Los fascistas, siempre al abrigo de fascistas

Los fascistas, siempre al abrigo de fascistas
Iñigo Landa

Cuando la familia Monasterio perdió la protección de la dictadura cubana de Batista, buscó en Madrid la del asesino Franco.

Como explica perfectamente Alba González en La Última Hora, la familia de la portavoz ultraderechista Rocío Monasterio era propietaria en Cuba de una planta azucarera donde los trabajadores desarrollaban su actividad en un régimen de semiesclavitud amparado por el dictador Fulgencio Batista.

El padre de la ultra, un latifundista propietario de parte de la industria azucarera cubana apelaba a la “libertad” para defender su riqueza. ¿A que me suena eso de «la libertad«? En sus plantas, los trabajadores desarrollaban las tareas bajo duras condiciones, así como percibían salarios que no alcanzaban para vivir. La familia Monasterio encontró en Madrid el amparo de otro dictador, Franco, en el que amasaron importantes fortunas. Y es que la relación de la familia con las fuerzas militares ultraderechistas y las dictaduras es histórica, lo que les llevó a aterrizar en «Marca España«. Gracias a la acogida del genocida, pudieron encontrar otro lugar donde seguir amasando su fortuna. Fundaron el primer restaurante de comida rápida de la cadena Kentucky Fried Chicken (KFC). A modo de resumen, “V 0x se introduce por el pollo en España”, como banalizaba de manera acertada el sociólogo Andrés Villena.

 

Pertenecían a la corte empresarial franquista, de hecho, se encontraban entre los más adinerados. Ahora, mantienen los privilegios asociados a esa aristocracia aún en un Estado dotado de una no-plena democracia. De facto, el matrimonio de Rocío Monasterio con el fascista Iván Espinosa de los Monteros se basa en la posición que ambas familias ostentaban en la dictadura. Él es heredero de títulos nobiliarios debido a que miembros de su familia participaron del alzamiento militar contra el legítimo Gobierno democrático de la Segunda República. Ostentaban cargos militares de primer orden y eran mano derecha del miserable antecesor de Juan Carlos Borbón.

Luego me vienen hablando de transiciones y de «espíritus del 78«. Para algunos sinvergüenzas, todo sigue atado y bien atado y, aunque el garante de ese nudo se encuentre fugado en Abu Dhabi, su vástago ha heredado una corona, un cetro y ese mismo nudo. Esa es su legitimidad. Que nadie obvie que, ideológicamente, Felipe Borbón se sitúa aún más a la derecha (extrema) que su padre así que, ayer, le costaría lo suyo firmar (sancionar) el indulto a los presos políticos catalanes. Mal le habrá sentado la cena de sopa de cardos. Lo demás, se arreglaba de dos formas: O abdicando o con Hemoal. Y el inquilino de Zarzuela optó por la opción «B».

¿Ahora, también llamarán al hijo del Borbón fugado felón o traidor? ¿A que no hay huevos/ovarios?


Fuente → blogs.deia.eus

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