Disenso se llamaba una de la docena de organizaciones ultraderechistas integradas en la plataforma ultraderechista BBAA (Bases Autónomas), puesta en marcha en 1984 y autodisuelta seis años después, en el marco de la operación de lavado de imagen emprendida por la ultraderecha española en los años noventa e inspirada en el Frente Nacional francés de Jean-Marie Le Pen. Disenso se llama también la fundación puesta en marcha el pasado año 2020 y erigida en el principal ‘think tank’ de Vox, cuyo patronato comparten el presidente del partido ultraderechista, Santiago Abascal, y su asesor Kiko Méndez-Monasterio –exmiembro del partido neofascista AUN (Alianza por la Unidad Nacional), fundado en 1994 y muy cercano al Frente Nacional francés–, la presidenta de Vox en Madrid, Rocío Monasterio, y el eurodiputado Hermann Tertsch o el escritor Fernando Sánchez Drago y el sociólogo Amando de Miguel. El equipo de dirección de Disenso lo encabezan Jorge Martín y Eduardo Fernández Luiña, dos personas procedentes de la FAES (Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales), presidida por el expresidente del PP José María Aznar e integrada en la estadounidense Atlas Network, la Red Atlas.
Las buenas relaciones de Vox con el trumpismo son conocidas. La propia web del partido ultraderechista publicaba en 2018 que Steve Bannon, “el artífice de la victoria” de Donald Trump en las presidenciales de 2016 en Estados Unidos, “apuesta por Vox para España”, se refería a la reunión mantenida por Rafael Bardají, dirigente del partido ultraderechista, con Bannon en 2018 en Estados Unidos y avanzaba que Vox y Bannon “mantendrán reuniones de trabajo”. Dirigentes del partido ultraderechista ya se habían reunido con Bannon en 2017 también en Estados Unidos, y en 2019 sería Bannon quien viajaría a España para reunirse con dirigentes de Vox. También son conocidas las buenas relaciones del partido ultraderechista y del propio Abascal con el bolsonarismo de Brasil.
Ahora Bannon está lejos de Trump, Trump está lejos de la Casa Blanca y el bolsonarismo está en horas bajas, pero Vox sigue estrechando lazos con la ultraderecha de Estados Unidos y Latinoamérica, y lo hace sobre todo a través de Disenso, que poco después de su puesta en marcha publicó la Carta de Madrid “en defensa de la libertad y la democracia” en lo que llama “la Iberosfera”, espacio integrado por España, Estados Unidos, Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto Rico, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.
“La Iberosfera tiene todas las condiciones para ser una región de libertad, prosperidad e igualdad ante la ley. Sus pueblos no están condenados por ningún tipo de determinismo histórico. Sin embargo, una parte de la región está secuestrada por regímenes totalitarios de inspiración comunista”, establecía la Carta de Madrid, que aseguraba que “el avance del comunismo supone una seria amenaza para la prosperidad y el desarrollo de nuestras naciones, así como para las libertades y los derechos de nuestros compatriotas”. Entre su medio centenar de firmantes estaban los dirigentes de Vox Santiago Abascal, Rocío Monasterio y Jorge Buxadé, Alejandro Chafuen, expresidente de Atlas Network; Alfonso Aguilar y Roger Noriega, excolaboradores de George W. Bush; Eduardo Verástegui, excolaborador de Donald Trump; Eduardo Bolsonaro, hijo y colaborador de Jair Bolsonaro, presidente de Brasil; el chileno José Antonio Kast, presidente del Partido Republicano y defensor del golpe de Estado del general Augusto Pinochet, de cuya dictadura militar fue ministro su hermano Miguel Kast, adscrito a los ‘Chicago Boys’; el boliviano Arturo Murillo, ministro de la golpista Jeanine Áñez, y por supuesto un buen número de ultraderechistas cubanos y venezolanos.
En la misma línea, Disenso acaba de convocar la primera edición de su Programa Jóvenes Líderes de la Iberosfera, que se impartirá durante dos semanas del próximo mes de octubre en cinco Estados –España, Estados Unidos, Francia, Italia y Polonia– y que según la propia convocatoria constituye un “exclusivo programa de capacitación” dirigido a diez jóvenes de entre 25 y 35 años de edad, nacionales de “la Iberosfera” y “que destaquen en el campo político, social o intelectual en sus respectivos países”. Según el ‘think tank’ de Vox, el programa “tiene como objetivo formar a futuros dirigentes del ámbito público y social en los países de la Iberosfera para la defensa de la libertad, el Estado de derecho y la democracia” y sus candidatos “compartirán el derecho a disentir frente a la corrección política global y promoverán los principios de la libertad, la soberanía de las naciones, la vida, la familia, el Estado de derecho y el imperio de la ley”. Y es que los candidatos, que “deben acreditar una experiencia de mínimo tres años en el ámbito político y/o social de sus países y contar con una trayectoria intachable”, se comprometen “a perseguir su vocación como líderes ejemplares, poniendo en marcha lo que aprendan en el programa”.
Diversos sectores ven en la Carta de Madrid o el Programa Jóvenes Líderes de la Iberosfera los primeros pasos de la especie de internacional ultraderechista que Disenso y Vox pretenden poner en marcha ambos lados del Atlántico, aprovechando sus buenas relaciones con el trumpismo y el bolsonarismo o con Atlas Network, conglomerado con sede en Estados Unidos muy bien financiado y que integra a 470 ‘think tanks’ ultraliberales de todo el mundo, entre ellos la FAES de Aznar.
Fuente → laultimahora.es
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