Es claro que la oferta de VOX ha resultado atractiva para un porcentaje importante de españoles. Merece la pena estudiarla. Para ello, me basaré en el libro ¿Qué hacer con la extrema derecha en Europa? Uno de sus capítulos está dedicado a VOX y es de Guillermo Fernández Vázquez, el cual señala que el programa electoral de VOX es comparable al de las formaciones de derecha radical, que irrumpieron en Europa a finales de los años ochenta: autoritarismo en lo moral y neoliberalismo en lo económico. VOX comparte con los principales partidos de la extrema derecha europea otro rasgo: la voluntad de generar asombro con su comunicación política. VOX mantiene una comunicación frenética, porque pretende crear una marca propia, un perfil, una identidad. Su marca está vinculada a 4 grandes ejes temáticos: Cataluña (la nación española en peligro por sus enemigos), seguridad (relacionada a la libertad de las personas para defenderse de sus agresores, sobre todo extranjeros), reivindicación de la tradición (en lo que concierne al modelo de familia patriarcal, machismo, matrimonio, aborto, eutanasia, y en el modo de relacionarse con los animales y usos del mundo rural), y apuesta por un neoliberalismo económico, con políticas de desregulación y privatizaciones económicas del sistema público de pensiones, sanidad y educación. Este último apartado trata de ocultarlo. Ahí hay un flanco débil, en el que debía hurgar mucho más la izquierda. Luego hablaré de ello.
Además, actúa como un partido nicho. Tales partidos tienen 3 características: rechazan la orientación tradicional de la política basada en la clase social; intentan superar la línea de división política entre izquierda-derecha; se diferencian ulteriormente mediante la limitación de los asuntos a los que apelan. Para abrirse paso hay que priorizar un tema, luego ya serán otros. Así se lo recomendó Nicolás Bay (líder de la delegación del Frente Nacional en el Parlamento europeo) a VOX en mayo de 2018. Y este tomó muy buena nota. La cuña por la que penetró en el debate político español fue la defensa de la unidad de España, que está en peligro. Aparece como una fuerza de choque contra los enemigos de España y a favor de la revitalización de una idea de España trágicamente olvidada.
En relación con el carácter de partido-nicho, VOX comparte con los principales partidos de la extrema derecha europea otro rasgo ya citado antes: la voluntad de generar asombro con su comunicación política. O sea, la provocación como estrategia para existir, como táctica política. Esta táctica con tres objetivos: gozar de una presencia constante en los medios, marcar la agenda política, y condicionar el debate político y dar la batalla cultural a la izquierda. Con ello se pretende indignar a los sectores progresistas y descolocar a la derecha. Son ejemplos, las controversias suscitadas por VOX sobre la ilegalización de los partidos independentistas y los que no renuncien al marxismo. La aparición de Abascal con el casco de los Tercios de Flandes o el vídeo en que aparece a caballo, mitad Quijote, mitad capitán de la Reconquista. El rechazo a emplear el término «violencia machista» negando las cifras de los servicios públicos de asesinatos de mujeres a manos de sus parejas. Las palabras de Ortega Smith sobre las Trece Rosas. Elige librar todas las batallas culturales al neoliberalismo progresista, según lo define Nancy Fraser. En definitiva, se habla de lo que Vox quiere y consigue que no se hable de aquello que es más débil. Y está consiguiendo su objetivo.
Sigue diciéndonos Guillermo Fernández Vázquez que lo primero que se debería hacer es abandonar esa mirada moral, extendida en medios de comunicación y partidos de izquierda, que se escandalizan continuamente, dicen qué barbaridad y además se creen superiores. Hay que analizar los motivos por los que a VOX le va bien. Después, aunque esto es un tabú, hay cosas que está haciendo no diría bien, pero sí eficazmente. Reflexionemos sobre cuáles son. Además, quizás sus adversarios, entre los que se encuentran los partidos de izquierda, están haciendo cosas mal a la hora de relacionarse con VOX. Y estudiar, comprender cuál es su estrategia, cuáles son sus divisiones y sus debates internos.
