Un libro y una exposición recuperan la memoria del diario El Diluvio

Un libro y una exposición recuperan la memoria del diario El Diluvio

El Diluvio fue el gran diario popular, republicano y federalista de Barcelona durante ocho décadas, desde mediados del siglo XIX hasta el fin de la guerra civil. Su historia fue enterrada por el franquismo, pero ahora se recupera con la aparición de un libro y una exposición itinerante. De esta manera se añade un eslabón importante a la incompleta cadena de la memoria de la prensa democrática, muy poco conocida a pesar de su importancia en el devenir histórico de España.

El libro de Gil Toll sintetiza en 350 páginas una tesis doctoral en Historia que analiza el papel del periódico durante la Segunda República. Ese breve periodo fue el de mayor expansión profesional y comercial de El Diluvio, al darse un marco político que coincidía con el ideario reivindicado durante décadas.

El diario vivió un enorme aumento de la demanda de los lectores al ser percibido como un fiel intérprete de la nueva realidad republicana. Sus periodistas entendieron que era el momento de intervenir en la vida pública informando de los cambios que se producían a toda velocidad y opinando sobre el rumbo que debían tomar la nueva Constitución, el Estatuto de autonomía catalán y las reformas que hacían las administraciones.

El Diluvio cumplió un papel de defensor del nuevo régimen frente a los ataques que recibía desde la derecha reaccionaria. Para ello reclamó siempre la unidad de las fuerzas republicanas en las citas electorales, algo que no se produjo hasta febrero de 1936 y que conllevó el éxito de las derechas durante el último bienio de la República.

La voluntad de intervención pública del periódico durante esos años le llevó a confeccionar una “lista de selección” para los comicios de noviembre de 1933 con candidatos de distintas listas republicanas aprovechando la legislación electoral del momento. Algunas de las editoriales del periódico fueron reproducidas en forma de cartel y plasmadas en las calles de Barcelona y otras ciudades españolas. El periódico llegó incluso a organizar la inauguración del monumento a la República y Pi y Margall que se construyó en la Diagonal de Barcelona.

Al mismo tiempo, el diario mantuvo alta su capacidad crítica y no escatimó informaciones que desvelaban irregularidades en la gestión de la Generalidad y del Ayuntamiento de Barcelona. También defendió los intereses del público popular que leía el rotativo denunciando los abusos en el precio del pan, los aumentos de precio de los tranvías y los déficits urbanísticos de la capital catalana.

El Diluvio se mantuvo como empresa independiente y con la misma dirección durante la guerra civil. Su posición fue de inequívoca defensa de la República y la cobertura del conflicto inluyó el envío de corresponsales de guerra al frente. En 1938, el Gobierno de la República impuso la cesión del control del periódico a la UGT del País Vasco, una operación muy mal vista por los periodistas que hasta entonces habían mantenido su independencia.

Estos contenidos los desarrolla gráficamente la exposición que se pudo ver en la Universidad Autónoma de Barcelona durante la primavera y que en los próximos meses visitará otros recintos universitarios de Cataluña y Madrid. La muestra incluye una explicación de los orígenes del periódico, documentación original y un video de 20 minutos con testimonios de familiares de periodistas y editores que también puede verse en youtube.


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