Recuperar la Memoria Histórica. Un Derecho y un deber

Recuperar la Memoria Histórica. Un Derecho y un deber
Bonifacio Sánchez de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica

Ya en el año 91 antes de nuestra era aparecen textos que hacen referencia al tema que tratamos de abordar aquí. Fue Sima Quian el que trató de evitar la invisibilidad de hechos pasados creando una institución y elaborando unos textos bajo el título de “Memorias Históricas”. Por tanto y aunque siempre haya habido intereses para reescribir u ocultar esa memoria, el ser humano acaba utilizando ésta herramienta, que junto con la palabra, han sido y son esenciales y le conforman como tal.

Dicho lo anterior, en España nunca ha sido una empresa fácil porque el peso del oscurantismo, el papel político y social jugado por la religión y en particular por las jerarquías católicas, el uso de la ignorancia por parte de poderes económicos para que los ciudadanos no tuvieran capacidad de pensar, todo ello condujo a lo largo de los siglos a la actual situación.

Cuando decimos recuperar la memoria histórica, somos conscientes de la importancia y el significado de éstas tres palabras colocadas en ese orden. Estamos en el empeño de recuperar algo que estaba ahí, oculto, enterrado, tapado por miles de mentiras y miedos. Lo nuestro no es un trabajo académico, no somos historiadores, tampoco somos técnicos especialistas en esta materia. Desde nuestra declarada función de activistas sociales hemos puesto al descubierto realidades que nos habían ocultado premeditadamente. Quienes construyeron la primera democracia de éste país, quienes asombraron al mundo por los avances sociales y la legislación y ejercicio de derechos, fueron , no solo derrotados, sino masacrados por una terrible maquinaria de odio y terror, perfectamente organizado y planificado. Y todo ello con el apoyo y participación de la Italia fascista de Mussolini y la Alemania nazi de Hitler y lo que es gravísimo, con el visto bueno de las potencias europeas Francia e Inglaterra. Así se inició lo que puede considerarse sin duda, el genocidio español.

En artículos posteriores entraremos más en detalle en el inicio, desarrollo, fin de la guerra, la dictadura y la transición. Hoy nos limitaremos a señalar el origen de ésta realidad que se llama recuperación de la memoria histórica.

Con la elecciones municipales del año 1.979 y la llegada a muchos ayuntamientos de partidos políticos de izquierda, se inicia en alguno de ellos la recuperación de los fusilados por los franquistas. Eran civiles, concejales, alcaldes, maestros, jornaleros, votantes del Frente Popular. Se les sacó en muchos casos de esas fosas comunes y fueron entregados a sus familias y devueltos a lugares dignos. Quizás uno de los casos más emblemático es el de La Barranca, junto a la ciudad de Logroño donde hay más de 400 fusilados. Este lugar se mantuvo señalado y cuidado durante toda la dictadura por las madres, esposas y familias de las víctimas. Estas mujeres, portadoras de esa memoria, tuvieron el coraje, la valentía de aguantar todo tipo de agravios y agresiones y hoy son conocidas como “Las Mujeres de Negro” y el lugar de las fosas es, gracias a ellas, un cementerio civil. Sirva este ejemplo para mostrar la fuerza de la memoria. Este cementerio se normalizó en el año 1.979 y desde entonces es lugar de visita de familias y de personas interesadas en saber, en conocer. Porque en el memorial que lo preside figuran los nombres, las edades, los lugares de origen.. datos que se han recuperado para que formen parte de nuestra historia presente.

En Octubre de 2.000 y tras un largo periodo de silencios y miedos recuperados tras el golpe de estado del 23 de febrero de 1981, comienza un nuevo proceso de recuperación de esa memoria en la cuneta de un pueblo de León, Priaranza del Bierzo. Hasta allí conducen los testimonios que le indican a Emilio Silva que su abuelo Emilio Silva está junto con otros 12 hombres en una fosa común. Les rescatan de esa cuneta, se les identifica por primera vez en España, por métodos científicos . La noticia, recogida por distintos medios de comunicación se extiende primero por la zona y posteriormente por toda España. Lo que podían parecer hechos relativamente aislados se va conformando poco a poco como un mapa de fosas inmenso. Y las familias rompen el miedo y comienzan a reclamar a sus seres queridos y comienza a cerrarse el duelo y las historias cobran forma. Ya no es una leyenda de lo que pudo ser y que no hay forma de comprobar. A partir de ahí termina la leyenda, las mentiras aparecen como tales, se ven los huesos y las causas de la muerte.


Fuente →  nuevarevolucion.es

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