El oligopolio eléctrico, otra herencia del franquismo bendecida por el régimen del 78
  •  Un oligopolio eléctrico que explica la continuidad de la sumisión política a los intereses empresariales y la situación actual de persistencia injustificable.

El oligopolio eléctrico, otra herencia del franquismo bendecida por el régimen del 78 / Alberto García:

En 26 de diciembre de 2013 indicaba Joaquín Almunia, Comisario de la Competencia en la UE, que en España existía un oligopolio eléctrico.

El régimen de Franco fue decisivo para su formación, y contra lo que cabría esperarse de sus ínfulas autárquicas y «nacionales», entregó por completo a empresas privadas, propiedad de grandes financiadores de la guerra civil, el dominio sobre la electricidad, consagrando el bloque oligopolístico eléctrico.

Así, el papel de la dictadura fue decisivo para que Juan March adquiriera de manera fraudulenta la Barcelona Traction, Light and Power Company, Limited, convirtiéndola en Fecsa, (Fuerzas Eléctricas de Cataluña S.A.), previa su adquisición a precio de saldo tras una subasta. Décadas más tarde, se fusionaría con Endesa (Empresa Nacional de Electricidad S. A.).

Tal fue la cantidad de dinero que ganó Juan March con la operación, que ese mismo año creo su célebre Fundación Juan March, operación clásica de blanqueo de imagen, mediante la promoción del arte, de muchos magnates protagonistas de los más turbios negocios.

El expolio fue de tal magnitud, que son múltiples las entradas en internet que conducen a la explicación detallada del acontecimiento, uno de los actos de rapiña destacados del siglo XX, que fue pródigo en ellos. Véase, por ejemplo, el estudio de Rafael Alcalde, «El caso de la Barcelona Traction, una revisión».

No creo necesario detenerse excesivamente en la figura de Juan March, que supongo sobradamente conocida: principal soporte de la sublevación franquista, que financió el avión que llevó a Franco desde Canarias a Tetuán para ponerse al frente de la sublevación militar, avaló gran parte del material bélico que le proporcionó Mussolini, constituyó el seguro millonario a favor de la esposa e hija del dictador, condición exigida por este para dar el paso de encabezar el golpe de estado, entre otros muchísimos servicios claves, esenciales, para el triunfo franquista en la guerra civil.

Pedro Barrié de la Maza / Fundación Barrié. Fuente: Cadena Ser, 29.01.21

El entramado eléctrico en Galicia fue protagonizado por Pedro Barrié de la Maza, mediante Fenosa (Fuerzas Eléctricas del Noroeste S.A.). Intimo de Franco, Procurador en Cortes, uno de los promotores de la supuesta adquisición del Pazo de Meirás para donarlo a Franco, consta que entregó quinientas mil pesetas de la época para financiar el alzamiento militar, y creó aquella sociedad mercantil en 1943, construyendo los embalses que cortocircuitaban los ríos gallegos, a la vez que los convertían en la principal fuente de su electricidad. Era asiduo de Franco, con quien compartía travesías en el yate Azor. El dictador lo nombró conde de Fenosa el 1 de octubre de 1955. Fenosa fue absorbida en julio de 2008 por Gas Natural.

JOSE MARIA ORIOL URQUIJO. Fuente: Archivos de la Comunidad de Madrid.

Jose María Oriol y Urquijo, presidente de Unesa (Unidad Eléctrica S.A.) fue otro de los grandes beneficiados. Esta empresa, siendo privada, coordinaba la producción del fluido eléctrico, potestad que insólitamente adquirió por delegación del Estado, según Decreto de 1951. Esta actividad correspondería a un servicio público, como ocurría en Francia e Inglaterra, pero el «nacionalista» dictador lo entregó a la empresa de su benefactor, que pactaba el sistema de tarificación con Iberdola, Hidrola, Sevillana, y Barcelona Traction, en un antecedente de las engañosas «subastas» mediante las que hoy en día se continúa fijando el precio de la electricidad en España.

Este personaje fue alcalde de Bilbao entre 1939 y 1941, procurador de las cortes franquistas entre 1955 y 1977, y en marzo de 1936 fue uno de los carlistas que participaron en el acto de creación de la Junta Suprema Militar Carlista o Junta de la Conspiración, vinculada desde su inicio al golpe franquista. Su hermano Antonio Maria Oriol y Urquijo fue Ministro de Justicia y Presidente del Consejo de Estado, continuando en este cargo ¡hasta el 22 de junio de 1979!

A su vez, como buenos patriotas que no abandonan ningún espacio del solar patrio, promovieron el protagonismo del control eléctrico en Andalucía a la familia Benjumea, con cuyo estudio se podrían llenar muchas páginas; bástenos aquí señalar que Joaquín Benjumea organizó la retaguardia del sanguinario Queipo de Llano en Sevilla, según cuenta Juan José Alzugaray en su libro «Ingenieros Egregios», fue designado Ministro de Agricultura y Trabajo entre 1939 y 1941, de Hacienda en 1951 y nombrado según la costumbre del dictador, Conde de Benjumea. Había sido nombrado Presidente de la Diputación de Sevilla en diciembre del 36, cargo que simultaneó (no es broma) con el de alcalde de la misma ciudad, su sobrino Felipe funda Abengoa en 1941, basándose en el negocio de la electricidad, e ingeniería eléctrica.

Sevillana de Electricidad pasó a formar parte de Endesa en 15 de febrero de 2002. Había ido convirtiéndose en el monopolio de la electricidad en Andalucía. Tras el triunfo franquista, los Bancos de Vizcaya y Urquijo se hicieron con la mayoría del capital, controlada finalmente por los Botín, Aguirre Gonzalo, Demetrio Carceller… y la única participación andaluza de Javier Benjumea, todos ellos significados próceres del régimen dictatorial. Véase Antonio Rodriguez Almodóvar, 19-9-2005 en el País, donde explica como desapareció del mapa la única empresa andaluza de electricidad que quedaba en pie, tras su ya citada absorción.

En definitiva, oligopolio eléctrico creado por elementos decisivos de la dictadura franquista, con la ayuda del régimen, que como tantas otras cosas heredó impávida nuestra avanzada democracia, a través de la no menos destacada transición, y que explica, junto con los avatares que expondremos en otro artículo, la continuidad de la sumisión política a los intereses empresariales y la situación actual de persistencia de un oligopolio injustificable.

Es evidente que resulta imposible creer en la verosimilitud de libre competencia auténtica respecto de los servicios públicos suministrados en red, tales como suministro eléctrico, aguas, transporte ferroviario, etc. Para que hubiera una verdadera libre competencia se necesitaría la multiplicidad de redes eléctricas, dobles vías de trenes o tranvías, tendidos eléctricos superpuestos, que es evidente resultan carísimos de crear y mantener, por lo que son totalmente antieconómicos e inviables tales alternativas Gabriel Tortella, el País, 29.12.2013. De ahí la existencia de estos oligopolios creados en beneficio de particulares pero con el necesario soporte de la administración del estado, que constituyen uno de los más claros escándalos de la supeditación de los intereses y bienes públicos a los privados y cuya nacionalización es la única alternativa racional y justa.

Y precisamente de la mano de estas compañías se producen muchos de los episodios más negros de la política española, así como la financiación de sus aspectos más turbios, mediante entre otros, del mecanismo de las puertas giratorias a que nos referiremos en próximo artículo.


Fuente → hojasdebate.es

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