Miguel Hernández y el artivismo

El universal poeta oriolano, ejemplo de compromiso con los objetivos de esta manifestación artística

Miguel Hernández y el artivismo
Juan José Sánchez Balaguer

Al norte del casco urbano de la ciudad de Orihuela, en la falda de su sierra y lindando con la carretera N-340, se sitúa el emblemático Barrio de San Isidro, un espacio en el que el monte, la tipología tradicional de sus viviendas y las pendientes características de sus calles le confieren un atractivo singular y una personalidad propia. Este lugar fue, en 1976, el punto de encuentro de artistas de diferentes disciplinas y de distintos lugares de la provincia de Alicante y del resto de España que acudieron al popular barrio para homenajear a Miguel Hernández y reivindicar todo aquello que representaba, y sigue representando, su poesía.

Lo que se vivió en Orihuela en la primavera de aquel año fue una auténtica acción cultural, surgida desde la disidencia de sectores políticos de izquierda que —en medio de un ambiente de gran tensión social y política en España— quisieron manifestar sus ansias de libertad a través de la comprometida aventura del Homenaje de los Pueblos de España a Miguel Hernández, cuyo máximo exponente fue la pintada de murales en las fachadas de las casas del barrio de San Isidro. Durante los días 15 y 16 de mayo de 1976, colectivos culturales y artistas de Murcia, Alicante, Albacete, Madrid, Valencia (Arcadio Blasco, Lucio Muñoz, Juan Genovés, Manzanaro, José Gutiérrez, Eduardo Lastres, Candela Vicedo, Díaz Azorín…) plantearon su batalla cultural «armados con cubos, pinceles y escaleras» en gráfica expresión de Pepe Martínez Carmona.

No sé si aquellos artistas urbanos de los albores de la transición democrática española eran conscientes de que estaban haciendo historia y que ya practicaban lo que conocemos por artivismo, pero lo que ha quedado en el barrio oriolano de San Isidro es un excelente ejemplo de esa manifestación artística que nace de un proceso de radicalización del arte político a lo largo del siglo XX, en particular a partir de los años sesenta, acompañando una serie de movimientos sociales y reflejando los cambios del mundo real. En la definición más comúnmente aceptada de artivismo, se considera el acrónimo formado por combinación de las palabras artista y activista con el significado de «arte con un contenido social explícito», una forma de expresar mediante el arte aquello que no funciona bien, el arte como plataforma de denuncia de injusticias.

Entre los temas más corrientes que trata el artivismo figuran la marginación, la discriminación, la pobreza, la injusticia, los derechos, los sistemas defectuosos, la violencia, el abuso, el cuerpo… En definitiva, capacidad para intervenir en lo social mediante la acción del arte como forma de captar la atención sobre problemas sensibles para la sociedad, crear impacto visual y realizar críticas sociales o denuncias. Por tanto, nadie mejor que Miguel Hernández —ejemplo de coherencia entre vida y obra— para situar como símbolo de ese compromiso militante con la libertad, la solidaridad, la justicia, los derechos humanos...

En el año 2012 se recuperó la iniciativa de pintar las fachadas del barrio de San Isidro y, en estos momentos, ya se pueden contemplar más de 200 murales, realizados por colectivos de Orihuela y artistas de todos los niveles, dando lugar al mayor Museo al Aire Libre que pudiera imaginarse, dedicado a la figura y la obra del universal poeta oriolano. La importancia de esta enorme muestra artística tendrá este mismo año una proyección internacional porque la Cátedra Iberoamericana «Alejandro Roemmers» de Industrias Culturales y Creativas (UMH) ha sido invitada a participar en el programa «Artivismo: el poder del arte para la transformación social» y su equipo directivo ha elegido las pinturas que constituyen el extraordinario museo al aire libre del popular barrio como tema de la ponencia sobre la influencia del arte en la transformación social de las ciudades, que será presentada en la próxima edición de esta iniciativa. El programa incluye como complemento la Exposición global de artes visuales 30/30, un encuentro de culturas: 30 artistas, 30 países.

Este proyecto surge de una colaboración entre especialistas norteamericanos de Sing for Hope, Adelphi University y Gottesman Libraries, Teachers College y Columbia University. A la iniciativa se suman, en la creación de la galería virtual y catálogo para la exposición, expertos de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL), Ecuador, bajo la curaduría de especialistas del École du Louvre (Palais du Louvre, Paris); así como de la Université Paris 1 Panthéon-Sorbonne; GEMESO (Groupe d’Etudes Méso-Américaines, EPHE, Paris); French Committee- Corpus Antiquitatum Americanensium (Union académique internationale); Scientific Board «Américas»-French Ministry of Foreign Affairs. France; y co-curaduría de bi/Coa: base intercultural / Community of the Americas, New York, junto con la Cátedra IARICC, que tiene su sede en la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas de Orihuela.

Como subraya Mónica Sarmiento Archer Castillo, una de sus principales impulsoras, estas presentaciones inspiradoras nos invitan a la reflexión sobre nuestra humanidad compartida, a enfrentarnos a futuros desafíos, despertando emociones y energías que provoquen cambios verdaderos:

Esta herramienta de empoderamiento y crecimiento personal nos motiva a todos, particularmente a los estudiantes, minorías étnicas y otros grupos vulnerables a tomar acción. Estamos convencidos que «Artivismo: el poder del arte para la transformación social» guiará a modelos que dignifiquen el trabajo en pro de una sociedad con conciencia solidaria.

La inauguración tuvo lugar en Nueva York, en el Día del presidente de los Estados Unidos, con una charla-debate sobre la actuación comunitaria en los monumentos y el arte público. «Artivismo: el poder del arte para la transformación social» ofrecerá eventos multimodales donde los presentadores compartirán cómo el arte, la investigación, la divulgación comunitaria y otros esfuerzos sirven como medios para transformar el statu quo. La misión de esta colaboración interdisciplinaria y multi-institucional es involucrar a las personas en la transformación de la sociedad a través del poder del arte. Esta actividad se basa en las ideas del libro Illuminations of Social Imagination: Learning from Maxine Greene, a partir del cual se generarán conversaciones y colaboraciones internacionales que posibiliten una convivencia más digna y significativa, utilizando el poder del arte para la transformación social y promover un gran movimiento de artivismo.

Con este propósito nace la Red Latinoamericana Arte para la Transformación Social, que nuclea a buenas prácticas sociales de arte y cultura de toda la región, actualmente conformada por más de 60 organizaciones sociales de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Perú, El Salvador, Honduras, Costa Rica, Guatemala y Uruguay que desarrollan prácticas artísticas en contextos de vulnerabilidad en favor de la integración social equitativa. La Red ha definido como uno de sus ejes prioritarios de acción el de construir y fortalecer los vínculos con espacios académicos, al objeto de desarrollar a corto plazo proyectos de investigación que validen y posicionen el aporte del arte en la transformación social de los países iberoamericanos.

En resumen, el propósito de la iniciativa que nos ocupa es reflexionar acerca de nuestro papel como ciudadanos en el mundo globalizado, con con el fin de fomentar el cambio mediante una acción continua en busca de una sociedad más justa. Nobles y ambiciosos objetivos que requerirán, sin duda, tiempo y múltiples complicidades.


Fuente → wsimag.com

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