Las aventuras del Capitán República
 
Las aventuras del Capitán República
Francisco Javier López Martín

La República Española, la república democrática de trabajadores de toda clase que se organiza en régimen de Libertad y de Justicia, acaba de cumplir 90 años. Hay maneras y maneras de conmemorar y festejar un cumpleaños. En este año de pandemia, las manifestaciones y actos públicos parecían poco aconsejables.

La Tertulia Indio Juan del Ateneo 1º de Mayo hemos decidido organizar un recital poético republicano, en el que han participado más de doce poetas de todos los estilos y clases. Poemas propios, o de poetas que escribieron por la libertad y la justicia en un país cuyos males pertinaces atenazaron su desarrollo y su convivencia durante siglos.

La poesía, la creación literaria, o de cualquier otro tipo, la danza, la canción, el teatro, la pintura, la escultura, la música, la creación artística, constituyen las mejores formas de recrear un mundo, construir una imagen colectiva y compartida, eso que hoy llaman una narración, un relato. La creación artística, la cultura, la educación, fueron algunas de las mayores preocupaciones de la República nacida en 1931.

Lorca llegó a afirmar que si se encontrara en la calle, desvalido y con hambre prefería medio pan y un libro, a un pan entero. Su compañía teatral, la Barraca, recorrió España representando todo tipo de obras por los pueblos. Al tiempo, las Misiones Pedagógicas, el proyecto educativo sobre el que Alejandro Tiana, ha escrito recientemente un necesario libro, recorrían miles de pueblos y aldeas.

Centenares de maestros, profesores de universidad, jóvenes estudiantes, artistas, pintores, dramaturgos, poetas, músicos, novelistas, actores, se embarcaron de forma voluntaria en esta tarea de abrir los ojos y las mentes a otros mundos posibles. De Luis Cernuda a María Moliner, de María Zambrano a Carmen Conde, de Maruja Mallo al dramaturgo Alejandro Casona. A lo largo de su andadura fueron sembrando más de 5.000 bibliotecas por todo el país.

No es extraño que la educación y la cultura fueran el primer objetivo a batir por los vencedores de la guerra de España. Los maestros se convirtieron en los profesionales más fusilados y depurados. Reivindicar la cultura es la tarea más urgente para la efectiva democratización del país.

Para entender España y la pérdida irreparable que supuso la Guerra de España y la Dictadura franquista, sólo podemos recurrir a la recuperación de la memoria. La memoria no como repetición del pasado, sino como conocimiento aplicado, ejemplo de cuantos errores no debemos repetir y de todo aquello que debemos poner en valor para afrontar el presente.

El humor puede convertirse en un poderoso instrumento para mirar de frente a las situaciones más duras de nuestro pasado y para reconocer lacras y errores que amenazan con enquistarse y no ser jamás superados. La falta de honestidad y coherencia personal, la corrupción como sistema, las ansias de poder, la ambición de dinero, son las dianas a las que siempre apunta el humor, el esperpento, la chirigota, el carnaval.

Por eso, para la conmemoración del 90 aniversario de la República, en la Tertulia Indio Juan hemos recurrido también a la presentación del libro Las aventuras del Capitán República y el Hombre Garrapata. En busca del chirimbolo real. Un cómic en el que los hermanos David y Jesús Merinero han recuperado las ideas más nobles de los republicanos y republicanas para situarlas en el centro de un país que se desangra en el sueño inútil de la busca de El Dorado.

El capitán República y el hombre garrapata son dos seres honestos, ingenuos, dos antihéroes, perdidos en las selvas hispanas, pobladas de anacondas devoradoras de hombres, yacarés negros, pirañas, ranas venenosas, anguilas, jaguares y hasta hormigas guerreras, que de todo habita en esta selva esteparia y en sus microclimas autonómicos y municipales, desde la Zarzuela hasta la comunidad de vecinos, desde la Moncloa a las organizaciones, instituciones, empresas.

Un mundo de ambiciones insanas y mediocridad generalizada, heredera del franquismo y que la Transición no consiguió poner en cuarentena, primero, en revisión y en proceso de superación.

Jesús Merinero ha compaginado estudios de Historia del Arte, con dibujo, pintura, fotografía y diseño gráfico y ha acometido los dibujos del cómic, novela gráfica, tebeo, según prefiramos llamarlo. David, su hermano, ha realizado estudios superiores de gestión de recursos naturales y paisajísticos y ha profundizado también en estudios de cine y dirección, participando en la realización y dirección de cortos, elaborando los guiones de diferentes proyectos. El se ha encargado de los textos del Capitán República.

Los guiños a diferentes películas y novelas son frecuentes, desde Star Wars, a la Naranja Mecánica, o desde personajes que parecen sacados de Alguien voló sobre el nido del cuco y sus secuelas de manicomios y psiquiátricos, hasta aquellos que nos recuerdan al Ignatius J. Reilly de La conjura de los necios de John Kennedy Toole.

Un cómic que no pasa desapercibido y que produce el efecto inmediato de desear tener pronto entre la manos una nueva entrega, una segunda parte, un nuevo capítulo, que los propios autores se atrevieron a anticipar que arrancará su andadura en los Emiratos Árabes Unidos. Toda una declaración de intenciones.


Fuente → diario16.com

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