La izquierda muchas veces tiende a enfatizar aquellas cosas de VOX que le hacen menos daño, como son las de la batalla cultural: la violencia de género, los homosexuales, los toros o la caza. Lo que en realidad le puede hacer más daño es lo relacionado con cuestiones semiocultas en su programa electoral. Por ejemplo, su implantación de un sistema mixto de pensiones, es decir, privatizar las pensiones, como se hizo en el Chile de Pinochet. ¿Esto lo conocen los jubilados que le votaron? Dentro de las 100 medidas de su programa para las últimas elecciones generales, la nº 53, es muy clara. Un nuevo modelo para nuestras pensiones (mixto de capitalización y reparto). Un sistema que se base en: 1. La solidaridad: garantizando una pensión mínima que se revalorice con el coste de la vida 2. La propiedad: asegurando el derecho de los ciudadanos a disponer de ahorros propios al finalizar su vida laboral que complementen las pensiones mínimas. Dicho de otra manera, quiere desmantelar el sistema público de las pensiones, que es una de las joyas de nuestro Estado de bienestar. La conclusión clara: han de potenciarse las pensiones privadas. Una de las ideas básicas del sistema neoliberal. Un engaño más. Veamos lo que ocurrió en Chile para que nos hagamos una idea. En 1981 la dictadura de Pinochet privatizó el sistema de pensiones. Las fuerzas armadas no quisieron tomar los riesgos de un sistema de cuentas individuales. El resultado: Administradoras de Fondos de Pensiones AFP y cuentas individuales para los trabajadores y sistema de seguridad social para ellos. Este trato discriminatorio se presentó de manera encubierta a la ciudadanía, que podemos observar en las actas secretas correspondientes a transcripciones de las discusiones entre los miembros de la Junta Militar y los ministros, publicadas por la Fundación Sol en su estudio Pensiones a la fuerza (2019).
-El señor general Pinochet, presidente de la República. -La idea que tengo es otra. El artículo 96 dice: «No se aplicarán las disposiciones de este decreto ley al personal de las Fuerzas Armadas regidos por el decreto con fuerza de ley (G) Nº 1 y de Carabineros de Chile e Investigaciones…» Esto se prestaría para muchas críticas en el sentido que los militares quedarían marginados de la ley. Esto puede ser una crítica para nosotros, así que hay que buscar otra fórmula que podrían redactar los abogados, porque de lo contrario esta ley traería un repudio total. Como usted dice, en el caso de otros artículos, hay que estudiarlos y ver cómo quedan, en definitiva, pero soy de opinión que hay que darle una redacción muy precisa.
-El señor ministro de Salud. -Yo concuerdo plenamente con usted. Tal vez la fórmula que me permitiría sugerir sería en base a que, si la filosofía ha sido permitir el optar al nuevo sistema, debería quedar en forma similar para quienes estuviéramos dentro de este régimen. Ahora, si mediante el agregado de algún tipo de requisito ello no fuera posible, realmente ante la mirada de todos nuestros subalternos, si el sistema es bueno, cabría preguntarse, ¿por qué las Fuerzas Armadas quedan fuera?; si el sistema es malo, quedamos fuera, pero tal como usted dice, ¿cuál es la ética que tenemos?, y políticamente es una bomba en el tiempo.
-El señor general Pinochet, presidente de la República. - Yo creo que hay que buscarle una presentación más atrayente incluso para nosotros. Lo que yo digo es que se le ponga una redacción, pero que no aparezca como que nosotros estamos involucrando a la gente y, por otro lado, nos quedamos atrás. La idea es esa, que no figure que somos excepción, que incluimos a toda la gente en el sistema, pero nosotros no entramos en él. Ahora si ustedes ven que es necesario aceptar el nuevo sistema o mantenerse en el actual, tiene que darle una redacción que lleve encubierto lo que vamos a hacer, de lo contrario, vamos aparecer muy mal ante la ciudadanía.
Veamos el resultado de tanto patriotismo de Pinochet, parecido al de VOX. Mientras 684.000, en diciembre de 2018, recibieron una pensión de vejez de las AFP de 227.693 pesos (290 euros), 37.000 de Dipreca (Dirección de Previsión de Carabineros de Chile) un promedio de 1.085.708 (1.379 euros), casi 5 veces más. De las 70.000 pensiones pagadas por Capredena (Caja de Previsión de Defensa Nacional), el promedio es 4,3 veces mayor, y casi 9 veces comparado con las 8.000 pensiones de los Oficiales de más de 2 millones (más de 2.564 euros).
