Los asuntos inmobiliarios de Juan Carlos I
 
“Es raro que el nombre de Juan Carlos no haya salido en ninguno de estos casos de corrupción en la adjudicación de obras por parte de gobiernos del PP... o no tan raro”, apunta Rebeca Quintáns, autora de ‘Un rey golpe a golpe’.
 
Los asuntos inmobiliarios de Juan Carlos I
Javier Lezaola

La fortuna de Juan Carlos I la han relacionado sobre todo con el petróleo, las armas y las finanzas, pero también con lo inmobiliario, un sector que su padre, Juan de Borbón, y su abuelo Alfonso XIII también conocieron bien. Como la del petróleo, las armas y las finanzas, la relación del sector inmobiliario con Juan Carlos I –y viceversa–, que data de cuando el anterior jefe del Estado sólo era el heredero del general golpista Francisco Franco, ya la apuntó Rebeca Quintáns en su libro ‘Un rey golpe a golpe. Biografía no autorizada de Juan Carlos de Borbón’ (2000).

“Es raro que el nombre de Juan Carlos no haya salido en ninguno de estos casos de corrupción en la adjudicación de obras por parte de gobiernos del PP, siendo, como es, un habitual en este tipo de trapicheos y pelotazos y en los que sí están compañeros de viaje habituales suyos en asuntos turbios, como el empresario Juan Miguel Villar Mir”, ha destacado este jueves Quintáns, consultada por LUH.

Desde diciembre de 1975 hasta julio de 1976, Villar Mir –fundador y máximo accionista de la constructora OHL– fue vicepresidente de Asuntos Económicos y ministro de Hacienda del denominado “primer gobierno de la monarquía”, presidido por Carlos Arias Navarro, que había sido nombrado presidente del Gobierno por Franco en diciembre de 1973 y que fue mantenido en el cargo por Juan Carlos I desde la muerte de Franco en 1975 precisamente hasta julio de 1976. El propio Villar Mir había sido, en pleno franquismo, director general de Empleo y presidente del Fondo Nacional de Protección al Trabajo y de la siderúrgica AHV (Altos Hornos de Vizcaya).

Muchos años después –en 2011–, Juan Carlos I concedió a Villar Mir, por su “destacada y dilatada trayectoria al servicio de España y de la Corona”, el título nobiliario de marqués de Villar Mir. Dos años antes –en 2009–, la empresa Fundación Zagatka –con sede en Liechtenstein y de la que el anterior jefe del Estado era beneficiario– recibió 4,7 millones de dólares procedentes de Huaribe –filial mexicana de la multinacional OHL– por un presunto pelotazo urbanístico en México, según declaró Álvaro de Orleans-Borbón, fundador y propietario de Zagatka y primo de Juan Carlos I, ante el fiscal suizo Yves Bertossa y se publicó en prensa.

Villar Mir llegó a estar imputado en los casos de corrupción Lezo y Púnica, relacionados con el PP. “Es raro que el nombre de Juan Carlos no haya salido… o no es tan raro, porque quizás la operación Kitchen, u otra parecida, sí fue lo suficientemente eficaz como para dejar fuera de esos casos cualquier referencia a la Casa Real”, apunta Quintáns.

“Pero no olvidemos que Correa compartía cuenta en Suiza con Juan Carlos”, añade en referencia a la cuenta bancaria Soleado, que el empresario Francisco Correa –condenado a 51 años de cárcel por la primera etapa de actividades de la trama Gürtel en una sentencia del Tribunal Supremo que también condenó al PP como partícipe a título lucrativo de la trama– reconoció en sede judicial compartir entre otros con el anterior jefe del Estado y que investiga Bertossa. “Juan Carlos no era quién de perderse una oportunidad de ese calibre –como vamos sabiendo ya–, y supongo que esto acabará en los juzgados del fiscal Bertossa”, añade la autora de ‘Un rey golpe a golpe’.

En cualquier caso, los asuntos inmobiliarios de Juan Carlos de Borbón se remontan a hace más de medio siglo, y es que corría 1969 –el año en que Franco lo nombró sucesor a título de rey– cuando el entonces príncipe acudió a la localidad madrileña de Boadilla del Monte para participar en la inauguración de la urbanización de lujo Las Lomas, promovida por el empresario Camilo Mira, que aquel mismo año de 1969 fue nombrado por Franco presidente de FEVE. Mira recibiría la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil en 1972, y ya en los albores del régimen del 78 –en 1981– se convertiría en el introductor y primer presidente en España de la multinacional estadounidense de comida rápida McDonald’s.

