Fue un partido marxista español fundado en el año 1935. Autodefinido como marxista revolucionario en oposición al PCE, que seguía las directrices de la III Internacional y del PCUS.
La creación del POUM surge debido al desastre que supuso para el movimiento obrero el fracaso de la revolución de Asturias del año 1934. Era evidente que el movimiento obrero estaba dividido entre el socialismo y el anarquismo. El POUM intentara aunar a toda la fuerza obrera en la misma dirección.
El POUM se funda el veintinueve de septiembre del año 1935 en Barcelona. Coincide con el dominio de la derecha en ese momento de la II República. El POUM es resultado de la unificación de la Izquierda Comunista de España (ICE) con el Bloque Obrero y Campesino (BOC).
La ICE era un partido desde sus inicios de ideología trotskista pero que había roto con Trostky antes del año 1935. Su militancia era muy activa y además tenía cuadros con una gran capacidad intelectual. Tenía una implantación minoritaria pero la tenía por todo el territorio del Estado.
El BOC tenía una implantación importante en Cataluña pero carecía de ella en el resto del Estado. Su máximo dirigente era Joaquín Maurín. Éste había sido dirigente de la Federación Comunista Catalano-Balear, que era una federación territorial del PCE escindida de este partido.
La mayor implantación del POUM estuvo en Cataluña, debido a los militantes aportados por el BOC, y en Valencia. Tenía una implantación minoritaria en Madrid y una presencia testimonial en otras partes de España como Extremadura, Asturias y el País Vasco.
A pesar de la diferencia numérica de militantes entre los dos partidos, siendo unos 500 afiliados a la ICE frente a 5.000 afiliados del BOC, la fusión en el POUM fue en igualdad de condiciones entre ambos. Andreu Nin y Maurín pasaron a ser los grandes líderes del POUM.
Era el partido obrero con más afiliados en Cataluña:
- En la provincia de Barcelona debemos destacar, la capital con unos 500 militantes, Tarrasa con 75 y Sabadell con 150.
- En Girona, la capital tenía 140 militantes, Figueras unos 40 y Olot 50.
- En Lleida, en la capital con unos 200 militantes, Balaguer con unos 100.
- En Tarragona, destaca la ciudad de Reus con unos 75 militantes.
Placa en el lugar donde se fundó el POUM, en la calle Montserrat de Casanovas. (Wikipedia)
Había diferencias ideológicas entre ambos partidos, pero prefirieron obviarlas priorizando la unión, pues ambos partidos la consideraban prioritaria. Esta unión fue recibida con alborozo por toda la militancia. Joaquín Maurín en el diario “La Batalla” escribe “Un paso práctico en un proceso general de unificación”.
El POUM destaca por el empleo de la prensa. Se lanza a una gran labor de propaganda de sus ideas revolucionarias. Entre sus firmas más destacadas estaban Andreu Nin o Juan Andrade. Su órgano central es el semanario La Batalla, con la llegada de la guerra civil se transforma en diario. Publica una revista mensual teórica llamada La Nueva Era y el semanario L’Hora.
Edita prensa comarcal la mayoría de ella en catalán. Destaca Acció en Tarragona, La Torxa en Reus, Avant en Figueras, Combat en Lleida, L’Espurna en Girona, Front en Tarrasa, Front en Sitges, Impuls en Sabadell, El Pla de Bages en Manresa. Durante los primeros meses de la guerra publica boletines en francés, inglés, alemán e italiano. Además disponía de una emisora de radio.
Ambas organizaciones fundadoras del POUM eran facciones discrepantes del Partido Comunista de España y de la III Internacional. Su heterodoxia dentro del comunismo les hizo quedar marginados y enemistados con la III Internacional, que en aquellos momentos seguía bajo el dominio político del PCUS.
Entre los principales fundadores del POUM debemos destacar a Andreu Nin y a Juan Andrade. Su finalidad era crear el gran partido marxista del proletariado mediante la fusión de los diversos partidos marxistas españoles.
Sin embargo, rechaza seguir los planteamientos de Trotski, de introducirse en el PSOE para apoyar a la facción izquierdista del mismo y hacerlo girar hacia posiciones más revolucionarias.
El POUM criticó, lo que consideraron la degeneración burocrática y totalitaria de la revolución rusa de la mano de José Stalin. Fue el único partido marxista que condenó los Procesos de Moscú en su periódico “La Batalla”.
