Capítulo II: 'De la dictadura a la República'
 
Juan Francisco Arenas de Soria nos ofrece la segunda entrega de esta sección dedicada a la historia del Partido Comunista, en el año de su centenario, que se centra en los albores de lo que será una etapa fundamental en la historia de España. 
 
Capítulo II: 'De la dictadura a la República'
Juan Francisco Arenas de Soria

La dictadura del general Miguel Primo de Rivera caía empujada por la crisis del capitalismo internacional generada tras el crack de la Bolsa de Nueva York en 1929. La Monarquía de Alfonso XIII, convierte a Primo de Rivera en su “chivo expiatorio”, desplazándole por otro militar, el general Dámaso Berenguer, en su intento de transitar nuevamente hacia el modelo del turnismo político aniquilado por el golpe de 1923, que con un barniz democrático pretendía ser el chaleco salvavidas de un sistema agotado.

El republicanismo, los sindicatos y partidos obreros son los grandes miedos que atenazan a la Dictadura, que ahora es denominada por muchos como “dictablanda”

Las nuevas medidas de aparente “democratización” y superación de la etapa de la Dictadura van produciéndose como un cuentagotas, deponiendo a las autoridades civiles y militares que estuvieron ligadas a los gobiernos de Primo de Rivera y prometiendo procesos electorales para volver a la “normalidad”, salvaguardando en todo este proceso a la Monarquía, esa misma institución que había dado sus bendiciones al general depuesto. El republicanismo, los sindicatos y partidos obreros son los grandes miedos que atenazan a la Dictadura, que ahora es denominada por muchos como “dictablanda”.

Dimisión de las autoridades locales de la Dictadura de Primo de Rivera. En Diario El Defensor de Granada, Año LI, núm.26751, 1/02/1930.

La sociedad granadina vive de forma desapasionada este cambio de etapa, con la dimisión de las corporaciones locales, de la Diputación Provincial, el cambio en el Gobierno Civil[i]… una operación de “gatopardismo”[ii] en la que aparentemente cambiaba todo, para que nada cambiara realmente. Así recuperan sus cátedras los profesores universitarios apartados por la Dictadura, como es el caso de Unamuno y en la Universidad de Granada Fernando de los Ríos vuelve a impartir clase entre una gran expectación[iii]. Símbolo de todo esto es la anécdota que se refleja en la prensa local ante la desaparición del escudo y bandera de la Unión Patriótica (el partido creado como sostén civil de la Dictadura) en su sede granadina:

“Los curiosos granadinos pudieron ayer observar que del balcón central del piso que ocupa la Unión Patriótica, encima del café Colón, han sido quitados el asta de la bandera y el escudo de la Unión Patriótica, que estaban colocados en el mismo.

            No sabemos la causa de la “desaparición”; puede ser que estén arreglándolos o que los señores socios del “concurrido” círculo hallan acordado entonar piadosamente el R.I.P.

            También ha podido ocurrir que el conserje de la U.P. al ver que pasaban los días y allí no entraba nadie ni por equivocación, tomara por su cuenta y riesgo una resolución heroica. Se asomó al balcón durante la noche, se inclinó ceremoniosamente ante un público imaginario y recitó los consabidos versos: Aquí terminó el sainete; perdonad sus muchas faltas… y cargó con la bandera upetista hacia el desván"[iv]

A pesar de estos primeros pasos, la situación del PCE no cambia respecto a los meses anteriores, manteniéndose ilegalizada la organización, aunque activa. La Conferencia de Pamplona se convierte en un intento de reorganización, manteniendo la consigna de lucha por un “Gobierno obrero y campesino” que en 1929 el III Congreso del PCE[v] señalaba como prioridad bajo la dirección de José Bullejos. En la misma línea comenzaba la reorganización del Partido en Andalucía, que reunido en Alcalá de Guadaira da sus primeros pasos, lanzando en marzo de 1930 una campaña por la amnistía de los presos políticos de la Dictadura.