Juan Carlos de Borbón se volcó en la promoción de la urbanización Las Lomas –diversos autores han publicado que no lo hizo a cambio de nada–, y Camilo Mira estrechó sus lazos con Zarzuela, tanto que se reclamaba “miembro de la Secretaría de la Casa Real”. El empresario falleció en 2017, tres años después de la abdicación de Juan Carlos I y tres años antes de su huida a Abu Dabi.

“El rey tenía buenos contactos en el mundillo de la construcción desde los tiempos de Camilo Mira y su urbanización Las Lomas”, apuntaba Quintáns ya en su libro.

El clan de Las cuatro estaciones

Otro empresario próximo a Juan Carlos I fue el constructor Joaquín Vázquez Alonso, fallecido en 2019, después de haber reformado los palacios de La Zarzuela y La Moncloa, los edificios del Congreso y el Senado y varias cárceles o de haber construido Los Carrizos –la finca sevillana del exbanquero Mario Conde– y varios cuarteles de la Guardia Civil durante los gobiernos de Felipe González, con quien Vázquez Alonso también estaba muy relacionado.

Quintáns destaca en ‘Un rey golpe a golpe’ que Vázquez Alonso era socio de Jaime Cardenal y de Borja Prado –hijo de Manuel Prado y Colón de Carvajal– en Spengler, una “pequeña inmobiliaria” que logró “que le adjudicaran por las buenas la remodelación de todas las fachadas de las sucursales de Banesto” –“un negocio de 1.058 millones” de las antiguas pesetas– “en los mejores tiempos de la amistad entre Conde y el rey”. “Luis Roldán también le adjudicó la construcción de dos cuarteles de la Guardia Civil”, añade.

Los empresarios Vázquez Alonso, Jaime Cardenal y Miguel Arias –propietario de varios restaurantes; entre ellos, Las cuatro estaciones, ubicado en el barrio madrileño de Chamberí– eran socios en varios negocios inmobiliarios y, junto a otros empresarios como Francisco Sitges –que presidió AZSA (Asturiana de Zinc, SA) y MEFASA (Mecanizaciones y Fabricaciones, SA), la empresa que construyó yates de lujo como el segundo ‘Fortuna’ de Juan Carlos I o el ‘Alejandra’ de Mario Conde– y el propio Juan Carlos de Borbón conformaban el denominado “clan de Las cuatro estaciones”, en referencia al restaurante de Arias.

“Aparte de reunirse para comer”, en el clan de Las cuatro estaciones “hacían negocios juntos, sobre todo en el sector inmobiliario, en el que tenían muchos asuntos turbios”, destaca Quintáns, que añade que algunos de los miembros del clan “también se vieron implicados en la trama Ibercorp”, paradigma de la cultura del pelotazo que marcó la etapa de gobierno de Felipe González. “Los asuntos de unos están tan mezclados con los de otros, que resulta realmente complicado explicar el historial de cada uno de ellos por separado”, explica.

Un ejemplo: “En la década de los noventa, el Ayuntamiento de Monachil (Granada), por un acuerdo en Pleno, reservó para la estación de esquí de Sierra Nevada una parcela de la empresa pública Promonevada, de 1.113 metros cuadrados, con el fin de construir una residencia para Juan Carlos. Como tantos otros municipios que antes habían probado suerte con Alfonso XIII, querían que la presencia del monarca sirviera para atraer el turismo. El rey no se negó y aceptó agradecido el obsequio por escrito. Pero en una extraña operación, Promonevada acabó vendiendo la parcela a la sociedad Pequeños Hoteles de Montaña por una cantidad ridícula, 60 millones, y en lugar de la residencia real se construyó el Hotel Lodge. La operación fue avalada por la sociedad Daude, de Miguel Arias Molino. Pequeños Hoteles de Montaña, creada con este fin en 1992, era propiedad de Vázquez Alonso y Cardenal Pombo. Miguel Arias Molino también tenía unas cuantas acciones”.

El libro ‘Un rey golpe a golpe’ fue publicado en el año 2000 –14 años antes de la abdicación de Juan Carlos I– por la editorial Ardi Beltza, cerrada al año siguiente –hace ahora 20 años– por orden del entonces juez instructor de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón.


Fuente → luhnoticias.es

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