Madrid: libertad o fascismo

Madrid: libertad o fascismo

Las elecciones autonómicas en Madrid fueron un desastre para las fuerzas progresistas.

El gran ganador fue el PP, que duplicó su voto a casi el 45% y se acercó a la mayoría absoluta en la Asamblea de Madrid.

Su lideresa, Isabel Díaz Ayuso, ganó con una plataforma básicamente tipo Donald Trump de “Comunismo o Libertad”. Su negación de cerrar bares y restaurantes provocó un nivel masivo de infecciones, pero le dio popularidad a corto plazo, especialmente entre los dueños de los bares, que hicieron campaña por ella, incluso promocionando su nombre con una marca especial de cerveza.

El PP recuperó los votos que anteriormente habían ido a Ciudadanos, que se hundió, sacando menos del 4% y perdiendo todos sus escaños. Probablemente será el final para Cs.

Franquismo

Otra noticia muy preocupante es que VOX también subió, del 8,9% y 12 escaños al 9,1% y 13 escaños. Esto a pesar de su asociación con lo que efectivamente fueron amenazas de muerte a destacadas figuras; se negaron a condenar la carta con balas enviada a Pablo Iglesias, entre otros.

Igual que la AFD en Alemania, VOX flota entre el ala extrema de la derecha institucional y el fascismo abierto; tienen auténticos (“ex”) neonazis en sus filas, y no tienen ningún reparo en defender la historia del franquismo.

Así que el PP seguirá gobernando la Comunidad de Madrid, dependiendo del apoyo —al menos de la abstención— de VOX, que presionará a favor de políticas aún más de derechas.

“¿Materiales?”

Ha habido comentarios culpando de la victoria de la derecha a un supuesto exceso de insistencia en un mensaje “antifascista”, en vez de centrarse en temas “materiales”. Este argumento refleja una confusión.

El PSOE cayó del 27% a menos del 17%. Podemos subió del 5,6% al 7,1%, pero cuando Pablo Iglesias decidió encabezar su lista seguramente estaba esperando una subida mucho más importante. Tanto el PSOE como su socio de gobierno menor, Podemos, estarán pagando el precio del descontento general con la crisis actual y con la actuación del gobierno. No han cumplido sus promesas de “no dejar a nadie atrás” ante la crisis de la Covid-19, ni más generalmente.

Más Madrid, el partido de Íñigo Errejón, subió de manera muy importante, superando al PSOE. Seguramente pesa el hecho de que Más Madrid no forma parte del gobierno español y que —sin dejar de ser un partido reformista— tengan activistas en los barrios.

Una izquierda consecuente no puede limitarse al trabajo institucional. Tampoco basta con aparecer en los barrios obreros sólo durante la campaña electoral, sea cual sea el lema escogido.

Es cierto que la política general de un partido debería responder a las diversas necesidades de una clase trabajadora diversa. Éstas incluyen trabajo, vivienda, ingresos dignos cuando no hay trabajo… pero también incluyen las necesidades específicas de las personas migradas, especialmente las que no tienen papeles —y que típicamente quedan excluidas de estas medidas sociales—, así como de las personas trans, que también sufren barreras específicas para conseguir sus derechos básicos.

Pero no hay ninguna incompatibilidad entre las demandas materiales de clase y la lucha contra la opresión. En todo caso, la red anticapitalista Marx21, está comprometida con las luchas de clase y contra todo tipo de opresión.

Sea como sea, las políticas de cada partido o grupo político no quitan la necesidad de la lucha unitaria contra la extrema derecha.

Unidad

La experiencia de la campaña muestra la urgente necesidad de construir un movimiento unitario contra la extrema derecha en Madrid. Es evidente que los argumentos populistas de la derecha —y las posiciones racistas, casi fascistas, de VOX— pueden engañar a mucha gente de a pie y ganar votos en áreas de la clase trabajadora, si no se desafían seriamente.

¿Qué significa desafiar a VOX? No se trata de que los otros partidos discutan con ellos en los debates electorales, tampoco basta con que un puñado de activistas antifa comprometidos se les enfrente físicamente en las calles.

No hay alternativa al trabajo gradual de construir un movimiento unitario contra el racismo y la extrema derecha, en los municipios, en los barrios…

Hubo muchas protestas contra los actos de VOX en los barrios obreros del sur de Madrid, pero se organizaron en el último momento, y los partidos de izquierdas mostraron bastantes dudas ante ellas.

Algunas voces en los movimientos en Madrid aún sostienen que no se deberían organizar protestas contra VOX. Otros insisten en que el rechazo a los ultras debería basarse en un programa político específico. Es imposible resolver estos temas en unos días, hay que tener e ir ganando los debates pacientemente sobre la necesidad de movilizarnos de manera amplia contra la extrema derecha, involucrando a los sindicatos, personas migradas, movimientos de mujeres y LGBT+… —la gente corriente en general— en liderar esta lucha.

Buenas noticias

En Catalunya se lanzó Unitat Contra el Feixisme i el Racisme (UCFR) en 2010, y se tuvo que trabajar hasta mayo de 2015 para derrotar decisivamente al partido fascista “Plataforma per Catalunya” (también se cerró el centro neonazi de Barcelona ese mismo mes). Ahora, ante la amenaza de VOX, se tienen que reactivar los grupos locales de UCFR, y crear grupos nuevos, pero ya existe una buena base de UCFR en Catalunya.

En Madrid, ese trabajo de base aún no se ha hecho. La pequeña buena noticia es que un puñado de activistas en Madrid están haciendo los contactos iniciales para intentar establecer UCFR en la zona. Al menos, los terribles resultados de las elecciones deberían despertar a la gente ante la existencia de un problema. Pero hay mucho trabajo por hacer para superar tanto la resignación (“no hay nada que hacer”) como el sectarismo (“la solución es apoyar a mi partido”), y convencer a una amplia gama de personas de izquierdas y de movimientos sociales que con una lucha unida es posible derrotar a la extrema derecha.


Fuente → marx21.net

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