El análisis que se hace desde el PCE es que con la crisis de la Dictadura se avanza hacia una revolución democrático-burguesa, donde el campesinado debía jugar un papel destacado sumando sus fuerzas a los sectores obreros y burgueses, siendo este un paso imprescindible para poder avanzar hacia el horizonte del “gobierno obrero y campesino” que se sitúa como meta final

El análisis que se hace desde el PCE es que con la crisis de la Dictadura se avanza hacia una revolución democrático-burguesa, donde el campesinado debía jugar un papel destacado sumando sus fuerzas a los sectores obreros y burgueses, siendo este un paso imprescindible para poder avanzar hacia el horizonte del “gobierno obrero y campesino” que se sitúa como meta final. Para ello el PCE debía de ejercer como núcleo dirigente del proceso de “revolución democrática”, necesitando impulsar la acción política de manera clara a pesar de mantenerse su situación de ilegalización[vi]. Ante la posición mantenida por el PSOE y la UGT, los comunistas ven en la reconstrucción de la también perseguida CNT, el desarrollo de un sindicalismo de clase combativo y revolucionario.

Los conflictos que surgen en este período en el que la crisis económica comienza a profundizarse, tienen en Andalucía varios hitos, como son la huelga de los trabajadores portuarios de Sevilla y Málaga, la huelga de la construcción en Córdoba y movilizaciones de los obreros del metal y la construcción en Granada[vii]. La implicación del Partido en dichos conflictos le da un papel relevante, destacando los liderazgos en Sevilla de José Díaz, Manuel Delicado o Antonio Mijé; en Málaga de Cayetano Bolívar y en Córdoba Miguel Caballero, Adriano Romero o Francisco Barbado[viii]. Una actividad dentro del conflicto social que reaviva la persecución por parte de las “nuevas autoridades”, llevando a prisión a un gran número de dirigentes comunistas y anarquistas.

Huelga en Sevilla y manifestaciones de solidaridad en Bilbao. Composición. El Defensor de Granada, Año LI, núm. 26970 ,26/06/1930

En Granada la huelga registra algunos incidentes, con el apedreamiento de un tranvía y el intento por parte de piquetes del cierre de los comercios de la calle Zacatín, lo que terminará con detenciones de obreros por parte de la policía. El Gobernador Civil ordena a la Benemérita la escolta de los tranvías en las zonas interurbanas, al igual que lo harán en la capital los Guardias de Seguridad. Desde el Ministerio de Justicia se acusa a “los comunistas” de estar detrás de estas movilizaciones[ix]. La conflictividad continúa en la provincia con la huelga de los mineros de Alquife[x].

Huelga en Granada. El Defensor de Granada, Año LI, núm.26074, 28/06/1930.

Mientras tanto comienza a reorganizarse la vida política, abriéndose un interesante debate sobre el rumbo que, en este nuevo marco, debería adoptarse. Así en las páginas del diario El Defensor de Granada aparecerá una nueva sección “Granada y la nueva política” en la que diferentes personalidades granadinas como Gabriel Bonilla Marín (catedrático de Derecho), Joaquín González (PSOE-Granada), Francisco Menoyo Baños (ingeniero), José Raya Hurtado (PSOE-Granada), José Pareja Yébenes (catedrático de Medicina), Virgilio Castilla (Vicepresidente de la Cámara de Comercio), R. Montes Díaz (director del Instituto de Enseñanza Secundaria), Juan Pedro Afán de Ribera (Pte.de la Asociación de Labradores de la Provincia)…  opinan al respecto. Muchos de estos articulistas jugarán un papel destacado en los cambios que están por llegar. La vida política comienza a caminar por la senda del republicanismo, naciendo el Círculo Republicano de Granada, que tiene dificultades para desarrollar sus actividades por las prohibiciones a las que se ve sometida su labor de reflexión política a través de actos públicos[xi]. Los nuevos partidos políticos, tras la desaparición de los partidos tradicionales durante la Dictadura, se van abriendo paso poco a poco, configurándose propuestas, liderazgos sociales… aunque el régimen se resiste a dar luz verde a la aparición de los mismos y a dejar abierto el debate político, llegando a clausurar el Ateneo de Madrid.

