Buscando a la república en el Reino y París con la República Española
 

 
Buscando a la república en el Reino y París con la República Española / Arturo del Villar :

 Me escribe una hija de republicano exiliado, que reside en Burdeos, para contarme su desilusión al venir con una nieta a Madrid, con intención de enseñarle los recuerdos de la República, de manera que pueda tener una visión personal de lo que tantas veces ha oído contar en casa. Su decepción fue enorme al no encontrar tales supuestos recuerdos. Acudieron al Centro de Arte Reina Sofía para ver el Guernica, pero al preguntar por el Pabellón de España en la Feria Internacional de París de 1937 quedaron muy sorprendidas al escuchar a un funcionario que ignoraba si existe en algún lugar un vestigio que lo recordase. Me escribe con pena:

Il est certainement plus simple pour nous, en France, de commémorer le souvenir de la République Espagnole, et nous le faisons de tout notre coeur en transmetant sa mémoire à nous enfants et petit--enfants.

Indudablemente es mucho más fácil evocar a la República Española en la Francesa que hacerlo en el reino de España. Aquí todo lo existente es real: Real Academia Española, Real Instituto Elcano, Real Sociedad Canina, Real Casa de Correos, Real Jardín Botánico, y un real etcétera. En París existen rótulos de calles, jardines y monumentos dedicados a los republicanos españoles exiliados, cosa que no tiene un paralelo en Madrid. Todo lo contrario.

Es cierto que en los últimos años se han eliminado muchos de los muchísimos que había en honor de personajes fascistas, pero todavía quedan muchos más, empezando por el monumento a Juan de Borbón, cómplice de los militares sublevados, que intentó por dos veces enrolarse en el ejército rebelde sin conseguirlo porque el dictadorísimo, más inteligente que él, le explicó que no debía dedicarse a matar a españoles por si algún día llegaba a reinar sobre ellos, como era su pretensión, para que no le llamasen asesino. Ese monumento es un insulto a los españoles demócratas.

A los republicanos se nos permite manifestarnos en las calles el 14 de abril y el 6 de diciembre, con la pertinente aprobación de la Delegación del Gobierno, y con un servicio de orden propio responsable de su mantenimiento. El tramo callejero autorizado se halla custodiado por fuerzas de la Policía Nazional, que siempre reclaman la identificación a algunos manifestantes, seguramente con intención de amedrentarnos, porque hasta ahora hemos cumplido todas las órdenes.

Algo parecido sucede cuando algún miembro de la familia irreal reinante acude a cualquier acto. Las llamadas fuerzas del orden vigilan el lugar por la superficie y por las alcantarillas desde varias horas antes, y estabulan a los manifestantes republicanos en un lugar próximo, pero no lo bastante como para que los irrealistas puedan escuchar nuestras voces.

¿Cómo explicar estos detalles a una persona que vive en la República Francesa? No puede entenderlos. En los tratados de geografía se dice que los Pirineos nos separan de Francia, pero esos montes son una nimiedad: lo que nos separa de Francia es precisamente la familia borbónica que nos enviaron, de la que supieron liberarse los ciudadanos franceses con violencia y con precisión, por lo que ahora viven en una República envidiada y envidiable.

París con la República Española

EL comentario distribuido ayer, sobre el disgusto de una republicana exiliada en Burdeos que vino a Madrid con intención de mostrarle a una nieta recuerdos de la República, y no pudo enseñarle más que el Guernica, ha motivado a nuestra querida juglaresa republicana, Rose—Marie Serrano, para ilustrarnos sobre la atención dispensada en la región parisiense, en donde ella reside, a los republicanos españoles. La juglaresa continúa incansable incrementando su repertorio con nuevas canciones dedicadas a la República, pero a causa de unas dificultades presentadas por el ordenador no es posible de momento reenviarlas.

En París:

Jardín de Federico García Lorca.

Jardín de Federica Montseny.

Jardín de la 9ª División.

9 placas callejeras sobre la 9ª.

Placa de Miret i Musté (prisión de La Santé).

Placa de José Barón Carreño.

Tumbas de Juan Negrín, Francesc Boix, Gerda Taro en el monumento de los españoles (FEDID) en el Père--Lachaise.

Tumbas del presidente Fernando Valera y del escultor Baltasar Lobo en Montparnasse.

Sendas placas en los domicilios de un comunista y un anarquista españoles.

Pendiente de colocar una placa de la calle de la República Española.

En Bobigny:

Calle de la República Española.

En Saint—Denis:

Colegio—Liceo Federico García Lorca.

Calle de las Víctimas del Franquismo.

Calle de Cristino García.

En La Courneuve:

Calle de Cristino García.

En Mont—Valérien:

Nombres de al menos 15 resistentes españoles, entre ellos Celestino Alfonso, en la campana de los fusilados.

En Aubervilliers:

Calle de López y Jules Martin, rehenes fusilados en el Mont—Valérien.

En Drancy:

Colegio Cristino García.

Calle de Julián Grimau.

La República Francesa rinde homenaje a los defensores de la libertad, en primer lugar a sus héroes, pero también a todos los que lucharon por el sostenimiento de la democracia. No en balde la Revolución Francesa, tras poner fin a la tiranía borbónica, proclamó los derechos del hombre y del ciudadano y promovió los lemas de Libertad, Igualdad y Fraternidad, mientras sus soldados cantaban La Marsellesa anunciando la llegada de un día de gloria a la sombra de la guillotina. Es nuestro país vecino, pero muy lejano.

Por eso medio millón de españoles cruzó la frontera en 1939, y quieren enseñar a sus hijos y nietos lo que no pudo ser entonces y continúa sin serlo.


banner distribuidora