Es una de las fotografías más icónicas de la guerra civil: cinco milicianas miran a la cámara. La mirada es intensa y decidida, a pesar de que alguna casi no tiene la mayoría de edad. Son las primeras semanas tras el golpe de Estado y el alzamiento militar y en Madrid, donde las tropas se acercan peligrosamente, se crean batallones de mujeres que, armas en mano, se lanzan a detener el avance del fascismo y a evitar por todos los medios posibles que las tropas rebeldes entren en la capital.
Meses más tarde, cuando estalinistas y oficiales soviéticos se hacen con el control de estos grupos las milicianas abandonarán la línea del frente para atender la retaguardia. Pero para entonces algunas imágenes ya habían dado la vuelta al mundo, como esta imagen. Entre las retratadas, destaca una, justo en la esquina izquierda, María de los Ángeles Fernández Abad, que entonces tiene solamente 14 años (nació en 1922) y que, con la caída de Madrid, como tantos otros, marcha al obligado exilio, concretamente a México, cuyo gobierno acoge con los brazos abiertos a los milicianos. Hasta allí va Ángeles, conocida por Angelines, que muchos años después se convirtió en una estrella televisiva en México al protagonizar el personaje de «la bruja del 71», en la famosísima sitcom El Chavo del Ocho. Lo curioso de todo esto es que muchos crecimos viendo esta serie, que se emitió en nuestro país durante muchos años y fue todo un fenómeno televisivo. Todo ello como si hubiera personificado, en carne y hueso, el logo de la revista La Bruja, una publicación surgida durante la Guerra Civil que invocaba los poderes de la bruja en su lucha contra el totalitarismo y estaba redactada por los mismos milicianos desde el frente de guerra: «Allí donde la bruja irá, al fascismo vencerá» fue uno de sus lemas. Te lo contamos hace tiempo en La Bruja contra el fascismo.
Angelines era Doña Clotilde, una señora mayor, muy seria, vestida con su sombrero y vestido azules, y temida por niños y niñas. Estaba siempre de mal humor. Su apodo es claramente intencionado: no solo por lo peyorativo de ser una «bruja», sino porque en la propia serie Doña Clotilde llega a realizar una sesión espiritista en casa de Don Ramón, de quien está obsesionado, para contactar con los espíritus, intentando así explicar unos sucesos anormales ocurridos en casa de este y provocados en realidad por el sonambulismo de Ramón. Tiene un perro llamado Satanás, prepara pociones y, en un episodio, sale con una gran capa negra y el clásico sombrero de bruja.
Llegó a México en 1947 y, al cabo de unos años, tras vivir una temporada en La Habana, se estableció definitivamente en México, comenzando su exitosa carrera como actriz. Potagonizó catorce películas, entre ellas el clásico El Esqueleto de la señora Morales (1960). En 1964, interpretó el papel secundario de Sara, la némesis del personaje de Cantinflas, el padre Sebastián, en El padrecito. A los 37 años hizo lo mismo en Cadenas de amor, y otras telenovelas en la década de 1960, En 1973, cuando la contrataron para interpretar a «La Bruja del 71» en El Chavo del Ocho, se convierte en uno de los personajes más famosos del país y toda América Latina, ya que la serie de emitía en medio mundo, incluida España. También participó en el otro programa de Chespirito, El Chapulín Colorado. Con El Chavo del Ocho y El Chapulín Colorado alcanzó la fama en nuestro país.
Tras el fin de los espectáculos en 1979, siguió interpretando a «La Bruja» en el programa de una hora de duración de Chespirito y también hizo en giras públicas. A finales de la década de 1980, comenzó a interpretar a Ignacia Fernández «Doña Nachita», un segundo personaje habitual en Chespirito, la vecina chismosa de los sketches de Los caquitos. Permaneció en el programa hasta 1992.
Angelines Fernández murió en 1994 a causa de un cáncer de pulmón. Nunca regresó a España, cuya imagen se había convertido en un hermoso testimonio visual de valentía y compromiso de un grupo de adolescentes que soñaban con derrotar al fascismo.
Fuente → agenteprovocador.es
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