay religión, porque los niños y niñas no pueden separarse por creencias o no creencias. Entonces, fuera de la escuela cada uno puede ir a la mezquita, sinagoga o parroquia, pero dentro de la escuela no debe haber una separación. En cuanto al laicismo estamos todavía muy lejos de lo que hicieron en la República. Además, la formación del profesorado era mucho mejor en la República, más completa que la que tenemos hoy. La República realizó una reforma global de la formación del profesorado.


Fuente → directa.cat

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