Destrucción del paraíso
Construcción de hotel y centro comercial Oasis, conocido más tarde por RIU Oasis e IFA Faro en el sur de la isla de Gran Canaria a pie de playa y dunas
 
Destrucción del paraíso
Francisco González Tejera

«Si el amo lo mandaba había que ir a buscar al rebelde a su casa y sacarlo amarrado de pies y manos, jamás se podía perdonar que hubiera sido un huelguista insurgente, era sencillo el trabajo, tan solo coserlo a golpes y luego tirarlo en algún pozo».

Leonardo Ramírez Bordón

Los camiones y tractores se los trajeron de Colombia con la ayuda económica del Conde, aquellas maquinarias de segunda mano habían destrozado selvas enteras, pisoteado las chozas de los indígenas, eran máquinas del horror porque habían pasado sobre mujeres y niños, cuerpos vivos de pueblos originarios que defendían su territorio.

El «Viejo López», como conocían al mayordomo en los tomateros del sureste, había hecho una fortuna inmensa, siempre participando en las masacres de republicanos, desde la noche del sábado 18 de julio del 36, muy amigo de casas de putas y borracheras, siempre era el primero cuando lo reclamaban para ir a sacar hombres de sus casas para desaparecerlos, cientos fueron asesinados por las brigadas del amanecer que dirigía sin contemplaciones para asesinar o violar mujeres, le gustaban mucho las niñas, con las menores disfrutaba como nadie, solía decir muy ebrio, entre botellas de ron de caña, que se bebía como agua en medio de juergas interminables:

-Pa que se las folle otro, me las follo yo-

Decenas de menores pasaron por sus manos, primero niñas, hijas de los demócratas asesinados, luego muchachas huérfanas de las Javerianas y otras ordenes religiosas, que suministraban «carne fresca» a los nazis de Falange en los años 40, 50.

Luego en aquellos indómitos 60 del «boom turístico» se hizo de oro, siempre de testaferro de aquellos caciques «Grandes de España», todo puesto a su nombre, pero con la palabra de honor dada a sus amos, de que el 70% de la ganancia iba para ellos y ¡Arriba España!

Así fue construyendo de forma salvaje hasta los acantilados más remotos, creando un imperio con su hijo predilecto, también aficionado a las niñas, de perversiones innombrables. las que todo el mundo conoce en esta zona de la isla, pero que nadie se atreve a mencionar, sobre todo los primeros alcaldes aguerridos jóvenes de seminario y misa diaria, a los que ayudaba con mucho dinero a pesar de su tufillo semi izquierdoso, los que años más tarde empezaron a gobernar esos municipios, tras la caída estrepitosa de los últimos alcaldes franquistas.

Años después se montó el emporio, era fácil recalificar playas y montañas en suelo rustico o protegido, pagaba elecciones de los partidos políticos, no solo a los grandes que gobernaban España cada cuatro años, primero el de Adolfo Suárez, luego el de Felipe González, más tarde el de Manuel Fraga, luego a nivel canario los de la Junta de Canarias, los «Fufú», Saavedra, Martín, Román, Olarte y otros, creando una constructora a la que Canarias se le acabó quedando pequeña, teniendo que invertir en Cancún, Madeira, Cabo Verde o Marruecos.

Todavía se mira con asombro algún escándalo con niñas de centros de menores, los que todos tapan, en alguno de sus descendientes: jueces, gobierno, policía y medios de comunicación, de tal palo tal astilla, sobre todo si es para llenar bolsillos de esa gran mayoría de políticos isleños corruptos, los que pasan por encima de la memoria de miles de hombres de bien, negando, encubriendo torturas y crímenes horrendos, de quienes fueron asesinados por defender la libertad y la democracia.


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