La plaza de la Constitución de Santiago de Chile simboliza el centro de poder. Allí está el Palacio de la Moneda bombardeado por Pinochet en 1973. También bombardeó a la tercera edad, como a Mario Enrique Cortés, de 80 años, que en 2014 murió de infarto en pleno invierno trabajando para una empresa de jardinería, como a otros muchos ancianos por sus pensiones misérrimas. Se levantaba a las 4 de la madrugada para llegar a su trabajo desde la comuna de El Bosque; iniciaba a las 6 y finalizaba a las 3 de la tarde. ¿Está claro cuáles pueden ser las consecuencias de privatizar las pensiones? Pensiones de miseria y gran negocio para bancos y fondos de pensiones.
Para conocer con más detalles la situación actual del sistema de privatización de las pensiones en Chile se puede leer el artículo Pensiones sin seguridad social de 22 de mayo de 2020 publicado en el periódico El Desconcierto de Francisca Barriga Yumha, investigadora de la Fundación SOL.
Además, hay otro aspecto de un sistema privado de pensiones que pasa desapercibido a nivel mediático. Esos fondos de pensiones que gestionan los capitales ahorrados por los trabajadores invierten en acciones u otro tipo de títulos, lo que deja el cobro futuro de las jubilaciones al albur de las oscilaciones de los mercados financieros y al mayor o menor acierto de los gestores a la hora de invertir. Los riesgos recaen exclusivamente sobre los clientes, y si se produce una debacle financiera, los futuros pensionistas verán esfumarse los capitales que deberían proporcionarles las rentas una vez jubilados. Así, la crisis de 2008 privó de todo o parte de sus pensiones a millones de norteamericanos: los fondos privados estadounidenses cuyo patrimonio superaba los siete billones de dólares, perdieron el 20% de su valor. Al respecto puede recurrirse a un interesante artículo publicado en el diario Público.es de 19 de septiembre de 2010 y titulado “La gran crisis de las pensiones privadas”. En el texto, escrito por Pepe Rusiñol, se pone de manifiesto que las predicciones alarmistas acerca de la quiebra de los sistemas públicos de pensiones son un elemento propagandístico para fomentar la suscripción de planes de pensiones privados, que son, en realidad, los que sufren riesgos de quebrar. Rusiñol señala que las cifras son demoledoras: en 2008, los fondos privados en el mundo perdieron el 18,3% de su valor, según Inverco, patronal de la inversión colectiva en España. Y la caída fue generalizada: del 37% en Reino Unido, que sigue por debajo del nivel de 2000, el 27% en Canadá, el 20% en EEUU, el 9% en España...En España se han evaporaron' 2.696 millones sólo en el primer trimestre. ¿Los pensionistas actuales y futuros tomarán nota de los objetivos de VOX en el tema de las pensiones?
Por último, quiero fijarme en algunas medidas del programa de VOX en relación a política fiscal. Las cito según la numeración de las 100 medidas del programa. Es curioso 100 medidas justas. Se les acabó la imaginación en la número 100.
Nº 39. Rebaja radical del Impuesto sobre la Renta. Aumento significativo del mínimo personal y familiar exento a 12.000 euros. Tipo único fijo del 20% hasta los 60.000 € anuales, tributando al 30% cualquier exceso sobre el mencionado límite.
Nº 40. Reducir el tipo general del Impuesto sobre Sociedades al 20% con una reducción del 5% en el caso que los beneficios no se distribuyan y se mantengan en la empresa como reservas.
Nº 42. Reducción del impuesto de sociedades para las PYMES al 15%...
Nº 46. Supresión del Impuesto sobre el Patrimonio, el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones y Plusvalías municipales en todo el territorio nacional.
La pregunta parece obvia con estas brutales rebajas fiscales y especialmente a las rentas más altas. ¿Cómo quieren mantener nuestro Estado de bienestar? Su programa a nivel económico es neoliberal, y su planteamiento fundamental es privatizar cuanto se pueda todos los servicios públicos, de manera que, por ejemplo, la educación o la sanidad ya no son unos derechos, sino una mercancía, a la que podrá acceder quien tenga recursos. Nada nuevo bajo el sol. ¿Todo esto lo conocen los votantes actuales y futuros de VOX? Mas, todos ellos deberían tener claro el significado del patriotismo auténtico.
