Juan José Torres Núñez
El discurso vacío de contenido de Ayuso lo encontramos en la derecha y en la extrema derecha. En las elecciones hemos constatado que Madrid se ha rendido a las derechas y que resulta difícil entender cómo la clase trabajadora se ha tragado el anzuelo neoliberal y los discursos carentes de soluciones. Si leemos los periódicos de la Guerra Civil española del día en que Franco entró en Madrid, vemos una retórica fascista muy familiar en los discursos de Ayuso y en la ultraderecha. Esos periódicos nos muestran que las derechas de hoy en España son las herederas del franquismo y del nazismo, si comparamos el lenguaje que emplean. Veamos, pues, unos ejemplos de los textos de algunos artículos del periódico El telegrama del Rif, del miércoles 29 de Marzo de 1939, y del Diario de Navarra, del mismo día, para después contrastarlos con el discurso de Ayuso.
En el primer periódico, leemos que Madrid se ha rendido a Franco y a su excelsa Santa Cruzada. Todo Madrid está lleno de banderas rojo gualdas. La ciudad entera está llena de “un desbordado entusiasmo”. La primera página nos muestra que Madrid “vuelve a ser la capital de España”. Madrid es “por fin, otra vez España”. Madrid es “el acogedor hogar de todas las regiones españolas”. Madrid es “el corazón de todos los españoles”. Y su españolismo se ha salvado “de la zarpa inicua del cruel bolchevismo”. Madrid, pues, “es y será el corazón de la Patria”. La capital de España “ha sido liberada de la barbarie roja”. Sí, “con los colores gayos de nuestra bandera Madrid es mucho Madrid”.
En el segundo periódico, encontramos los discursos de José María Pemán y de Ramón Serrano Suñer –que también se pueden leer en el primero, pero más borrosos. Pemán escribe que Madrid “es y será siempre la suprema representación de España”. Ahora “lucen los colores de la bandera rojo gualda por doquier. Hemos quitado ese inicuo morado que tenía incrustado como un clavo de dolor”. El Excelentísimo Sr. Ministro de la Gobernación, Suñer, habla de todas las fuerzas nacionales que acompañan a Franco en la entrada en Madrid y pronto entra en materia. Según Suñer, todos los dirigentes del “gobierno criminal de la República” huyeron y “abandonaron a las masas entontecidas del proletariado español”. También huyeron “las mujeres comunistas que fueron sembrando el terror con su rufianesca vecindad”. En un párrafo de su discurso, señala que “Madrid, proclamado tumba del fascismo, con la estúpida fanfarronería de los charlatanes, será, sí, para nosotros todo él tierra sagrada, porque es como templo que cobija las cenizas de nuestros mártires; tumba gloriosa de fascistas gloriosos en la cual la Historia escribirá un epitafio de áurea leyenda”.
Cuando Ayuso repite en sus intervenciones que “Madrid es España y España es Madrid”, declarando, como la ultraderecha, que si te llaman fascista “es estar en el lado bueno de la historia, su retórica se remonta a la que hemos visto en la prensa de 1939, con las exaltaciones de las hazañas de los “fascistas gloriosos”, que la Historia escribirá un epitafio. Ayuso ha vendido su discurso vacío hablando del peligro y del miedo al “social-comunismo” y de la necesidad de luchar contra el comunismo por medio de la libertad. Esta confusión entre comunismo y libertad resulta tan absurda como irrisoria. Su forma de infundir miedo a los votantes es una nueva versión “de la zarpa inicua del cruel bolchevismo”, que Suñer también utilizó. En los periódicos de 1939 se presenta la Guerra Civil como una Cruzada “de la lucha del bien contra el mal”. Ayuso y la ultraderecha se enorgullecen de estar “en el lado bueno de la historia”. Se produce así la apoteosis de la unión de la derecha y la ultraderecha, que tanto predica Aznar en su discurso lleno de odio contra Unidas Podemos.
Hace ya tiempo que casi todos los medios de comunicación se lanzaron en tromba contra UP. En estas elecciones del 4M han alcanzado su punto álgido con una técnica y una propaganda comparable con la forma de proceder de la CIA. Pablo Iglesias era el enemigo a batir. Pero también los enemigos de Iglesias han venido de las filas del Partido Socialista. Lo más triste es que algunos de estos “socialistas”, que nunca lo fueron, han atacado y criticado a Iglesias con el mismo odio y la misma virulencia que las derechas. Algunos ya están ayudando a la derecha. También resulta muy triste que parte de la clase obrera haya votado a la derecha, olvidando que esta clase ya la definió Suñer como “las masas entontecidas del proletariado”. Iglesias es el único que ha hablado desde la izquierda sobre las cloacas de la sociedad liberal. Eso nunca se lo ha perdonado la sociedad del orden y la explotación de la economía de mercado neoliberal.
Ayuso y el PP, en su mundo de fantasía, no deben confundir los molinos de viento con gigantes, pensando que ahora pueden extrapolar los resultados electorales de la Comunidad de Madrid a toda España. Claro, para que esto no ocurra la izquierda tiene que trabajar conjuntamente con el resto de las fuerzas de centroizquierda, limando sus diferencias y hablando de la realidad y de la unión, pero sin olvidar el atractivo personal de los candidatos o candidatas que se presenten en las próximas elecciones. Necesitamos, pues, que la Historia escriba un epitafio que diga: Más izquierda, luchando contra las injusticias para esclarecer la verdad.
Fuente → infolibre.es
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