El plan de la dictadura para "exterminar rojos"

Franco ideó en 1944 un plan, ante una posible invasión aliada, que preveía una guerra de guerrillas y más represalias contra los republicanos

El plan de la dictadura para "exterminar rojos"
Eduardo Martín de Pozuelo
 

Los alemanes sabían que la evacuación de las ciudades, la guerra de guerrillas y el exterminio sistemático de rojos y enemigos del régimen formaban parte de un plan de resistencia que Franco había diseñado en 1944 para el caso de que los anglo-norteamericanos atacaran España, invasión que el propio dictador consideraba improbable. El mejor espía de toda la guerra se lo contó a los norteamericanos.

Los documentos del espionaje de Estados Unidos

Esta serie de reportajes recoge información y documentos del espionaje y de la diplomacia de Estados Unidos durante el franquismo, que fueron mantenidos en secreto hasta finales del siglo XX. Este artículo fue publicado originalmente en La Vanguardia del 19 de julio del 2005, dentro de la serie de reportajes Documentos desclasificados

Fritz Kolbe, cuyo nombre clave era George Wood, fue a ojos de EE.UU., y más concretamente del director de la CIA, Alan Dulles, "el espía más importante de la II Guerra Mundial". Kolbe, que falleció en 1971, es hoy un héroe nacional en Alemania y un personaje admirado en todos los países que formaron parte directa de la confrontación contra los nazis. Hasta el punto de que se ha convertido en uno de los iconos de la resistencia interior alemana contra el nacionalsocialismo y el régimen de Hitler.

El ministro alemán Joachim Von Ribbentrop, con Stalin Terceros

Su lucha, suicida, se basó en la información. Desde su puesto de funcionario en el Ministerio de Asuntos Exteriores alemán, el secretario consular Fritz Kolbe filtró a los norteamericanos desde agosto de 1943 nada menos que 1.600 documentos que permitieron conocer buena parte de lo que se cocía por los despachos de Von Ribbentrop.

Kolbe pasó informes todo tipo. Desde datos sobre los efectos de los bombardeos aliados hasta la ubicación de fábricas, la filiación de agentes alemanes en Inglaterra, Suecia o Turquía, la situación en Japón... Obviamente, el agente Wood, también suministró informes referentes a España, un país que conocía bien debido a que Madrid fue uno de sus primeros destinos de su carrera diplomática.

Franco había previsto también la evacuación de las grandes ciudades en caso de invasión aliada

Los Archivos Nacionales de EE.UU. guardan los documentos elaborados por la Oficina de Servicios Estratégicos de EE.UU. a partir de los datos suministrados por Kolbe. Y en ellos se puede comprobar cómo la Casa Blanca estaba al corriente, hasta en el más mínimo detalle, de las negociaciones entre Franco y Hitler sobre la compra de wolframio español, un trato vital para Alemania y que ambos dictadores suponían totalmente secreto.

Pero los datos facilitados por Kolbe eran precisos, pues no se basaban en relatos verbales u oídos de forma más o menos casual, sino que procedían de la documentación interna y confidencial que circulaba por el ministerio alemán en el que trabajaba. De esta forma, el resistente antinazi se hizo con una nota en la que se informaba de que Franco no temía una invasión aliada, pero que preparaba una lista para exterminar a los enemigos internos del régimen en caso de que se produjera un ataque aliado.

Allen Dulles, responsable del espionaje de Estados Unidos Terceros

El estremecedor plan franquista revelado por el agente Wood provocó la nota secreta serie Boston, número 130, de la mencionada oficina de servicios de estratégicos, que dice lo siguiente: "El 5 de febrero de 1944, se supone que Franco dijo (a los alemanes) que todas las posibilidades indicaban que los anglosajones no tomarán medidas militares contra España. Incluso a riesgo de guerra, España seguiría firme. En el caso de guerra, las ciudades serían evacuadas. Los españoles evitarían la batalla abierta y se dedicarían a la guerra de guerrillas en todo el país de la misma forma que se hizo en Marruecos. Para prepararse para esto, sería necesario exterminar a los enemigos internos. Se informó de que se estaba creando una lista de rojos y enemigos del gobierno y de que se tomarían medidas extremas para deshacerse de estas personas".