Cabecera de La Batalla, órgano del POUM
Se definía como un partido marxista revolucionario, sin embargo, en el POUM había una pluralidad de tendencias internas. Aparte de los extrotskistas de la ICE, muy minoritarios, del BOC llegaron comunistas opuestos a la burocratización y a la línea del PCE y de la III Internacional.
Además de estas corrientes políticas marxistas, al BOC llegaron catalanistas de extrema izquierda, como es el caso de Josep Rovira i Canals y sindicalistas revolucionarios, como quien sería su máximo dirigente, Joaquín Maurín.
Dentro de las teorías desarrolladas por el POUM, el proletariado sólo puede tener una actitud que debe ser, sostener activamente el derecho indiscutible de los pueblos a disponer libremente de sus destinos y a constituirse en estado independiente, si esta es su voluntad.
Esto no significaba estar unidos los trabajadores de las diferentes naciones del Estado, pero consideraban que el reconocimiento del derecho indiscutible de los pueblos a disponer de sus destinos, de un lado, y la lucha común de los obreros de todas las naciones del Estado, del otro lado, constituyen la premisa indispensable de la futura confederación de pueblos libres.
El dilema político en España del año 1935 no era entre apoyar o atacar la República democrática y liberal, sino entre el socialismo y el fascismo.
EL FRENTE POPULAR
La creación del Frente Popular se debió al desastre que se derivó del fracaso de la revolución asturiana del año 1934. Ante la convocatoria de elecciones a Cortes, los partidos de izquierda muestran su deseo de lograr una unidad política. Las negociaciones fueron duras y el acuerdo tardó en llegar.
La discrepancia entre ellos seguía existiendo, pero se salvaron con la finalidad de lograr la victoria e intentar derrotar a la derecha española que tenía amplias connotaciones fascistas en su seno.
El POUM fue uno de los partidos firmantes del pacto electoral del Frente Popular a comienzos del año 1936, a pesar de las discrepancias al entrar en el Frente Popular partidos pequeño-burgueses.
Esto se justificó porque el programa del Frente Popular, aun cuando limitándose a proponer ciertas reformas económicas, que no suponían ruptura alguna con el capitalismo, incluía la amnistía para los que hubieran participado en el movimiento revolucionario de octubre del año 1934. El PCE y el PSOE no aceptaron una coalición electoral socialista que excluyera a los partidos republicanos burgueses.
El POUM no salió satisfecho de este pacto pues consideraban que habían sido totalmente ignorados, pero participaron porque creían que en un futuro podría tener más fuerza dentro del Frente Popular. Efectúa una campaña dentro del Frente Popular en defensa de su programa.
En las elecciones de febrero de 1936, Joaquín Maurín, secretario general del POUM, fue elegido diputado para las Cortes de la República Española en representación de la provincia de Barcelona.
Maurín denunció en sus discursos parlamentarios, que el gran peligro contra la República no era el movimiento huelguista y de ocupación de tierras de la primavera del año 1936, sino la conspiración militar que se estaba organizando y la violencia política derechista.
Joaquín Maurín, además, acusó al gobierno de republicanos de izquierda de pasividad frente a los militares y la derecha.
LA GUERRA CIVIL
El inicio de la guerra civil sorprendió a Joaquín Maurín en Galicia, organizando la sección gallega del POUM. Fue detenido y condenado a treinta años de cárcel pero salió libre en el año 1944.
Sin embargo, se le creyó en Barcelona inicialmente muerto por los rebeldes, por lo que Andreu Nin fue nombrado secretario ejecutivo, pues éste rechazó el puesto de secretario general para honrar la memoria de Maurín.
El POUM acepta la defensa de la II República Española, unificando los sindicatos en la guerra y en las mejoras que el gobierno debía ceder a los campesinos, aspecto este que fue imposible durante la guerra, no por falta de voluntad o compromiso con la clase obrera de España, sino por falta evidente de medios y por necesidades estratégicas prioritarias que se hacían cada vez más necesarias de cubrir.
El POUM se posiciona en contra del golpe y llama a los trabajadores a las armas, a la Revolución Social y a lucha antifascista. La organización acaba manteniendo responsabilidades de Estado, formando parte del gobierno de la Generalitat de Catalunya.
Andreu Nin fue nombrado consejero de Justicia y en su labor de consejero debemos destacar la creación de los Juzgados Populares para intentar mantener el orden en Catalunya. Debatió fuertemente con los anarquistas de la CNT-FAI, hasta que la dirección de los anarquistas acaba posicionándose a favor de la militarización de sus milicias, a favor de la construcción del Ejercito Popular, de la unificación de los Comités de Milicias Antifascistas.
