Nuestro protagonista relata como en los chiqueros "había mucha gente vigiladas por los legionarios, y muchos gritaban y lloraban". Un legionario precisó de la ayuda de dos presos para que ayudaran a cargar a los muertos que previamente habían fusilado...
...
Dentro del ruedo a mano izquierda, según se entraba había varios
muertos en fila y nos dijeron que los cargáramos en el camión y nos los
lleváramos al cementerio (...) . Esta vez no los conté porque me
impresioné mucho, ya que aún estaban caliente. Recuerdo que uno de ellos
se quejó al dejarle caer en la plataforma y un legionario sacó una
pistola y le dio un tiro en la cabeza.
Durante la madrugada dieron varios viajes, alrededor de seis. El enterrador les dijo "que no sabía que iban a hacer con tantos muertos". Esto lo comentó el enterrador del cementerio mientras descargaban los muertos "al lado del camino en un descampado"; es decir, fuera del cementerio. El ayudante dijo que "Después supe que los sacaban por tandas y que los iban fusilando".
El terrible testimonio relata como prendieron fuego a los cadáveres...
...
Cuando dimos el segundo viaje ya les habían dado fuego aquello era
espantoso. El olor era terrible y algunos muertos parecían como si se
quejasen.
El relato de nuestro protagonista acaba afirmando que no sabe cuanta gente moriría asesinada, que seguro que fueron muchos, y que ellos dieron muchos viajes de la plaza de toros al cementerio. Más adelante cuando el asunto se "calmó un poco", los falangistas llevaban a las víctimas a las tapias del cementerio y allí los asesinaban: "Pero ya dejaban que los familiares se llevaran a los muertos y muchos cavaban las tumbas donde les decían".
Un testimonio bastante bueno y jugoso. Tanto que Francisco Pilo en 2006 publicó la tercera edición corregida y aumentada de Ellos lo vivieron, donde vuelve a aparecer el mismo testimonio sin cambiar ni una sola coma. Aquí no para el asunto, en 2010, Libros Libres le publica a Pilo y a dos amigos suyos, Moisés Domínguez y Fernando de la Iglesia, el libro La matanza de Badajoz ante los muros de la propaganda. En esta obra vuelve a aparecer el mismo testimonio integro, exactamente igual que se había publicado en anteriores ocasiones. Ha sido un testimonio al que se le ha sacado bien el jugo.
Los testimonio orales, no obstante, hay que contrastarlos con documentación o con otros testimonios. Como es obvio, de lo que pasó dentro de la plaza de toros no hay ningún documento. Bien porque se destruyeron o porque sencillamente no se quiso dejar ninguna constancia. Como es lógico y normal no dejaron entrar a ningún periodista a la plaza de toros mientras se fusilaban a los prisioneros, pero es que tampoco hubo molestos chafarderos en las tapias del cementerio mientras los piquetes de ejecución cumplían con su cometido. René Brut grabó al día siguiente por la mañana cuando ya no había "moros" en la costa (nunca mejor dicho).
En la primera edición de Ellos lo vivieron del año 2001, Francisco Pilo también rescató el "RELATO DE DON FRANCISCO MORENO RAMÍREZ, SUPERVIVIENTE DE LA MATANZA EN LA PLAZA DE TOROS". Este testigo dijo, entre otras muchas cosas que...
... Una vez fusilados, llamaban a algunos de los que allí se
encontraban para que cargaran a los muertos en una camionetilla chica,
y se los llevaban creo que al cementerio. Cuando la camioneta
regresaba, contaban otros veinte que, se conoce que era la carga
del vehículo.
La historiadora Almudena Mendo Silvestre, entrevistó a Vicisitudes de Teresa Silva:
- ¿Su hermano le contó que en la plaza de toros se había fusilado a gente?- Sí, estaban matando todos los días. Enfrente vivían unas conocidas y a diestro y siniestro todas las noches, a la misma hora, a las doce de la noche.
El relato común es el mismo: dentro de la plaza de toros se estuvo asesinado a los presos allí detenidos. Los testimonios pueden disentir en algunos detalles, pero el fondo siempre es el mismo. En la plaza de toros se estuvo fusilando.
El periodista Mario Neves que si estuvo en Badajoz el 15 de agosto y días posteriores, muchos años después sí que confirma lo que no quiso o pudo hacer en agosto del 36...
... Ayer se decía en Elvas que en la plaza de toros, transformada en prisión, se han llevado a cabo numerosos fusilamientos. Por eso nos dirigimos hacia allá, con el fin de verificar la exactitud de ese rumor. Tras algunas dificultades, conseguimos entrar en la arena. Algunas decenas de prisioneros aguardaban su destino. Pero la plaza no tiene un aspecto diferente del que observamos ayer, lo que nos lleva a suponer que el rumor es infundado. Los mismos automóviles destruidos y los mismos cadáveres que ayer tanto me impresionaron y que aún no han sido retirados. Frontera de Caia, 16 agosto.
Fuente → badajozylaguerraincivil.blogspot.com
No hay comentarios
Publicar un comentario