Guerra Civil y primer franquismo: 1936-1959

Guerra Civil y primer franquismo: 1936-1959

El Frente Popular se prepara para las elecciones del 36, y 21 candidatos del Partido están colocados en las listas electorales. El entusiasmo crece a la vez que la militancia del PCE. Sin embargo, España se encuentra sumida en un clima de tensión, con un golpe de estado creándose a fuego lento. El partido rojo crea las Milicias Antifascistas Obreras y Campesinas (MAOC) y prepara a sus militantes para los sucesos que se avecinan. El fascismo en Europa también está creciendo, por lo que el PCE se entrega a un movimiento más unitario y con posiciones centralizadas.

Fuente: Mundo Obrero

Militantes en combate: comienza la guerra

“El Partido Comunista, consciente de su responsabilidad histórica, está, con alma y vida, dispuesto a defender la República, a defender la democracia, a defender las libertades conseguidas a través de luchas sangrientas contra la reacción…”

Aquel 17 de julio de 1936, mientras en el protectorado de Marruecos da comienzo el golpe de estado militar a la II República, la sección española de la Internacional cuenta con sus propias milicias y se posiciona a favor del gobierno republicano en contra del fascismo. Los 4 años de contienda quedaron marcados por victorias, derrotas, diatribas en el gobierno y miedo a la traición.

La flor más roja del pueblo: El Quinto Regimiento

“El 18 de julio
En el patio de un convento
El pueblo madrileño
Fundó el quinto regimiento” 
El Quinto Regimiento – Rolando Alarcón de Archivio Libertario

La quinta de las columnas de un batallón surgido en los inicios de la guerra civil se transforma en la insignia del Partido Comunista de España y de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) en combate. A raíz de las MAOC, se funda en el patio de un convento madrileño de la calle Francos Rodríguez lo que se convertiría en el ejemplo de disciplina militar y de organización social. Según explica el historiador Fernando Hernández Sánchez en su tesis doctoral “El PCE en la Guerra Civil” (2010), el número de combatientes es algo incierto, ya que “aunque sus fundadores ofrecieron la cifra de 70.000 hombres como fuerza inicialmente integrante del Quinto Regimiento, es más probable que las dimensiones reales se situaran en torno a los 25.000”.
El Quinto Regimiento, fundado por Enrique Castro Delgado entre otros, participa en numerosas batallas de la capital española en los primeros meses del levantamiento militar. Finalmente, se disuelve el 27 de enero de 1937.

El PCE y el presidente

La capacidad organizativa del Partido crecía, al mismo tiempo que la desconfianza en los comunistas del presidente Largo Caballero. Así lo explica Paul Preston:


Entrevista por Lucía Herrera

“¡Un español no es tan cobarde como para necesitar trincheras!”. Según Preston, frases como esta eran comunes en Largo Caballero, lo que desquicia a los y las comunistas, que prefieren un gobierno republicano centrado y combativo. Al marcharse el gobierno a Valencia, queda en la capital la Junta de Defensa de Madrid. Aunque en la práctica estaba al mando del general Miaja, no son otros sino los y las comunistas las que lo organizan.

Debido a los crecientes antagonismos, en la primavera de 1937, Largo Caballero dimite y se forma un nuevo gobierno, mucho más fiel al espíritu del Frente Popular, con ministros anarquistas y comunistas. El PCE juega su parte en la caída de Largo Caballero.

Peleas, depuraciones y el POUM: el lado oscuro del Partido

El 25 de enero de 1937, Mundo Obrero publicaba estas palabras: “¿A quién sirve el POUM? El trotskismo al servicio de Franco”. Dos años antes, se fundaba el Partido Obrero de Unificación Marxista, de ideas trotskistas como base, opuestas al PCE y a la Komintern.

El Partido Comunista considera al POUM una traición, de carácter divisoria y de escisiones, al movimiento revolucionario de la clase obrera. Las diferencias y reticencias entre ambos partidos crecen hasta que en 1937 la izquierda comienza su propia batalla en Cataluña, apodada los Sucesos de Mayo. Meses antes, la Consejería de Orden Público de la Junta Delegada de Defensa de Madrid se encargaba de incautar emisoras y periódicos trotskistas, haciendo crecer los enfrentamientos entre las fuerzas de izquierda.

El PCE, al calor de la evolución de acontecimientos en la URSS, elevó los sentimientos anti trotskistas por todo el país. En un contexto de guerra, el miedo a la traición recorre todos los frentes. Dolores Ibárruri, La Pasionaria, deja claro en sus discursos la importancia de las depuraciones: “más vale condenar a cien inocentes a que se absuelva a un solo culpable”.

La Pasionaria, líder de masas 

Llega de nuevo la oscuridad

Tras el Golpe de Estado de Casado de marzo de 1939, el bando republicano queda completamente dividido. Finalmente, Francisco Franco gana la guerra, y comienza el periodo de represión más duro para el PCE, volviendo a ese sufrido estado de clandestinidad que marcará sus próximos 40 años.

Con el franquismo, son numerosos los asesinatos, las detenciones, las torturas y los campos de concentración. Otros cuentan con la suerte o la desgracia del exilio. Según el historiador Carlos Fernández, la represión sufrida por los “perdedores” de la guerra fue feroz, bárbara y desmedida, especialmente contra los y las comunistas, debido a una totalitaria ley que les pone en el punto de mira junto con otras ideologías contrarias al régimen: la Ley de Represión contra el Comunismo y la Masonería.

Sin embargo, frente a esa represión cruel del franquismo, los y las militantes del Partido Comunista se organizan para seguir luchando. Crean organizaciones guerrilleras con la intención de restablecer la democracia republicana extinta. Fernández divide esta lucha en cuatro fases:

La táctica guerrillera y la lucha armada quedan oficialmente atrás para el Partido en 1947 cuando Carrillo, Pasionaria y otros grandes dirigentes se reúnen, directamente, con el líder comunista Iósif Stalin.

Tras esta reunión, la lucha en España se abandona, al igual que a los y las militantes de base que resisten en un país de posguerra oscuro donde continúan las persecuciones y los asesinatos por parte del franquismo. El Partido, además, se encuentra en una situación interna de división, donde los y las comunistas están dispersos por el globo terráqueo.

Principales lugares de destino de los y las exiliadas comunistas

Esta militancia se siente desengañada y abandonada por unos dirigentes que se encuentran en su mayoría en el exilio. Está hundida moralmente, y la lucha contra el fascismo parece perdida.


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