Los militantes del POUM estaban integrados en la Columna Internacional Lenin que tenía el objetivo de defender el frente de Aragón. Posteriormente, se denominara División 29 y en ella podremos encontrar a conocidos socialistas europeos como el alemán Willy Brandt o el austriaco Kurt Landau.
EL POUM participó activamente en el Comité de Milicias y en otros organismos. Sin embargo, rápidamente el POUM empezó a quedar relegado en la guerra civil debido a su postura, pues anteponía la revolución mientras que relegaba la guerra civil.
El POUM defendió la revolución colectivizadora desarrollada en Cataluña desde el diecinueve de julio de 1936. Andreu Nin, consideraba que la guerra y la revolución estaban intrínsecamente unidas.
Sin embargo, el POUM empieza a representar un problema para el gobierno de la República a causa de la presión comunista. Defendía un programa político basado en el socialismo democrático, con el fortalecimiento de la alianza obrera y la creación de un frente único de la clase trabajadora y la autodeterminación nacional que concluiría en la Unión de Repúblicas Socialistas de Iberia.
El POUM planteaba una alternativa a la socialdemocracia y al comunismo imperante en el momento y se manifiesta contra el estalinismo imperante así como contra el trotskismos.
En primer lugar, el POUM muestra una fuerte enemistad con el PCUS, lo cual compromete las relaciones de la República con su principal proveedor de armas y suministros en la guerra, la Unión Soviética.
Stalin presiona para que el POUM sea desalojado, con la oposición de la CNT, del gobierno que compartió con las demás fuerzas de izquierda desde el inicio de la contienda en julio del año 1936.
LOS SUCESOS DE BARCELONA DE MAYO DE 1937
Esta deriva hacia la revolución del POUM provoca una amplia división en el gobierno del Frente Popular. Esto provoca una ruptura entre el frágil equilibrio que existía entre las fuerzas de orden público y las fuerzas revolucionarias.
La escalada de tensión entre el Gobierno republicano y los anarcosindicalistas llegó a su punto culminante en Barcelona, el tres de mayo del año 1937. Se puede analizar como una batalla entre el centralismo y orden para ganar la guerra civil y la revolución.
La Policía, con 200 hombres, trató de hacerse por la fuerza con el edificio de la central telefónica, situada en la plaza de Cataluña, que desde el inicio de la guerra y en virtud del Decreto de Colectivización estaba en manos de la CNT.
Después de meses de humillaciones y subsiguientes claudicaciones del sindicato, algunos sectores de la CNT deciden resistir el asalto, temiendo que ese fuese solo el principio de acciones en su contra aún más expeditivas por parte de las autoridades republicanas.
Se temieron asaltos a otros edificios de la CNT y rápidamente se distribuyeron armas para defenderlos. La noticia corrió como la pólvora y se levantaron barricadas por toda la ciudad. Es hecho se le conoce como las jornadas de Mayo.
El POUM se unirá a los anarquistas, manteniendo contactos con la agrupación de los amigos de Durruti. Sin embargo, el seis de mayo acabaron las hostilidades con la derrota del POUM y la CNT.
El gobierno se hace con el control total de la ciudad de Barcelona, el siete de mayo de 1937 por medio de la Guardia de Asalto. Esto provoca que el POUM se encuentre en una situación crítica, pues significará su posterior ilegalización y el intento de su completa eliminación.
Tras los sucesos de mayo, los comunistas se hicieron con el control de la República, que a su vez fue recuperando el poder perdido en las regiones donde los anarquistas eran predominantes.
El gobierno del socialista Francisco Largo Caballero trató de resistir las presiones soviéticas para erradicar a los partidos disidentes y en especial trató de oponerse a la ilegalización y a la represión contra el POUM.
Sin embargo, la caída de Largo Caballero, en buena parte debida a los hechos de Mayo en Barcelona, vino a encumbrar como presidente a Juan Negrín menos reacio a tales maniobras, lo cual sentenció el destino del POUM.
El gobierno de Negrín provoca un cambio en su relación con los partidos de extrema izquierda revolucionaria. Hasta entonces el gobierno del socialista Largo Caballero conllevaba la situación, mientras que el nuevo gobierno republicano empieza a reprimir a estos grupos políticos.
Los objetivos del nuevo gobierno republicano hicieron que chocaran con la gran revolución que intentaba el POUM. Fue detenido su principal dirigente Andreu Nin que acabo muerto en la cárcel republicana.
