El PCE cumple 100 años. Fundado el 14 de noviembre de 1921, fruto de la fusión del PC Español y el PCOE, es todavía hoy imprescindible para entender la resistencia antifranquista -y antifascista-, así como el salto a la democracia en nuestro país.
Y es que, aunque la derecha -y con más fuerza la extrema derecha- insistan en asociar comunismo con algo negativo, también los hay que se reconocen con esta ideología dentro del marco político actual. Dos de los ejemplos más claros son el ministro de Consumo, Alberto Garzón, o la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
No cabe duda de que lejos de nuestras fronteras la doctrina comunista ha servido para justificar barbaridades, ni de que dentro de España hubo errores de cálculo, gestión o, simplemente, intereses que se antepusieron al bien común. Un ejemplo claro de esto es el de Jesús Monzón, cuya historia no está de más conocer, para lo cual desde ElPlural.com recomendamos leer la novela de Almudena Grandes Inés y la alegría, o del propio Santiago Carrillo, su histórico secretario general.
Sin embargo, el PCE ha sido un partido al que España siempre ha recurrido en sus momentos más complicados: la Guerra Civil, los más de 40 años de dictadura, etc, y sin el cual no habría sido posible la Transición. Los militantes de la formación izquierdista, operando casi siempre en la clandestinidad, pusieron en ocasiones la vida para traer la libertad.
Daniel Bernabé lo plasma muy bien en un artículo para Infolibre, en el que rescata algunas de las grandes personalidades del PCE: Paco Frutos, José Luis Centella, Enrique Santiago, Dolores Ibárruri (La Pasionaria) y, cómo no, Julio Anguita, recientemente fallecido y uno de los políticos más admirados y respetados desde todas las zonas del tablero político.
Resistencia durante la Guerra Civil y el franquismo y papel en la Guerra Fría
Desde que Franco ganara la Guerra en 1939, el PCE se postuló como la gran alternativa de izquierdas para hacer frente a la dictadura y restaurar un estado de derecho que no llegaría hasta 1975. No se puede obviar que España fue una pieza más en la pelea entre los dos bloques que dividían al mundo y el PCE el partido sobre el que recayó toda o buena parte de la responsabilidad, ya que otras formaciones de izquierdas o eran irrelevantes o habían tenido que posicionarse a favor de Washington -que, centrado en frenar a los soviéticos terminó “perdonando” a Franco a finales de los 40 y principios de los 50, algo que a posteriori ayudaría a una entrada progresiva del Régimen en la ONU- o de una parte de Berlín.
Es importante hacer hincapié aquí que, en el marco de la Guerra Fría, y con esta ya avanzada, el PCE se planteó llevar a cabo una fórmula eurocomunista para tratar de hacer compatibles sus señas de identidad ideológicas y acercarlas a las democracias liberales y europeas. Esto también provocó conflictos internos entre quienes defendían este giro y quienes insistían en la importancia de mantenerse fieles a la URSS.
Sea como fuere hay que ensalzar que, pese a los errores y las disputas fueron muchas las personas que vivieron con otro nombre, encarceladas, torturadas, condenadas al exilio o a muerte, por tratar de derrocar al dictador. Por supuesto, en esa época el partido estaba ilegalizado.
Previamente, durante la Guerra Civil, el PCE pasó de ser un partido de masas a un partido de Gobierno. Cuando estalló el conflicto la formación estaba muy bien armada: había organizado las Milicias Antifascistas Obreras y Campesinas, las Juventudes Socialistas Unificadas -tras un acercamiento entre socialistas y comunistas-, el Partido Unificado Socialista de Cataluña, etc.
Además, su papel fue muy importante en la defensa de Madrid, a la hora de conseguir ayuda de la URSS hacia la República o a partir de la llegada de las Brigadas Internacionales, voluntarios de otros países que llegaban al nuestro a combatir en el bando republicano.
Lo que había empezado como una escisión del PSOE adquirió fuerza institucional. Un compromiso que parece consolidarse cuando en el Gobierno socialista de Negrín entran dos ministros comunistas: Álvaro Uribe y Jesús Hernández Tomás.
El PCE durante la Transición
El actual ministro de Consumo, Alberto Garzón, señaló en una entrevista concedida hace ya un lustro que el PCE hizo “lo que pudo” durante la Transición, pero no lo que debía. Decía, por aquel entonces: “El partido adoptó una estrategia conservadora con un deje muy institucionalista y moderó su discurso para competir en las elecciones. Renunció al leninismo, asumió la bandera monárquica y firmó los Pactos de la Moncloa”.
Estas líneas, aunque en una dirección crítica, reflejan bien el papel que jugó el partido durante el paso a la democracia y el reconocimiento a la Constitución del 78. Son muchas las voces que condenan aquel movimiento, también dentro de la formación. Como curiosidad, a Carrillo se le metía y sacaba a escondidas para que no se supiera que estaba negociando La Constitución, de ahí que sea difícil encontrar imágenes referentes a estos momentos.
Pero no cabe duda de que los votos comunistas fueron fundamentales para la aprobación de la Carta Magna, que salió adelante gracias al ‘Sí’ de PSOE, UCD, el PCE de Carrillo, CDC y el Grupo Mixto. Uno de los casos más curiosos es el de Alianza Popular (AP), ya que hubo algunos miembros que votaron en contra, algo que no obstaculizó la creación de una Constitución para la que, si bien muchos piden hoy una renovación, sentó las bases de la actual democracia. Aquí puedes leer quiénes fueron los Padres de la Constitución.
Los Padres de La Contitución. Europa Press.
El PCE en la actualidad
A partir de la década de los 80 el PCE presenció una caída considerable y perdió algunos adeptos. En la actualidad sigue presente en las listas electorales, pero queda lejos de ser la potencia que fue. Tal vez porque hay quienes no se representan en él, por el nacimiento de nuevas formaciones que, como Unidas Podemos, se autodefinen cercanos a la ideología comunista…
Aun así hay muchos acontecimientos del actual siglo que no se entienden sin su presencia. Una de las pruebas más claras es el “No a la guerra” de Irak, donde fue el eje principal de la protesta, y esta es solo una de las movilizaciones que ha protagonizado en los últimos años.
El actual secretario general del partido mantiene su escaño en el Congreso y es Enrique Santiago, también portavoz de Izquierda Unida (IU). De hecho, está dentro del Gobierno de coalición, ya que es el secretario de Estado para la Agenda 2030 en sustitución de Ione Belarra. Compagina su cargo con el escaño, aunque desde mayo no recibe indemnización por esto segundo. En resumen, el PCE -todavía operativo- es uno de los partidos más asentados desde su creación y su papel fue imprescindible, pese a los errores, en la Guerra, franquismo y la Transición.
Fuente → elplural.com
No hay comentarios
Publicar un comentario