Palomares 55 años después: ni se encontró la bomba que cayó al mar ni Fraga se bañó en esa playa

Palomares 55 años después: ni se encontró la bomba que cayó al mar ni Fraga se bañó en esa playa / María José Pintor Sánchez-Ocaña :

Movistar+ ha estrenado, con motivo de los 55 años de la caída de las bombas de los americanos en la playa almeriense de Palomares, la serie que lleva el nombre del lugar y en la que ha participado el periodista e investigador Rafael Moreno Izquierdo, autor del libro ‘La historia secreta de las bombas de Palomares’. Tras años de investigaciones, aún nadie se explica por qué no estallaron esas bombas nucleares.

De lo que nadie tiene dudas, y ya publicó Diario16, es que aquel acontecimiento que queda en la retina de los españoles de la época, es que Manuel Fraga y el embajador de EEUU no se bañaron exactamente en la playa donde cayeron las bombas. Aquella fue una campaña de imagen en toda regla, para tranquilizar a la opinión pública.

Bombarderos B52 en vuelo todo el día

España se vio perjudicada por la caída de las bombas en plena guerra fría entre EEUU y Rusía. El plan de Estados Unidos consistía en mantener en vuelo, en todo momento, cada segundo de cada día del año, a doce bombarderos B52 repartidos por todo el globo. Enormes aviones que sobrevolaban el planeta cargados con bombas termonucleares, 75 veces más potentes que las que se habían lanzado sobre Japón.

Pero sobrevolar el mundo cargado de bombas atómicas, como explica el libro de Rafael Moreno, tenía sus riesgos y le tocó a España. Así en 1996 tuvo lugar un accidente nuclear sobre nuestra costa del Mediterráneo, en Palomares, Almería.

Ecologistas en Acción sigue luchando por la desconaminación.

Los cronistas de la época no pudieron contar la verdad, pero cualquier taxista de Almería te resume lo que realmente pasó en el año 1966 con el baño de Manuel Fraga Iribarne y el embajador de EEUU en Palomares: Que la famosa inmersión en el mar que también popularizó el NO-DO se grabó en otra playa de Almería donde no se encontraban los restos radiactivos de un avión americano.

Marketing del franquismo

La historia del baño en la playa de Manuel Fraga, que se mantiene en la memoria de cualquier español mayor de 60 años, es un claro ejemplo del marketing del franquismo: repetir una mentira muchas veces, en los medidos adecuados, puede convertirse en una realidad que pasará a la historia.

Pero hay quien no se rinde y se enfrenta a la “falsa historia”. Así, Ecologistas en Acción ha continuado luchando para conocer realmente qué hay tras esos restos radiactivos hasta llegar a los tribunales.La organización ecologista ha conseguido que la Audiencia Nacional pida informes al Consejo de Seguridad Nuclear sobre estos residuos de 1966.

La realidad es que en el accidente en pleno vuelo -y que llevó a la caída de material radiactivo a la playa de Palomares, se vieron implicados un bombardero estratégico estadounidense B-52 y un KC-135 de reaprovisionamiento en vuelo (cargado con 110.000 litros de combustible) que colisionaron a 10.000 metros sobre la costa del Mediterráneo, en el espacio aéreo de Palomares. El B-52 volvía de la frontera turco-soviética hacia la Base Aérea de Seymour Johnson en Goldsboro, Carolina del Norte, y el KC-135 provenía de la Base Aérea de Morón. La maniobra era de rutina: los B-52 se reaprovisionaban de combustible a la ida, desde la Base Aérea de Zaragoza, y a la vuelta desde Morón.

Las bombas que cayeron sobre Almería tenían una potencia superior a 75 veces las de Hiroshima

El B-52 transportaba cuatro bombas termonucleares Mark 28 (modelo B28RI) de 1,5 megatones cada una, de 1,5 metros de largo por 0,5 metros de ancho, con un peso de 800 kg. Dos de ellas quedaron intactas, una en tierra (cerca de la desembocadura del río Almanzora) y la otra en el mar. Las otras cayeron sin paracaídas, una en un solar del pueblo, la otra en sierra Almagrera. Se produjo la detonación del explosivo convencional que contenían, lo que sumado al choque violento con el suelo, hizo que ambas bombas se rompieran en pedazos. Las tres que cayeron en tierra fueron localizadas en cuestión de horas; la que cayó en el mar pudo ser recuperada 80 días después, las bombas tenían una potencia superior a 75 veces las de Hiroshima.


Fuente → diario16.com

banner distribuidora