“Interesa mucho que, lo antes posible, se autorice la propaganda política para encauzar las corrientes de la opinión pública hacia los programas de los partidos. La desorientación política actual, fruto legítimo de la Dictadura, no debe prolongarse por largo tiempo si queremos llegar por el camino justo a la normalidad jurídica y constitucional que necesita el país”[xii]

El día a día de las personas que habitan Granada comienza a complicarse con los efectos de la crisis internacional, con el encarecimiento de los precios de los productos de subsistencia (garbanzos, leche, aceite…), a la vez que se produce una depreciación del valor de los productos agrícolas (especialmente en lo que se refiere a los cereales), lo que no hace rentable el cultivo y la constante devaluación de la peseta se convierte en un claro problema

El día a día de las personas que habitan Granada comienza a complicarse con los efectos de la crisis internacional, con el encarecimiento de los precios de los productos de subsistencia (garbanzos, leche, aceite…), a la vez que se produce una depreciación del valor de los productos agrícolas (especialmente en lo que se refiere a los cereales), lo que no hace rentable el cultivo y la constante devaluación de la peseta se convierte en un claro problema. La situación de las instituciones es ruinosa, de manera que algunas de las grandes obras previstas como la Casa de Correos, la reforma de La Manigua, los caminos vecinales, nuevos centros escolares… queda todo paralizado, al igual que la actividad de la beneficencia se convierte en una pesada carga para la Diputación Provincial.

El verano de 1930 será de una gran conflictividad en todo el país, debido al aumento de la presión por parte de las fuerzas obreras y republicanas para que sea aceleren los cambios y se produzca la deseada democratización, asumiendo cada vez de manera más clara la vinculación de la Monarquía con la Dictadura y sus escasos deseos de cambio, asociación que hacía fuerte al movimiento republicano, que desde mayo lleva realizando movimientos de coordinación y cohesión. El 17 de agosto se firma el conocido como Pacto de San Sebastián, en el que las organizaciones republicanas crean el “Comité Revolucionario”, un órgano de coordinación de todas ellas para unificar su lucha contra el sistema monárquico. CNT y PSOE se suman más tarde al acuerdo de las fuerzas republicanas que ya conspiran para conseguir el cambio político.

El PCE no se suma al “Comité Revolucionario”, ya que entiende que este le da primacía a un cambio de tipo democrático-burgués, alejado de los intereses de la clase trabajadora, que es precisamente la que está “dando la cara” en las movilizaciones, que llevan a un mes de septiembre de alta conflictividad, con huelgas generales en Sevilla, Bilbao, Madrid…

El PCE no se suma al “Comité Revolucionario”, ya que entiende que este le da primacía a un cambio de tipo democrático-burgués, alejado de los intereses de la clase trabajadora, que es precisamente la que está “dando la cara” en las movilizaciones, que llevan a un mes de septiembre de alta conflictividad, con huelgas generales en Sevilla, Bilbao, Madrid… en octubre y noviembre los enfrentamientos adquieren niveles nunca vistos antes. La muerte de varios obreros en Madrid durante el mes de noviembre debido a la represión, lleva a que en ciudades como Alicante, Sevilla, Granada, Córdoba… se movilicen en solidaridad con los compañeros asesinados[xiii].

El PCE participa de la movilización, pero criticando un movimiento que consideraba de las élites y alejado de los verdaderos intereses de la clase obrera

El Gobierno en su intento de calmar la situación anuncia elecciones legislativas para marzo de 1931. En diciembre se produce la intentona fallida de los capitanes Fermín Galán y Ángel García Hernández, la cual les lleva al paredón, cuestión que desencadenará detenciones por parte del régimen, entre las cuales se encuentra la del socialista granadino Fernando de los Ríos, miembro del Comité Revolucionario. La descoordinación de la acción de los republicanos les lleva al fracaso, aunque en Madrid y otras ciudades se producen movimientos militares y obreros que llevan a enfrentamientos armados y disturbios. El PCE participa de la movilización, pero criticando un movimiento que consideraba de las élites y alejado de los verdaderos intereses de la clase obrera. Siguen meses de agitación estudiantil y obrera, con un incremento alarmante del paro, llegándose en provincias como la nuestra a estar afectado más de un tercio de la población activa[xiv]. El general Emilio Mola, desde su responsabilidad como Director General de Seguridad, creará una unidad específica, la Sección de Investigación Comunista, para la persecución del movimiento comunista, al que consideran un peligro para la estabilidad del sistema.