El patriotismo auténtico no se basa ni en banderas, ni en himnos, ni en la celebración del día de la Raza, de la Hispanidad, de la Virgen del Pilar, de la Fiesta Nacional, todos los 12 de octubre, día en el que asisten muchos enfervorizados a los desfiles de las F.F.A.A. en la Castellana, compaginando los gritos de “Viva España”; ni en alardear en medallas olímpicas nacionalizadas en Andorra, ni en descorchar botellas de champagne con los goles de Iniesta, ni con los ojos llorosos y el corazón encogido en cantar “El novio de la muerte” en los desfiles de la Legión en Semana Santa. Este patriotismo es pura farfolla. El patriotismo auténtico es otro muy diferente. Lo voy a explicar y es muy fácil de entender para cualquiera con un mínimo sentido de solidaridad.
-Es que ningún español, ninguna española queden expuestos a la miseria y sus lacras, ni abandonados a su suerte en tiempos de desventura. Es que te hierva la sangre al observar cómo proliferan cada vez más personas pidiendo limosna en cualquier calle o rebuscando comida en los contenedores, que recuerdan los mendigos arrodillados en las escalinatas de las catedrales medievales; al ver a muchos ser desahuciados de sus viviendas, para beneficio de los bancos; o ser expulsados del centro de la ciudades muchos inquilinos al no poder pagar los alquileres, para beneficio de fondos buitres; al observar que muchos de nuestros jóvenes tengán trabajos precarios, o estén en paro o se vean obligados a emigrar; al ver a muchos jubilados cobrando pensiones de miseria…
-Es que todos/as tengan exactamente los mismos derechos, los mismos deberes y las mismas libertades y oportunidades, pero de verdad, sea cual sea su cuna o su sexo.
-Es que cada persona esté protegida en sus necesidades elementales de la cuna a la sepultura, algo que lo impide el neoliberalismo, defendido por aquellos que pueden volver siempre a casa de Papa, cuando hayan fracasado en algún negocio emprendido.
-Es que todo el mundo adquiera tanta cultura, tanta educación y tanta formación como sea posible, para vivir mejor, para ser útiles y para ser difíciles de manipular y someter.
-Es que la justicia sea igual para todos, y que las cargas y alivios sociales sean escrupulosamente proporcionales a las posibilidades de cada cual.
-Es que, en caso de duda, nos pongamos siempre de parte de los débiles, que para neutrales ya están (o deben estar) los jueces.
-Es considerar las lenguas como el catalán, vasco, gallego, aragonés, asturiano-leonés, pallarés, ribagorzano, castúo, tan españolas como el castellano. En la línea del poema de Gabriel Aresti dedicado a Tomás Meabe, el fundador de las Juventudes Socialistas: Cierra los ojos muy suave, Meabe, pestaña contra pestaña, que solo es español quien sabe las cuatro lenguas de España (castellano, euskera, el catalán y gallego). Tome nota, Sr. Abascal.
-Es desear vivir con dignidad y, sabiendo que no se puede vivir dignamente en una comunidad corrupta.
-Es ejercer su profesión a conciencia, sin obtener ventajas ilícitas ni aprovecharse de la necesidad o de la debilidad de los demás.
-Es reconocer y defender los valores de la tolerancia, la solidaridad, respeto a la diversidad, amor por la libertad y la justicia.
-Es conducirse dentro de su vida familiar con el respeto mutuo.
-Es reconocer y condenar la violencia de género.
-Es cumplir con los deberes cívicos, no defraudando a Hacienda.
-Es ser capaz de movilizarse con el fin de impedir que se apruebe una ley injusta o presionar a los gobernantes para que afronten los problemas de interés común.
-Es ser sensible ante el hecho de que millares de sus compatriotas todavía estén enterrados en cunetas.
-Es defender la Constitución en toda su extensión, no solo los artículos 2, 135 y 155 y olvidarse de otros como el 31, 35, 41, 47, 50. O el 128, que tiene 2 apartados: 1. Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general. 2. Se reconoce la iniciativa pública en la actividad económica. Mediante ley se podrá reservar al sector público recursos o servicios esenciales, especialmente en caso de monopolio, y asimismo acordar la intervención de empresas cuando así lo exigiere el interés general.
Este el patriotismo verdaderamente auténtico. El otro es de cartón piedra.
Fuente → nuevatribuna.es
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