¿Cómo llegaban informaciones como la precedente a manos norteamericanas? El propio Kolbe fue el artífice. Antinazi convencido de que había que acabar con Hitler y su sistema, consiguió que le encargaran la valija a Berna. El 15 de agosto de 1943 viajó por primera vez a la capital Suiza llevando, enrollados en sus muslos, un montón de des-pachos confidenciales procedentes de distintas embajadas alemanas.

Fritz Kolbe, un espía al servicio de EE.UU. en el ministerio de asuntos exteriores alemán, contó a los norteamericanos los planes de la dictadura

Tras asegurarse de que no le seguían, lo primero que hizo fue establecer contacto con la embajada británica en Berna a través de un amigo de sus tiempos de Madrid. Fracasó. Luego hizo lo mismo con la embajada de EE.UU., donde le prestaron atención, aunque inicialmente pensaron que se trataba de una operación de desinformación de los nazis. Pero su material acabó por convencer al jefe de la Oficina de Servicios Estratégicos y posterior director de la CIA, Alan Dulles.

De este modo, Fritz Kolbe pasó a tener el nombre clave de George Wood, mientras su verdadera identidad fue uno de los secretos mejor guardados de la Segunda Guerra Mundial.Al mismo tiempo, el contacto entre ambos hombres se sistematizó. Unas veces viajaba George con los papeles y otras amigos suyos, también resistentes alemanes, hicieron las entregas. Hoy, se reconoce que el riesgo que corrió Kolbe fue literalmente suicida.

En otra de estas entregas el alemán desveló el montaje militar del Reich en Madrid. En este caso el documento lleva el número 233 y es tan preciso que aporta los nombres de sus protagonistas. En esencia, Kolbe desveló prácticamente, mientras sucedía, que el 15 de marzo de 1944 hubo una reunión en Berlín en la que participaron varios mandos militares, entre los que estaba Lenz, jefe del aparato militar del Reich en España.

Por Kolbe se supo que los nazis iban a aumentar su presencia en Madrid. Llegaron a la conclusión de que había que mejorar el camuflaje y dividir su red en diferentes parcelas. El servicio secreto militar dejó en Madrid a tres oficiales diplomáticos, entre 20 y 25 operadores de radio y 40 agentes, en San Sebastián a un agente y en Barcelona, a un oficial consular y a tres agentes. La instalación de la radio se dejaría en la sede principal, en Madrid.

Kolbe fue uno de los espías más importantes al servicio del jefe de la inteligencia de EE.UU. Allen Dulles

Woods informó que la organización alemana en España tenía originalmente 106 personas. Además, "hay 23 personas con tarjeta blanca adjuntos a la embajada alemana, lo que suma todavía un total de 80 personas, pero está planificado disminuir este número a 70, con la siguiente distribución: en la oficina principal en Madrid, el comandante Lenz, la señora Obermueller a cargo del archivo de tarjetas del personal y la señorita Haeupel a cargo de los correos...".

Luego seguía el resto de la lista de militares destinados en Madrid: "Teniente coronel Kieckebush, teniente Oberbeil, jefe especial Kuehlenthal, a cargo del reclutamiento y dirección; las señoritas Meyer Quittlinge, Heinsohn,Mann y Noncom Knittel como jefe de oficina e intérprete...". En fin, Kolbe entregó el organigrama militar alemán en España, de modo que en el año 1944 Estados Unidos sabía de los alemanes en nuestro país casi tanto como ellos mismos y probablemente más que las autoridades españolas.

Máquinas de escribir mensajes cifrados en la embajada alemana en Madrid tras la rendición nazi en 1945 Terceros

Entre los méritos informativos de este hombre cabe destacar la localización exacta de la Wolfsschanze,(la guarida del lobo), el cuartel general secreto de Hitler en Prusia Oriental en el que, el 20 de julio de 1944, el coronel Von Stauffenberg encabezó el célebre atentado fallido contra Hitler. Igualmente avisó del inminente exterminio de la comunidad judía de Roma y comunicó a los norteamericanos los pormenores de la matanza de Kalavrita (Grecia), donde el 13 de diciembre de 1943 soldados alemanes de la 117 división de Cazadores asesinaron a toda la población masculina de la localidad, de los pueblos vecinos y a los monjes de Agia Lavra. La carnicería de Kalavrita se prolongó durante cinco horas.


Fuente → lavanguardia.com

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