Otros militantes fueron detenidos. El POUM fue acusado de actuar como una organización fascista que defendía los intereses de Hitler, Mussolini y Franco.
La represión contra la CNT no se produjo hasta más adelante, con la disolución del Consejo Regional de Defensa de Aragón, ya que el movimiento anarquista todavía gozaba de un gran apoyo popular y de un gran número de militantes.
Sin embargo, sí actuaron contra el POUM, que también se había mostrado partidario de unir la revolución y la guerra, pero no era una organización tan numerosa como la CNT.
Los comunistas exigieron la ilegalización del POUM y se procedió a detener a sus dirigentes y a sus militantes, que pasaron a la clandestinidad. Se disolvieron las milicias del partido en el frente.
Andreu Nin y la mayor parte de los dirigentes del POUM fueron detenidos sin que las autoridades de la Generalitat fueran advertidas ni consultadas. Seis días después de su detención, Nin es misteriosamente secuestrado. La versión oficial cuestiona al POUM acusándole de ser una conexión fascista y concluye que sus raptores eran agentes de la Gestapo.
Andreu Nin fue trasladado a Valencia y posteriormente a Madrid, acabando finalmente en Alcalá de Henares. Fue allí donde al parecer fue torturado y asesinado en un chalé propiedad de Constancia de la Mora y el aviador Ignacio Hidalgo de Cisneros. El once de febrero del año 2008, aparecen sus restos en el acuartelamiento Primo de Rivera de Alcalá de Henares.
Se produce el proceso judicial sobre la muerte de Andreu Nin, en el año 1938, apareciendo en el banquillo de los acusados unos diez dirigentes del PCE junto al falangista Golfín. El proceso fue llevado por un Tribunal de Alta Traición, formado por cinco magistrados y presidido por el juez Iglesias Portal, que era miembro del Tribunal Supremo.
La vista se celebró a puertas abiertas, contando los encausados con abogados de su libre elección y siendo registrado íntegramente el proceso por taquígrafos. Acudieron periodistas y observadores internacionales, entre los que se vio a la anarquista norteamericana Emma Godman. Pueden leer la historia de esta mujer en un artículo mío titulado “El amor libre de la anarquista Emma Goldman”, publicado, el 14 de mayo del año 2014, en Nueva Tribuna.
Finalmente se les condenó a prisión por actos subversivos contra el gobierno. Estos hechos son reconocidos los propios acusados durante la sesión. Posteriormente, al acercarse las tropas franquistas a la cárcel donde cumplían condena, fueron puestos en libertad por el director de la misma, para que no fueran represaliados, pasando seguidamente a Francia como refugiados políticos.
La intervención de Largo Caballero, de Josep Tarradellas y la dirigente anarquista, Federica Montseny, evitaron la condena a la pena capital.
En aquellos momentos históricos la represión previa y numerosos asesinatos habían afectado al POUM, que sobrevivió en la clandestinidad hasta el final de la guerra, pasando directamente a la lucha clandestina contra el franquismo.
¿Cuáles fueron las acusaciones contra el POUM?
Trotsky denunciaba que una de las tácticas utilizadas por el estalinismo era asociarlos con una conjura fascista internacional, de la cual serían meros agentes para la desestabilización de la revolución.
Esta política de represión ideológica fue desarrollada en España contra los anarquistas y el POUM. El escritor George Orwell decía, en vísperas de los hechos de Mayo del año 1937 en Barcelona, que las publicaciones en manos del gobierno republicano habían asumido y difundido la idea con tanta naturalidad, que era difícil que incluso en periódicos izquierdistas extranjeros no se pensara que el POUM era manejado desde Berlín.
El POUM acusaba a la II República de dar prioridad a ganar la guerra, y que ello era de contrarrevolucionarios y de olvidarse de los avances sociales. El funcionario de la III Internacional, Stoyán Minev, escribió el libro “Espionaje en España en 1938” con el pseudónimo Max Rieger, que atacaba al POUM.
El POUM fue investigado por traición, entre otras cosas por guiar al dirigente húngaro de las Brigadas Internacionales, Lukács, a una emboscada de las tropas franquistas que acabó con su vida y puso en serio peligro la defensa del frente contra las tropas golpistas..
LA MUJER Y EL POUM
La problemática de la mujer española de aquellos tiempos no tenía nada que ver con los planteamientos que desarrolla el POUM. Las reivindicaciones de las mujeres del POUM no tenían nada que ver con la lucha de clases que propugnaba el partido y estaban alejadas de los planteamientos marxistas del partido.