Estos meses del estío transcurren en Granada con diferentes debates abiertos, el cuartel de Santo Domingo, problemas en el Hospicio debido a la saturación del servicio, lo que lleva a deficiencias en la alimentación, actividades… 

Estos meses del estío transcurren en Granada con diferentes debates abiertos, el cuartel de Santo Domingo, problemas en el Hospicio debido a la saturación del servicio, lo que lleva a deficiencias en la alimentación, actividades… los canteros municipales se ponen en huelga durante el mes de julio, problemas con el abastecimiento de leche (adulteración), la exposición de los censos electorales, huelga de panaderos (salario, jornada de trabajo), desfalco en la Caja Provincial…

Finalmente cae el general Berenguer, buscándose una salida con un gobierno presidido por el almirante Aznar que se constituye el 18 de febrero de 1931, con una clara representación de la oligarquía financiera y grandes terratenientes entre sus ministros. Se decide que las elecciones sean previamente municipales, ya que el control de los resortes del poder estatal sobre estos espacios era mucho más férreo. La agitación popular se desarrolla en la campaña pro-amnistía para los presos políticos y militares de la intentona de Jaca, la muerte de un estudiante en Madrid, en los enfrentamientos con la Guardia Civil, provocan la extensión de las movilizaciones. El 12 de abril se celebran las elecciones municipales[xv].

Fuentes de información:

  • Diario El Defensor de Granada
  • AA.VV. Historia del Partido Comunista de España, París, Editions Sociales, 1960
  • CRUZ, Rafael, “Del Partido recién llegado al Partido de todos. El PCE 1920-1939”, en AA.VV. I Congreso de Historia del PCE (1920-1977), Barcelona, Fundación de Investigaciones Marxistas, 2007
  • MORENO GÓMEZ, Francisco, La última utopía. Apuntes para la Historia del PCE andaluz 1920-1936, Córdoba, Comité Provincial del PCA en Córdoba, 1995
  • TUÑÓN DE LARA, Manuel (dir), Historia de España. La crisis del Estado: Dictadura, República, Guerra (1923-1939), Barcelona, Edit.Labor, 1992

Citas bibliográficas:


[i] El Defensor de Granada, a lo largo de los meses de enero y febrero de 1930 podemos contemplar en el diario granadino como van tomando cuerpo esos cambios en la estructura administrativa, con dimisiones, nombramientos…

[ii] Le expresión “gatopardismo” está vinculada al autor italiano Tomasi di Lampedusa, que en su libro El gatopardo utiliza esa idea de cambio aparente, que hunde sus raíces en Maquiavelo.

[iii] El Defensor de Granada, Año LI, núm.26782, 21/02/1930, en portada

[iv] El Defensor de Granada, Año LI, núm. 26771, 13/02/1930, en portada

[v] Este Congreso se celebra en París ya que la represión de la Dictadura hacía muy peligrosa la actividad dentro de España

[vi] AA.VV. Historia del Partido Comunista de España, París, Editions Sociales, 1960, pp.42-45

[vii] El Defensor de Granada, Año LI, num.26974, 28/06/1930, p.2

[viii] MORENO GÓMEZ, Francisco, La última utopía. Apuntes para la Historia del PCE andaluz 1920-1936, Córdoba, Comité Provincial del PCA en Córdoba, 1995, pp.67-72

[ix] El Defensor de Granada, Año LI, núm.26976, 29/06/1930 (trata el tema a lo largo de todo el número)

[x] El Defensor de Granada, Año LI, núm. 26989, 6/07/1930, en portada

[xi] El Defensor de Granada, Año LI, núm.26896, 9/05/1930, en portada

[xii] El Defensor de Granada, Año LI, núm.26953, 14/07/1930, Editorial en portada, “Partidos y Programas”

[xiii] AA.VV. Historia del Partido Comunista de España, París, Editions Sociales, 1960, pp.48-51

[xiv] TUÑÓN DE LARA, Manuel (dir), Historia de España. La crisis del Estado: Dictadura, República, Guerra (1923-1939), Barcelona, Edit.Labor, 1992, p.97

[xv] TUÑÓN DE LARA, Manuel (dir), Op.cit., pp.97-100

Si no tuviste la oportunidad de leer o quieres volver a hacerlo, te ofrecemos la presentación de la serie que, cada viernes, Juan Francisco Arenas de Soria nos ofrecerá semanalmente sobre la historia del Partido Comunista que, en noviembre, cumplirá 'cien años al servicio de la clase trabajadora', con la intención de que los artículos 'nos aproximen a la realidad de un movimiento social clave para entender nuestro país, su lucha por la democracia y la libertad en contextos realmente complejos, y eso sí, siempre desde una perspectiva granadina":

Capítulo I: 'Los años 20. Construcción del proyecto político del PCE'

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