Las reivindicaciones de las mujeres del POUM nada tenían que ver con las reivindicaciones del feminismo burgués. Las reivindicaciones femeninas del POUM no estaban dirigidas a la conciencia de clase sino a la opresión que tenían por el patriarcado.
Las militantes acudieron al frente cuando se produjo la sublevación. No fue un movimiento coordinado, sino que fue una conducta mayoritaria de las militantes del POUM y rompía la clásica imagen de que la mujer se quedaba en casa y el hombre iba al frente. Sin embargo, con el transcurso de la guerra, la mujer era difícil verla en el frente.
EL POUM Y LA ETAPA FRANQUISTA
Terminada la Guerra Civil, los dirigentes y militantes del POUM, como el resto de los demás partidos y sindicatos del bando republicano tuvieron que exiliarse. Los que no pudieron fueron detenidos, juzgados y encarcelados, siguieron en la clandestinidad, intentando continuar con la reorganización del partido.
Muchos de los exiliados en el sur de Francia, fueron enviados a los campos de concentración nazis de Dachau, Mauthausen o Buchenwald, por el hecho de ser españoles rojos, cuando no por hacer propaganda de la Resistencia o por participar en ésta. A pesar de esto, el POUM siguió con sus críticas al PCE por estalinista.
Wilebaldo Solano pasó a ser el nuevo Secretario General del POUM en el año 1947. El periódico “La Batalla” volvió a editarse, en París, que era la nueva sede del Comité Ejecutivo del POUM.
Tras el fin de la II Guerra Mundial, la tendencia catalanista del POUM, encabezada por Josep Rovira, se escindió del partido, uniéndose con una escisión catalanista del PSUC para formar el Moviment Socialista de Catalunya (MSC) como partido nacionalista catalán y socialista.
Este nuevo partido se redefiniría pronto como socialdemócrata, convirtiéndose con los años en uno de los grupos políticos fundadores del Partido Socialista de Cataluña. Una segunda escisión se produjo en la década de los años de 1950.
En el periodo de la Guerra Fría, algunos destacados militantes históricos abandonaron el POUM y se declararon partidarios de la socialdemocracia frente al imperialismo soviético. Este cambio lo justificaron por la persecución sufrida desde el año 1937, en Francia y en España, por parte del PCE y de la URSS.
Muchos de estos militantes históricos acabarían en el PSOE. A estas escisiones se sumó una serie de detenciones de militantes en el interior de España, que, en la práctica, redujo al POUM a una organización de exiliados.
Joaquín Maurín salió de la cárcel en el año 1946, para marchar al exilio y permanecer alejado de la política activa, crítico tanto con el papel del PCE como con el del POUM durante la guerra.
Tras la muerte de Franco, y con la base de algunos de esos jóvenes militantes antifranquistas, el POUM intentó reconstituirse en España como un partido marxista revolucionario. Las actividades más destacadas de esos años fueron los intentos de establecer alianzas políticas con partidos de extrema izquierda en toda España.
Las discrepancias entre la generación más veterana y la más joven dan lugar a que algunos de los primeros, terminen convergiendo con otros grupos de izquierdas para formar el Partir Socialista de Catalunya-Congres.
En las primeras elecciones libres del año 1977 se presentó en coalición con la Liga Comunista Revolucionaria, Acción Comunista y la Organización de Izquierda Comunista, no logrando ningún parlamentario. El POUM abandonó su actividad a comienzos de la década de los ochenta, sin llegar a disolverse.
El socialismo español y, sobre todo, el catalán, han reivindicado como propia la memoria del POUM. Al tiempo, los diversos grupos políticos que se reclaman herederos del PCE histórico mantienen acusaciones similares, aunque rebajadas de tono, contra el POUM a las que se le han hecho desde el año 1937.
El mensaje revolucionario y democrático del partido se mantiene gracias a la Fundación Andreu Nin, que se declara continuadora del POUM.
George Orwell relata su propia experiencia durante los primeros meses de la guerra civil, en el frente de Aragón, y los sucesos del edificio de Telefónica en su libro “Homenaje a Cataluña”, en la película de Ken Loach, “Tierra y libertad”, donde el protagonista se alista en las milicias del POUM, participando en el frente de Aragón y los sucesos del edificio de Telefónica.
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Fuente → nuevatribuna.es
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